Aunque las fake news son un fenómeno relativamente reciente, hace más de 60 años una noticia falsa provocó que cientos de personas en Mazatlán, Sinaloa, salieran de sus casas para evitar ser arrasadas por un supuesto maremoto proveniente de Alaska, el cual, por supuesto, nunca llegó.
De acuerdo con el historiador Enrique Vega Ayala, en declaraciones para Sinaloa en Línea, durante la madrugada del sábado 28 de marzo de 1964, un carro con altavoces recorrió las calles de la ciudad alertando a la población sobre la inminente llegada de este fenómeno natural, por lo que era imprescindible evacuar de inmediato.
¿Qué se sabe del falso maremoto en Mazatlán?
Lo único cierto es que el viernes 27 de marzo de 1964 ocurrió un fuerte sismo en Alaska, lo que activó una alerta de tsunami y puso en guardia a la costa del Pacífico. Sin embargo, era prácticamente imposible que algo así afectara a Sinaloa, pues frente a sus costas se encuentra la península de Baja California, que actúa como barrera natural.
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Pese a este hecho geográfico, cientos de personas salieron en pijama de sus casas, asustadas y tratando a toda costa de llegar a las zonas altas de la región para evitar la furia del mar. Algunos diarios de la época cubrieron el tema, aunque de manera cómica y burlona, por la forma en que reaccionó la población.
Respecto a cómo se tomó la decisión de evacuar Mazatlán, existen dos versiones. Una señala que Leopoldo Sánchez Celis, gobernador en turno de Sinaloa, malinterpretó la alerta de tsunami y, en un acto de buena fe pero mal informado, trató de salvar a la población con una evacuación de última hora.
La otra versión es menos benevolente: apunta que el mandatario se encontraba bebiendo en un bar cuando recibió los datos de la alerta, lo que provocó que no entendiera bien la situación, entrara en pánico y ordenara la evacuación en plena madrugada del Sábado de Gloria.
Hasta el momento, ningún historiador ha logrado establecer con certeza cómo fue que las autoridades decidieron emitir la alerta. Lo único en lo que coinciden es en que se ordenó despertar a don José Luis Robles, el hombre que operaba el único “carro de sonido” de la ciudad, para dar el anuncio.
Según el historiador Vega Ayala, en una época sin internet y con poco acceso a la televisión, el señor Robles era el encargado de difundir avisos a la población, así como de vocear ofertas y otras noticias de interés general.
Así habría sido la evacuación sorpresa
De esta manera, la población mazatleca fue sorprendida mientras dormía por el estruendo de las bocinas de don José Luis, quien informaba que se acercaba una enorme ola que barrería con la ciudad.
Luego de varias horas, las personas habían llegado como podían a las zonas altas; algunos intentaron huir en tren, y otros simplemente nunca salieron de sus casas porque no escucharon el mensaje. Sin embargo, el temido tsunami nunca llegó.
Una vez que pasó el pánico, la gente comenzó a darse cuenta de que todo se había tratado de una noticia falsa, por lo que regresaron a sus casas molestos por el susto que habían experimentado.
Aunque esta historia es muy conocida en Sinaloa y suele revivir cada Semana Santa, lo cierto es que no hay muchos registros oficiales sobre ella. Ha sido contada de boca en boca, y algunos atribuyen la falta de documentación a que, debido a la época, el gobierno controló toda la información relacionada con la atropellada evacuación para apagar rápidamente el escándalo.
Sin embargo, historiadores y personas que vivieron el episodio han revelado algunos detalles del falso maremoto que hizo correr a la gente de Mazatlán, Sinaloa.
