FEMINICIDIOS

Las dos batallas de la familia Hay: justicia por Abigail y la custodia del hijo que dejó en orfandad

Margarita y su familia libran dos luchas en tribunales: una para que se castigue a los responsables de la muerte de Abigail y otra por la custodia del hijo menor que ella dejó en la orfandad.

José Luis Hay y Margarita Hay Urrutia, padre y hermana de Flor Abigail Hay Urrutia, quien murió dentro del penal de Salina Cruz, en Oaxaca.Créditos: Francisco Herrera | LSR
Escrito en ESTADOS el

Puebla.- La familia Hay ha vivido dos tragedias en poco tiempo. La primera sucedió en 2022, cuando Flor Abigail Hay Urrutia, hija menor de José Luis Hay, murió en circunstancias no esclarecidas dentro del penal de Salina Cruz, Oaxaca, pocas horas después de una detención arbitraria. La segunda fue la orfandad de sus dos hijos: Ian, hoy en secundaria, y su hermano menor, por cumplir seis años.

El dolor por la muerte de Abigail marcó el inicio de dos procesos legales: exigir justicia por su fallecimiento y obtener la custodia del hijo menor, cuyo nombre se omite a petición familiar. Antes de morir, Abigail había denunciado a su expareja, Kleiver Nazario
Espinoza, por violencia familiar, un juicio que sigue vigente
. Al mismo tiempo, su familia disputa con él la custodia del menor. En ambos procesos han enfrentado lentitud institucional, revictimización y falta de acceso a la justicia.

José Luis Hay y su hija Margarita Hay Urrutia, en entrevista con La Silla Rota, detallan las omisiones y revictimizaciones que han enfrentado en ambos procesos judiciales.

Una muerte sin esclarecer

Dos videos registran los últimos momentos de Abigail. El primero muestra su detención violenta el 19 de agosto de 2022 en Salina Cruz, tras una discusión con Kleiver. En redes sociales circuló el video en el que una policía, con ayuda de Kleiver y otro agente, la sube a una patrulla mientras ella grita: “Soy la mamá de tu hijo”. Se escucha a los agentes decir: "A ti no te vamos a detener, es ella nomás".

Abigail fue incomunicada y llevada a los separos de la comisaría. El segundo video, grabado en la cámara de seguridad del lugar, muestra cómo cuatro mujeres policías la inmovilizan. Al soltarla, Abigail cae al suelo. Intenta levantarse y es nuevamente sometida. Murió tres horas después.

Las autoridades dictaminaron suicidio por ahorcamiento, pero la familia sospecha de feminicidio. Rechazan que una mujer golpeada y débil pudiera quitarse la vida. De los funcionarios vinculados al caso, todos están libres. La falta de transparencia en el manejo de pruebas, la negativa inicial a entregar el cuerpo y la omisión de una autopsia independiente desde el inicio del proceso han generado una desconfianza profunda hacia las autoridades.

En total, se realizaron tres autopsias. Las dos primeras fueron encargadas por las autoridades estatales y ambas concluyeron suicidio. La familia solicitó una tercera, que estuvo a cargo de una especialista independiente. Aunque esta profesional encontró inconsistencias, dejó de responder repentinamente y nunca entregó un dictamen oficial.

Una relación violenta y una custodia disputada

En cuanto supo que su hermana había muerto, Margarita viajó a Salina Cruz desde la ciudad de Puebla, donde trabaja hasta el día de hoy. No sabía que ese sería el inicio de dos años de viajes constantes a Oaxaca.

La mujer recuerda que la relación de su hermana con Kleiver estuvo marcada por la violencia. En mayo de 2022, Abigail obtuvo el resguardo de su hijo menor y una orden de pensión alimenticia contra Kleiver. Cuatro meses después ocurrió la discusión, la detención y la muerte.

Flor Abigail Hay Urrutia.

Kleiver se llevó al niño menor sin informar del arresto de Abigail. La familia sospecha que hubo colusión con los policías. Mes y medio después, Margarita regresó a Puebla con su padre y su sobrino Ian. El más pequeño siguió con Kleiver. El pequeño fue trasladado a un entorno donde, según denuncias posteriores, fue expuesto a maltrato y manipulado para rechazar a su familia materna.

Margarita inició el proceso legal para obtener su custodia. Las audiencias se posponían repetidamente, casi siempre porque la parte contraria no se presentaba. Solo tras una alerta Amber y un video de Kleiver explicando que el menor estaba con él, el caso avanzó. Tras una audiencia de 12 horas, Margarita obtuvo la custodia provisional. Pero el niño, de apenas tres años, mostraba rechazo; había pasado siete meses aislado de ellos. “Me dio tristeza ver que no reconocía a su hermano”, recuerda durante la entrevista.

Un nuevo comienzo cargado de retos

El 28 de marzo de 2023, Margarita recibió oficialmente la custodia del niño. El juez estableció convivencias virtuales y presenciales con el padre. Todos los gastos corren por cuenta de Margarita y su familia. Los viajes quincenales a Salina Cruz son extenuantes y costosos.

La vida de Margarita cambió radicalmente: pasó de vivir con su hija y su madre, a hacerse cargo de los dos hijos de Abigail, junto a su padre. La niña de Margarita también debió adaptarse. Los gastos se multiplicaron y los tiempos se comprimieron. La familia reorganizó su vida alrededor de audiencias judiciales, traslados, horarios escolares y terapias psicológicas para los menores.

Aunque Kleiver fue sentenciado a 19 años por violencia familiar, un amparo le permite seguir en libertad. Margarita tramitó la tutoría legal, pero ha enfrentado denuncias infundadas por parte de la abuela paterna del niño. En una ocasión, personal del DIF llegó a su domicilio en Puebla para investigar un presunto maltrato que no se comprobó. Margarita tuvo que abandonar su trabajo ese día para presentarse en la institución.

Kleiver Nazario
Espinoza, expareja de Flor Abigail.

En diciembre, Kleiver no devolvió al menor tras una visita y argumentó un accidente. Posteriormente, notificó que no planeaba entregarlo porque una fiscalía le otorgó la custodia provisional ante una denuncia por maltrato contra Margarita. Sin embargo, informes del DIF de Oaxaca favorecieron a Margarita y señalaron posibles agresiones por parte de Kleiver.

Gastos y desgaste emocional

Margarita se hace cargo del seguro médico del niño y del transporte constante entre Puebla y Oaxaca. Cada viaje cuesta cerca de 2,500 pesos. Además, debe conseguir cuidado para su hija y sobrino mayor. Su padre, José Luis Hay, con marcapasos, y su madre, diabética, también se ven afectados físicamente. Las audiencias no se celebran en fechas fijas ni en horarios amigables; muchas veces han tenido que pasar la noche en la terminal de autobuses.

El 6 de octubre de 2023, una jueza otorgó brevemente la custodia a la familia de Kleiver, pero la decisión fue revocada ante la presión pública. Desde entonces, Margarita enfrenta visitas del DIF motivadas por acusaciones sin pruebas. En una de ellas, su madre sufrió una crisis por descompensación de azúcar y tuvo que ser hospitalizada.

Sin justicia para Abigail

La otra batalla de la familia Hay es por justicia. Aunque hubo tres autopsias, las dos primeras afirmaron suicidio. “¿Cómo iba a ahorcarse si ella estaba ya débil, golpeada y sin fuerzas?”, señala enfático su padre.

La tercera, realizada por una forense independiente, reveló información relevante pero nunca entregó el informe final.  La familia sospecha que fue presionada para abandonar el caso. Desde entonces, nadie les ha dicho dónde está el cuerpo o si hay intención de reabrir la investigación.

José Luis Hay solicitó apoyo federal. El entonces presidente Andrés Manuel López Obrador lo recibió y prometió que el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, le brindaría apoyo. Pero Jara nunca lo recibió.

Protesta en exigencia de justicia por Flor Abigail.

Hasta junio de 2025, no hay personas imputadas por la muerte de Abigail. La familia no ha recibido información clara del Ministerio Público ni de la Fiscalía de Oaxaca. Denuncian que la carpeta podría estar detenida o archivada. En varias ocasiones, han acudido personalmente a solicitar actualizaciones y se les ha negado el acceso.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO

SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS 

Esperanza en medio del dolor

A pesar del desgaste, Margarita insiste en que no busca venganza sino justicia. "El niño está adaptado, me llama mamá. A su prima le dice hermana. Pero el dolor... el dolor no se mide", dice.

"A mi hermana no la pude proteger, pero a sus hijos sí. Y no voy a dejarlos solos", concluye.

José Luis Hay y Margarita Hay Urrutia.

La familia Hay continuará su doble batalla: por la verdad y por el derecho de los niños a crecer en un entorno seguro y amoroso. "Para muchos, este caso puede parecer una historia más. Para nosotros, es nuestra vida", afirma José Luis Hay.

JCVP