Desde 2022, al menos 16 civiles han muerto en Michoacán tras activar por accidente explosivos terrestres tipo mina colocados presuntamente por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en caminos de terracería y campos agrícolas de Michoacán.
Contexto: la región de Tierra Caliente en Michoacán ha enfrentado una creciente amenaza por el uso de minas terrestres por parte del crimen organizado, especialmente el CJNG. Estas minas, muchas de fabricación casera, han sido colocadas en caminos rurales y campos agrícolas. El incidente más reciente ocurrió apenas el pasado martes 27 de mayo, cuando una mina antipersona explotó al paso de un convoy militar en Santa María del Oro, municipio de Jalisco colindante con Michoacán.
La presencia de estas minas ha generado un clima de terror en la región, forzando el desplazamiento de comunidades enteras y complicando las operaciones de las fuerzas de seguridad. Las autoridades han intensificado los operativos para localizar y desactivar estos artefactos explosivos, pero la amenaza persiste, evidenciando la sofisticación y peligrosidad de las tácticas empleadas por grupos criminales como el CJNG.
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Las 16 víctimas en Michoacán
Las primeras víctimas fueron un campesino y su hijo, quienes el 13 de febrero de 2022 activaron un artefacto explosivo en El Aguaje, municipio de Aguililla. El padre murió de inmediato y el hijo, días después, por la gravedad de las heridas.
El 6 de marzo de 2024, tres jornaleros de Arteaga murieron tras pisar un explosivo mientras regresaban de cosechar limón en Tumbiscatío, en la Sierra Costa michoacana.
Habitantes de Tierra Caliente y zonas limítrofes con Jalisco han reportado más muertes sin denuncia formal, por temor a represalias. Según testimonios, muchos de los estallidos ocurren en zonas de difícil acceso.
El año 2025 ha sido el más letal. El 12 de enero, tres hombres fueron encontrados calcinados dentro de una camioneta tras la explosión de un Artefacto Explosivo Improvisado (AEI) en Las Bateas, Apatzingán. Dos días después, el 14 de enero, un profesor y productor, Ramón Paz Salinas, de limón murió al pasar sobre uno de estos artefactos en el mismo municipio.
El 9 de febrero, en Santa Ana, Buenavista, un campesino y un adolescente murieron en un campo de cultivo cuando un azadón activó un explosivo. El 13 de marzo, tres cortadores de limón fallecieron en un campo minado del mismo municipio. Otro joven murió el 2 de abril al estallar un explosivo mientras circulaba en moto en Puerta de Alambre, Apatzingán. El 20 de mayo, también en Apatzingán, un jornalero falleció en una huerta de limón entre El Alcalde y Las Bateas al pisar un AEI.
Las autoridades federales atribuyen estos ataques al CJNG y a su brazo aliado, Los Viagras, quienes han sembrado explosivos en zonas bajo su control.
Aumenta operativo militar tras ataque al Ejército
Tras la emboscada del pasado martes 27 de mayo con explosivos en Santa María del Oro, municipio de Jalisco colindante con Michoacán, que dejó ocho integrantes de la Guardia Nacional (GN) muertos, el Ejército mexicano incrementó su presencia en la región. El ataque ocurrió en una brecha entre Las Pilas y Las Mesas, cuando estalló un artefacto al paso del convoy de la Fuerza Especial de Reacción e Intervención (FERI).
El rescate de los cuerpos se prolongó debido al terreno minado. Elementos fueron desplegados desde Apatzingán, Zamora y Ciudad de México para localizar al grupo criminal responsable.
Fuentes castrenses indican que el operativo buscaba desmantelar un centro de operaciones del CJNG, donde se presume que había una ametralladora Minigun, armamento pesado y decenas de sicarios.
Durante el operativo, se registraron enfrentamientos y otro explosivo fue detonado contra el convoy. Entre los militares muertos están el Segundo Subinspector Jovany Rosales Rosales y el Subagente Jorge Alberto Cruz Velázquez.
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Dos elementos más resultaron heridos y fallecieron en un hospital de Apatzingán. La Fiscalía General de la República confirmó que el ataque ocurrió en Jalisco y que la investigación corresponde a su delegación en esa entidad.