El 12 de febrero de 2016, hace exactamente nueve años, el Papa Francisco pisó suelo mexicano, convirtiéndose en el tercer pontífice que visita México desde aquella histórica visita de Juan Pablo II, en 1979, cuando incluso no había relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano.
Previo a Francisco, el polaco Karol Wojtyla, que llevó su pontificado como Juan Pablo II, visitó México en cinco ocasiones. Fue en 1992 cuando, luego de reformas al artículo 130 de la Constitución, impulsadas por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, se reestablecieron las relaciones diplomáticas entre ambos estados.
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El segundo Papa en visitar México fue el alemán Benedicto XVI, durante el gobierno de Felipe Calderón. Y Francisco llegó al país en febrero de 2016, apenas unos meses después de su asunción como jefe de la iglesia católica. En esa ocasión, el también jefe del Estado Vaticano visitó cuatro estados, además de la capital del país, donde fue recibido en Palacio Nacional por el entonces presidente Enrique Peña Nieto.
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¿Qué estados visitó el Papa Francisco cuando vino a México?
El Papa Francisco inició su gira en la capital del país, donde fue recibido con una ceremonia oficial en el Palacio Nacional. En un gesto simbólico, se le otorgaron las llaves de la ciudad, marcando el inicio de su recorrido pastoral. Uno de los momentos más significativos de su estancia en la Ciudad de México fue su visita a la Basílica de Guadalupe, donde oró en privado ante la imagen de la Virgen del Tepeyac.
En su homilía desde la Catedral Metropolitana el Papa hizo un llamado de atención a la jerarquía eclesiástica mexicana.
Enfrentándolos con la realidad, les pidió que se mantuvieran cercanos al pueblo y que no se dejaran llevar por el materialismo o la corrupción.
El municipio de Ecatepec, que en esos años vivía severos problemas de violencia y marginación, fue el escenario donde el Papa celebró una misa ante más de 400 mil fieles. En su homilía, Francisco advirtió sobre los peligros del narcotráfico, la corrupción y la indiferencia hacia los más necesitados. Pidió a los asistentes que no se dejaran dominar por "las tentaciones del diablo", refiriéndose a la desigualdad y la injusticia que golpean a tantas comunidades en el país.
Chiapas: El Papa de los pueblos originarios
Uno de los momentos más simbólicos de su visita fue su paso por el estado de Chiapas, donde se reunió con comunidades indígenas en San Cristóbal de las Casas. En una misa que incluyó oraciones en lenguas nativas y la participación de diáconos indígenas, el Papa pidió perdón por el trato que la Iglesia había dado a los pueblos originarios a lo largo de la historia.
En su mensaje, Francisco resaltó la importancia de preservar las culturas indígenas y su relación con la naturaleza, en un llamado a la Iglesia para integrar más a estas comunidades en la vida eclesiástica.
En Morelia, Michoacán, el Papa se encontró con miles de jóvenes en un estadio de fútbol. En un estado marcado por la violencia y la presencia del crimen organizado, su mensaje fue claro: no dejarse seducir por la "narcocultura" y construir un futuro basado en la paz y la unidad.
"No se dejen robar la esperanza", les dijo, buscando inspirarlos a cambiar la realidad de su entorno.
Chihuahua: La misa binacional en Ciudad Juárez
El viaje del Papa concluyó en Ciudad Juárez, donde celebró una misa binacional a pocos metros de la frontera con Estados Unidos. Desde allí, envió un mensaje contundente sobre la crisis migratoria y la necesidad de acoger a quienes buscan un mejor futuro.
La imagen del Papa rezando frente a la frontera se convirtió en un símbolo de solidaridad con los migrantes y sus familias.