MIGRACIÓN

Frontera en tensión: tanquetas de EU alarman a vecinos

Hay temor, zozobra e indignación entre vecinos por la presencia de blindados a pocos metros de sus viviendas

Fernando Pedraza, vecino de Nogales, observa la vigilancia con una tanqueta Stryker del Ejército de EU cerca del muro.Créditos: Sergio García | LSR
Escrito en ESTADOS el

NOGALES, Son.- En medio de la reciente ofensiva migratoria impulsada por el gobierno de Donald Trump, vehículos blindados del Ejército de Estados Unidos han sido desplegados en la frontera con Sonora, generando temor y desconcierto entre residentes de colonias fronterizas, quienes reportan que las tanquetas se encuentran a menos de cien metros de sus hogares, del lado de Nogales, Arizona.

En las zonas colindantes con la línea fronteriza operan escuelas como el Cetis 128 y el campus local de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), cuyos patios traseros colindan directamente con el muro internacional. Incluso la delegación de la Fiscalía General de la República tiene como cerco el límite con Estados Unidos.

Uno de los vehículos blindados desplegados es del tipo Stryker, utilizado en combate de infantería motorizada. Esta unidad fue colocada frente a la calle Independencia, en la colonia del mismo nombre, donde históricamente ha habido tráfico de drogas y migrantes. Aunque el barrio se ha urbanizado, persiste la desconfianza para hablar con la prensa.

Dos estudiantes del Cetis 128 accedieron a declarar brevemente para La Silla Rota.

Nos da temor que ocurra un incidente, que disparen. En este barrio puede pasar cualquier cosa”, comentó Juan -nombre ficticio por ser menor de edad-.

Otro alumno expresó su indignación por la presencia de armamento frente a viviendas mexicanas, ya que representa un riesgo para las familias. Varios jóvenes dijeron sentirse amenazados al ver una bandera negra ondeando sobre la tanqueta.

En su escuela, les han instruido no acercarse al muro, debido al peligro que implica. Desde hace décadas, esta zona ha sido utilizada por traficantes para cruzar drogas y personas, situación que, según los testimonios, involucra también los alrededores del Cetis y la UPN.

Vecinos de la colonia Del Rosario, de unos 40 años, comentaron que entienden la postura del gobierno estadounidense: “Mira nuestro país: muertos por todos lados, narcotráfico... Ellos no quieren lo mismo para su país”, dijo uno mientras realizaba reparaciones en su hogar.

Sergio García | LSR

Miedo por los hijos

Eréndira Pérez, madre de familia, manifestó su preocupación por la seguridad de niños y adultos: “¿Con qué confianza dejas salir a los niños? ¿Y si alguien lanza una piedra? Los soldados gringos pueden responder con balas”.

Sin embargo, el doctor y activista Fernando Pedraza señaló que la tanqueta no tiene armamento montado, y que se trata de una medida disuasoria para frenar el cruce ilegal de personas y drogas. "Su intención es solo mostrar presencia, apantallar a dos o tres. Como ciudadanos no debería preocuparnos", indicó.

Más despliegues en la zona

Además de la tanqueta en la zona residencial de la colonia Independencia, se detectó otra en el Ejido Mascareñas, cerca de Santa Cruz, colocada en una montaña. El vehículo fue grabado en el momento en que descendía por una pendiente, escoltado por militares vestidos de civil a bordo de dos camionetas, con soldados montados en su parte superior.

Sergio García | LSR

La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (Border Patrol) también refuerza su presencia con recorridos constantes, mientras que la vigilancia del lado mexicano es limitada. Incluso se reporta actividad de grupos delictivos que patrullan ciertos puntos.

Estos vehículos blindados, según información disponible en portales estadounidenses, fueron enviados previamente a Ucrania. Están diseñados para portar armamento pesado, como ametralladoras de 50 mm, cañones de 105 mm o lanzagranadas, y su costo oscila entre 4 y 8 millones de dólares dependiendo del equipamiento.

Algunos políticos locales se negaron a dar entrevistas, por temor a represalias como la cancelación de sus visas estadounidenses.

Sergio García | LSR

La presión de Estados Unidos

Desde mayo, y con mayor intensidad en junio, el gobierno de Trump ha reactivado su política migratoria de mano dura, con redadas masivas en centros de trabajo y ciudades santuario, que se han extendido a hoteles, restaurantes, granjas y zonas urbanas de alto flujo migrante.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) considera estas acciones como fundamentales para preservar la seguridad pública. El objetivo es desarticular redes de empleo ilegal que, según su narrativa, afectan a trabajadores estadounidenses.

A la operación se han sumado agencias como el FBI, DEA, Pentágono, ATF y el Departamento de Estado, y se contempla el uso de aviones militares para deportaciones masivas.

Trump ha defendido esta campaña argumentando que los migrantes son usados políticamente por los demócratas, y que las ciudades santuario fomentan la impunidad. Las medidas han generado protestas, demandas judiciales y preocupación entre organizaciones civiles, que advierten que se están aplicando leyes obsoletas como la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, poniendo en riesgo derechos fundamentales.

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Aunque el fin de semana se había anunciado una suspensión parcial de las redadas, agentes del ICE recibieron la instrucción de reanudar los operativos, lo que refuerza la percepción de militarización en zonas fronterizas como Nogales.

JCVP /aj