Puebla enfrenta una grave crisis ambiental debido a la contaminación del río Atoyac y la presa de Valsequillo, dos de los principales focos de atención. Estos cuerpos de agua, fundamentales tanto para el ecosistema local como para la agricultura, presentan un nivel de contaminación severo que afecta a miles de personas y pone en riesgo la salud pública.
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El río Atoyac, que atraviesa 70 municipios y abarca más de 4 mil km², es uno de los cuerpos de agua más contaminados de la región. Según un informe del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), se han detectado metales pesados, así como microplásticos, los cuales están vinculados a enfermedades graves como la leucemia y complicaciones renales.
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Pobladores revelan cómo es vivir cerca del Atoyac
Frida, Gonzalo y Andrea viven cerca del río Atoyac, uno de los más contaminados del país. La queja más recurrente entre los habitantes es el intenso olor que emana del afluente.
“A partir de que yo empecé a vivir en esta zona, pues ya el río está muy descuidado, los olores son muy fuertes, además cuando hace calor es cuando los olores empiezan a salir, pero gentes anteriores o personas ya muy muy grandes que vivieron acá (dicen) que sí era un río muy bonito, pero desgraciadamente todo lo que echaron las fábricas que empezaron a hacer los desagües, pues descompusieron la zona”, relató Andrea Flores en entrevista con La Silla Rota. Ella lleva 23 años trabajando en una ferretería a dos cuadras del río en la Ciudad de Puebla.
Por su parte, Gonzalo, de 50 años, ha vivido toda su vida en la zona y atiende su miscelánea "La Conchita", ubicada a una cuadra del afluente. Se queja no solo del olor, sino también de la proliferación de ratas en la zona.
Frida, quien ha residido durante 18 años a orillas del río, ha experimentado dolores de cabeza constantes, además de enrojecimiento en la piel, sobre todo en brazos y espalda. Al principio, atribuyó estas molestias a su sudor, pero el Gobierno de Puebla ha advertido que la exposición al Atoyac puede provocar irritación cutánea y cefaleas recurrentes.
Otros síntomas comunes entre los habitantes de la zona incluyen náuseas, fiebre repentina, mareos, vómito, dolor abdominal y diarrea. La combinación de estos malestares es motivo suficiente para acudir a una unidad médica cercana.
Además del olor, Frida advierte otro peligro: la acumulación de basura y el aumento del nivel del río debido a la contaminación. Hace cinco años se instaló una alarma para alertar cuando el nivel del agua subiera, pero no funciona.
¿Cómo afecta a la salud vivir cerca del Atoyac?
La doctora Dolores Pérez tiene una farmacia y consultorio cerca del río Atoyac, entre los límites de San Andrés Cholula y Puebla. Ha trabajado en la zona durante 10 años, pero ha vivido allí toda su vida. Recuerda que hace 40 años, cuando era niña, el agua del río aún era "clarita".
Según el informe del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, en la cuenca Alta Atoyac se han identificado metales pesados como cromo, cadmio y mercurio, así como microplásticos. Estos contaminantes están relacionados con enfermedades graves, como leucemia, especialmente en niños. Además, el simple contacto con el agua puede causar náuseas, fiebre, mareos, vómito, irritación de la piel y problemas gastrointestinales.
La doctora Pérez recuerda el caso de un joven de 17 años que vivía cerca del río y fue diagnosticado con leucemia. Aunque se recuperó, recientemente tuvo una recaída y sigue residiendo en la misma zona.
“Cuando lo mandamos a hacer estudios nos dimos cuenta de que su hemoglobina andaba muy baja, entonces lo mandamos a hematología y ahí le detectaron que tenía leucemia. Y entonces ya se le dio el tratamiento, pero sí él vive por la orilla del río, pero no sé cuál fue la causa desencadenante de su leucemia. Como ya después lo empezaron a tratar en la oncología del Hospital General del Sur, entonces yo ya no supe cuál fue el origen de su problema”, relató la doctora Pérez.
Por su parte, el doctor Benjamín Serena, quien atiende en una clínica cercana al puente vehicular de las Torres, explica que la leucemia puede desarrollarse por múltiples factores. Sin embargo, menciona que las zonas con alta marginación, donde el agua del río es utilizada para actividades diarias, presentan mayor riesgo.
“La parte que comentas de la contaminación causa enfermedades como leucemia, sí tiene que ver porque, por lo que tiran al río. Uno como población, pues realmente no tira basura, pero eso viene más a grandes empresas, por ejemplo, este arreglado allá, viene creo que, desde San Miguel Canoa, ahí había muchas textileras, y tiraban sus desechos, tanto de la pintura como de la tinta. Eso se diluye en el agua, se evapora, y a la gente que vive aquí les puede causar a plazos, leucemia, insuficiencia renal, y es por esos desechos”, comentó el doctor.
La contaminación del Atoyac afecta a 3.7 millones de personas en 70 municipios de Puebla, Tlaxcala y el Estado de México, según la Secretaría de Medio Ambiente.
La doctora Pérez también ha atendido casos de alergias e irritaciones en la piel derivadas de la contaminación del río. “Sí, de la piel más que nada salen como honguitos, tiñas, todo ese tipo de lesiones en la piel. Más en los niños, como juegan cerca del río”, explicó.
Mientras que el doctor Serena advierte que quienes realizan ejercicio cerca del Atoyac sin usar cubrebocas pueden desarrollar enfermedades respiratorias y oculares. Además, la comida vendida en la vía pública y cercana al afluente se contamina con partículas suspendidas.
“Por estar cerca del río, enfermedades respiratorias, rinitis alérgica, rinitis, conjuntivitis, porque acuérdate que toda esa agua que se evapora, por ejemplo, las personas que vienen a correr en la madrugada, bueno, muy temprano, ese rocío o esa neblina que está ahí también es por el río, entonces pueden tener conjuntivitis”, señaló.
Las enfermedades que provoca el Atoyac
De acuerdo con el Conahcyt, en el 1er informe estratégico Cuenca del Alto Atoyac, este río “es uno de los más contaminados de México debido a las descargas de aguas residuales de más de ocho mil empresas, principalmente de las industrias química, textil y automotriz”.
“En las últimas 4 décadas, enfermedades como la enfermedad renal crónica y las leucemias agudas han mostrado tasas de incidencia y mortalidad elevadas, en especial en jóvenes. Se trata de padecimientos con una fuerte carga asociada a la exposición de los tóxicos imperantes en la Cuenca del Alto Atoyac”, señala la dependencia.
Según el Conahcyt, entre las décadas de 1990, 2000, 2010 y en 2019, los estados de Puebla y Tlaxcala han tenido las tasas de mortalidad más altas en el país por enfermedad renal crónica en personas de 15 a 49 años.
Por ejemplo, entre 2019 y 2021, la tasa de mortalidad por enfermedad renal crónica en jóvenes de 10 a 19 años en Tlaxcala fue de 2.7 por cada 100 mil habitantes, lo que representa un riesgo de muerte 4 veces mayor que el promedio nacional.
Mientras tanto, las tasas de mortalidad por leucemias agudas muestran una tendencia creciente en las poblaciones de 10 a 19 años y en los adultos mayores de las poblaciones de la Cuenca del Alto Atoyac.
Además, “las tasas de mortalidad por enfermedades del sistema circulatorio, como los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, se han incrementado en la última década en las poblaciones de adolescentes y jóvenes en un 23% y en 124% respectivamente”, indica el estudio.
Los habitantes de esta vasta región se ven expuestos a estos contaminantes, los cuales, además de impactar la salud, han llegado a los pozos de agua potable, poniendo en riesgo la vida de quienes dependen de esta fuente para su consumo diario.
Gobernador promete el rescate del Atoyac
En este contexto, el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, ha anunciado un ambicioso plan de 500 millones de pesos para la recuperación del Atoyac y la presa de Valsequillo, que incluye la tecnificación de los procesos de riego en al menos 17 municipios y un sistema de filtrado avanzado para el agua.
Este esfuerzo forma parte de una estrategia para limpiar el Atoyac y asegurar que el agua de Valsequillo se pueda utilizar de manera segura en la agricultura, especialmente en cultivos de hortalizas, con el objetivo de generar un mayor valor agregado para la región.
“Más de 500 millones de pesos tenemos este año para la tecnificación, pero enfocados, focalizados a la limpieza del Atoyac, la recuperación del agua de Valsequillo y al aprovechamiento de los centros de riego, con esa agua que llegue a un proceso de filtrado con tecnología de punta. En lugar de sembrar maíz o trigo, vamos a sembrar hortalizas que le darán otro valor”, comentó en conferencia de prensa el mandatario poblano el 26 de enero.
La crisis de los rellenos sanitarios en Puebla
La contaminación del Atoyac no es el único problema ambiental de Puebla. La presa de Valsequillo y los rellenos sanitarios también requieren atención urgente.
El gobernador de Puebla ha señalado que los rellenos sanitarios son proyectos prioritarios, ya que solo una cuarta parte de los 94 existentes cumple con las normas.
Para mejorar la gestión de residuos, la secretaria de Medio Ambiente, Sara Rebeca Bañuelos Guadarrama, informó que se están desarrollando Centros de Transformación de Sólidos Urbanos en municipios como Tehuacán y Tepeaca.
El 26 de agosto de 2024, se clausuró el relleno sanitario de Calpan por exceder los límites de basura permitidos. Un estudio de la UAM del 18 de marzo de 2024 encontró contaminación microbiológica severa en pozos y cuerpos de agua cercanos, incumpliendo la norma NOM-127-SSA1-2021. Sumado a los tiraderos clandestinos, esto ha agravado la contaminación del suelo, agua y aire en Puebla.
¿Contamina Granjas Carroll en Puebla?
El 22 de septiembre de 2024, en el foro “Análisis sobre la problemática de la cuenca Libres-Oriental”, la investigadora de la UNAM, Miriam Lastiri, afirmó que Granjas Carroll contamina el agua con excretas de cerdos, en las que se han detectado virus, bacterias y hongos.
La empresa consume entre ocho y nueve millones de metros cúbicos de agua de la cuenca, lo que ha causado indignación en las comunidades cercanas. Sin embargo, el 9 de diciembre de 2024, la exsecretaria de Medio Ambiente, Norma Angélica Sandoval Gómez, aseguró que Granjas Carroll “no contamina ni el suelo ni el agua” y que “no tenemos ningún tipo de información ni denuncia por contaminación”.
El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, prometió reunirse con Medio Ambiente estatal para verificar si la empresa está contaminando y que “la ciencia lo determine”.
Por otro lado, el 24 de febrero de 2024, la directora de Operaciones de Granjas Carroll, Magaly Tapia Santos, propuso reutilizar aguas residuales tratadas en la agricultura, destacando sus beneficios para el suelo y la reducción del uso de agua dulce y fertilizantes. También abogó por actualizar el marco regulatorio para fomentar prácticas sostenibles.
Se intentó contactar a Granjas Carroll para conocer su postura, pero hasta la publicación de esta noticia, no se obtuvo respuesta.