Guadalajara, Jal.- El feminicidio de Karla Bañuelos, cometido el pasado 12 de julio en la colonia Balcones de Oblatos, volvió a sacudir a Jalisco. La joven de 28 años fue asesinada con un arma AR-15 frente a su domicilio. Este lunes 21 de julio, su presunto agresor fue detenido y vinculado a proceso penal. Se trata de Kelvin “N”, de 24 años, quien fue capturado en una finca del municipio de Tonalá tras varios cateos realizados por la Fiscalía estatal.
El caso de Karla, que dejó a una hija menor en orfandad, es el más reciente de una serie de feminicidios de alto impacto ocurridos este año en la entidad. Aunque su crimen sí ha derivado en una detención y proceso judicial, en otros casos emblemáticos no hay avances o incluso se enfrentan a la indiferencia institucional, según han denunciado colectivas y familiares de víctimas.
Kelvin “N” fue presentado ante un juez este martes 22 de julio y vinculado a proceso por el delito de feminicidio. Se le dictó prisión preventiva oficiosa por un año, y un plazo de hasta seis meses para la investigación complementaria. La Fiscalía de Jalisco confirmó que el ataque quedó registrado en una cámara de seguridad y que en la escena se localizaron casquillos calibre .223, correspondientes a un fusil AR-15. El arma no ha sido localizada.
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Aunque aún no se confirma si existía una relación entre la víctima y el agresor, la Vicefiscalía especializada indicó que podrían sumarse agravantes como el uso de armamento exclusivo del Ejército y el intento de fuga. Colectivos feministas han exigido justicia y castigo ejemplar para el responsable, mientras autoridades estatales afirman que el caso se investiga con perspectiva de género.
¿Disminuyen los feminicidios en Jalisco?
Entre enero y junio de 2025, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) reportó 14 feminicidios en Jalisco. Aunque la cifra es menor en comparación con años anteriores, especialistas y colectivas insisten en que esta reducción no implica una mejora real, sino un reflejo de fallas estructurales: mala tipificación del delito, omisiones en la investigación y minimización de la violencia feminicida.
Activistas señalan que la violencia persiste “con la misma crudeza”, pero muchos casos no se nombran como feminicidio, lo que contribuye al subregistro.
Casos emblemáticos sin justicia
Además del caso de Karla, al menos cinco feminicidios han conmocionado a la opinión pública este año en Jalisco, sin que todos tengan avances en la justicia:
Astrid Noemí Cruz Casillas (3 de marzo, Zapopan): asesinada a martillazos junto a su hijo por su expareja, quien ya había estado preso por otro feminicidio. El agresor sigue prófugo.
Teresa González Murillo (3 de abril, Guadalajara): comerciante y activista del colectivo Luz de Esperanza, murió tras ser baleada en su casa. Su colectivo exige que se investigue como feminicidio; la fiscalía inicialmente lo clasificó como robo.
Karina Ruiz Ocampo (3 de mayo, Amatitán): activista desaparecida desde abril, fue encontrada sin vida. No se han reportado avances públicos en la investigación.
Cecilia Ruvalcaba Mercado (8 de mayo, Teocaltiche): regidora y jefa de enfermeras, fue baleada en el hospital donde trabajaba. La fiscalía abrió una carpeta, pero no ha informado avances.
Valeria Márquez (13 de mayo, Zapopan): influencer asesinada durante una transmisión en vivo. Expresó temor por su expareja. El crimen se investiga como feminicidio, pero no hay detenidos.
Colectivas: violencia persistente, justicia ausente
Organizaciones como Sororas Violetas, Guerreros Buscadores y Luz de Esperanza insisten en que el subregistro, la revictimización y la falta de perspectiva de género impiden justicia para la mayoría de las víctimas.
“Las cifras bajan porque no quieren llamarlo feminicidio”, señaló una vocera de Sororas Violetas. En contraste con las cifras oficiales, varios colectivos afirman que el número real de mujeres asesinadas por razones de género podría duplicar lo reportado, especialmente en contextos donde hay participación del crimen organizado o violencia intrafamiliar previa no denunciada.
Con 14 casos registrados oficialmente, pero muchos más denunciados por la sociedad civil, los feminicidios en Jalisco siguen ocurriendo con brutalidad y en distintos contextos: el hogar, el espacio público, el ámbito digital o el trabajo. Si bien el caso de Karla Bañuelos ha tenido una respuesta judicial más ágil, la falta de justicia en otros feminicidios revela un patrón de impunidad sistemática.
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Los esfuerzos institucionales, afirman las colectivas, siguen siendo insuficientes frente a una violencia que se repite y cobra nuevas víctimas cada mes.
JCVP
