La ubicación geográfica del Rancho Izaguirre, situado en la Región Valles a 60 kilómetros de Guadalajara, en el municipio de Teuchitlán, resultó ideal para instalar la escuela del terror y el crematorio clandestino ligados al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
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El lugar está rodeado de sembradíos, y el acceso al terreno de 10 mil metros cuadrados solo es posible a través de brechas. Desde la carretera Guadalajara-San Marcos, a la altura del kilómetro 08, se ingresa por un camino de terracería, y se deben caminar tres kilómetros hasta llegar al portón principal.
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Esta distancia fue suficiente para que no se pudieran escuchar los gritos de auxilio de los reclusos, sus lamentos durante las torturas o asesinatos, o sus intentos de escape. La propiedad contaba con un cuarto elevado que funcionaba como torre de vigilancia, desde donde se podía recapturar a los fugitivos.
Durante la cosecha de caña, el lugar se volvía menos visible para los automovilistas que transitaban por esa zona, y los patrulleros de la Comisaría Municipal de Teuchitlán evitaban adentrarse en este desolado sitio, ya que la cabecera municipal se encontraba a 12 kilómetros de distancia.
En el recorrido realizado por “La Silla Rota”, se encontraron solo dos ranchos, separados por casi dos kilómetros. Los habitantes de la zona mencionaron que solo veían camionetas entrar y salir, pero en la población de la Estanzuela no escuchaban nada.
Al transitar por las brechas y veredas, se observó a tres trabajadores preparando la tierra para la próxima cosecha. A pesar de ser un lugar solitario, pasaban supuestos jornaleros en motocicletas sin placas de circulación, y una camioneta Chevrolet estaba estacionada en medio de las parcelas, observando el trabajo de los peritos en criminalística.
De hecho, Google ha eliminado el nombre del Rancho Izaguirre del mapa, borrando así de su plataforma este centro de entrenamiento, muerte e incineración.
"Ahora se les ocurre sacar la noticia en Teuchitlán": presidente municipal
Para el presidente municipal de Teuchitlán, José Ascención Murguía, este tipo de lugares (centros de entrenamiento delincuencial) existen en todo el estado, pero "ahora se les ocurre sacar la noticia en Teuchitlán". Insistió en que no tenía conocimiento de este lugar, ya que se encuentra muy alejado de la cabecera municipal.
Víctor Manuel González Romero, exrector de la Universidad de Guadalajara (1995-2001) y originario de Etzatlán, explicó que este sitio ya era conocido por la Guardia Nacional y las autoridades de Jalisco, pero no se hicieron más acciones después de la incautación del lugar.
"Obviamente, estos lugares no pueden pasar desapercibidos. En septiembre de 2024 se incautó el lugar, pero desde entonces, hasta el 5 de marzo, los colectivos de búsqueda fueron quienes encontraron lo que ahora aparece en las noticias. Me da pena, incluso coraje, ver cómo las autoridades se pasan la bolita. La Guardia Nacional, siendo una entidad federal, ya conocía el caso, lo incautó y detuvo a 10 personas supuestamente ligadas al crimen organizado. Este tipo de delitos son de competencia federal", agregó.
El académico señaló que las autoridades estatales ya sabían de este problema en la zona. "Sabían las autoridades estatales porque participaron, y las municipales también, aunque no tienen la misma capacidad de fuego que las estatales. Pero por supuesto que lo sabían, y se pasan la bolita en lugar de resolver el problema", afirmó.
Ya habían hallado campamentos de adiestramiento en la región
El académico reiteró que en municipios de la Zona Valles de Jalisco ya se habían encontrado campamentos de adiestramiento, y se conocía sobre los desaparecidos, ya que desde hace siete años hubo otro predio asegurado para los mismos fines.
"Es importante recordar que hace siete años, en el municipio de Tala, ocurrió un caso similar. Sin los zapatos ni las prendas, era un lugar de exterminio, reclutamiento y entrenamiento. Esto es un indicador de lo que está pasando en el país, donde las desapariciones están en niveles alarmantes. Jalisco no es la excepción, ya que es la entidad con más personas desaparecidas.
“Además, desde marzo de 2022, el Gobierno de Jalisco dejó de reportar casos de desapariciones al sistema nacional, argumentando problemas con la base de datos. Esto es una obligación que no se está cumpliendo, y la impunidad en el estado es altísima", dijo.
El exrector de la máxima casa de estudios de Jalisco destacó que estos centros de crimen organizado van acompañados por la impunidad y la inacción de las autoridades.
"La impunidad en los delitos de desaparición de personas es del 99%, pero en el caso de Jalisco alcanza el 99.9%. Esto se define como los casos que tomaron conocimiento las autoridades, pero no hicieron nada. De cada 100 casos, 99 no son atendidos. Estamos ante una grave situación donde la impunidad predomina en Jalisco y en México", explicó.
Las centrales camioneras y el método de reclutamiento del CJNG
Este tipo de centros de la delincuencia organizada no es único en Jalisco ni en el país, ya que estos cuarteles de la muerte fueron una innovación de Los Zetas en el norte del país.
"Es probable que existan más de estos centros. La estrategia seguida por Los Zetas, que fue detectada el año pasado por periodistas y académicos, muestra que muchas personas están desapareciendo de la Central Camionera de Guadalajara, ubicada en el municipio de Tlaquepaque.
“Esta central, la más importante de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), estuvo vinculada a desapariciones, aunque el gobernador anterior, Alfaro, negó que eso estuviera ocurriendo. No se hizo nada hasta que el nuevo gobernador, Pablo Lemus, reconoció el problema, y la presidenta municipal Laura Imelda Pérez Segura implementó un operativo especial, reduciendo el número de desapariciones", señaló.
Víctor Manuel González Romero explicó que este fenómeno fue evidente en las cédulas de búsqueda, que en su mayoría incluyen a jóvenes de entre 20 y 30 años.
"Se sabía que los jóvenes iban allí por ofrecimientos de trabajo que pagaban 10 mil pesos a la semana, y fueron cooptados para convertirse en sicarios o incluso operadores de call centers, como en un caso en Zapopan, donde muchos no sabían que estaban trabajando para el crimen organizado y se dedicaban a la extorsión", explicó.
FGR toma el caso Teuchitlán
Por su parte, el Fiscal General de Jalisco, Salvador González de los Santos, visitó el rancho en Teuchitlán para supervisar el trabajo de los criminalistas. Al salir, se negó a hablar con los medios de comunicación presentes, pero una hora después subió un video a las redes del gobierno estatal, explicando que no había indicios de que el lugar hubiera sido utilizado por segunda vez. Sin embargo, sí encontró cuatro nuevos sitios donde había restos humanos calcinados.
"Ante los recientes hallazgos, los trabajos fueron insuficientes, por lo que hemos iniciado una investigación para determinar posibles omisiones de las autoridades y fincar responsabilidades.
“Los peritos y las evidencias encontradas hasta ahora indican que no hubo actividad delictiva entre septiembre y marzo, después de que el lugar fuera asegurado. No obstante, el trabajo pericial continúa para determinar la antigüedad exacta y las posibles identificaciones de los restos, garantizando que cada hallazgo sea tratado con el rigor científico que corresponde", detalló el fiscal.
En el lugar fueron asegurados artículos como ropa, zapatos, esponjas de baño, artículos de higiene personal, sandalias de baño, pesas para hacer ejercicio y otros objetos diversos.
El caso ha sido atraído por la Fiscalía General de la República a solicitud directa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien pidió esclarecer estos crímenes y determinar responsabilidades.
Identifican botas de posible víctima
El hallazgo realizado por las integrantes de Guerreros Unidos por Nuestros Desaparecidos en Jalisco permitió que una mujer originaria de Colima identificara las botas y un pantalón de su esposo.
Se trata de Alexis Guadalupe Jiménez, de 30 años, quien trabajaba como taxista en el municipio de Tecomán. Desde el 18 de noviembre de 2022, estaba desaparecido tras ser privado de su libertad por sujetos armados frente a su esposa, Carolina López Soto, a las afueras de su domicilio.
"Nos informaron que, el día de los hechos, esta persona vestía una camisa negra de la marca Lacoste, un pantalón de mezclilla azul claro y unas botas de gamuza beige. Al ver la transmisión de las Madres Buscadoras en Facebook, su familiar reconoció los zapatos debido a un defecto de fábrica. Esto da la esperanza de que sus restos se encuentren entre los asegurados por Ciencias Forenses", explicó Raúl Servín, integrante del colectivo.