Hablar de desapariciones en México se ha convertido en algo normal. Los colectivos de personas buscadoras llegan a no darse abasto porque buscan y encuentran. En ocasiones, encontrar restos de personas desaparecidas, toma años, tanto así, que lo que se encuentran son restos óseos y pertenencias a través de las cuales se puede identificar a la persona.
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Sin embargo, cuando la desaparición de una persona se prolonga por la negligencia de las autoridades, el dolor de la familia es doblmente mayor. En el Servicio Médico Forense (Semefo) de Quintana Roo, los cuerpos llegan a pasar años ahí guardados, sin que haya una investigación de por medio y que por mero descuido de la autoridad, familias incrementan la agonía que deja un familiar desaparecido.
Tras largos periodos de búsqueda, inlcuso, en el Semefo de Quintana Roo, al menos 3 cuerpos pudieron ser identificados gracias a la persistencia de una madre que no se dio por vencida y que luego ayudó a otros a encotrar a quien buscaban.
El caso de Francisca Mariner Flores: cuatro años en el Semefo
Es el caso de Francisca Mariner Flores Patrón, una joven de 17 años que desapareció el 22 de junio de 2020. Su madre, María Dolores Patrón Pat, lideresa del colectivo Madres Buscadoras de Quintana Roo, emprendió una lucha incansable para encontrarla.
Durante más de cuatro años, realizó bloqueos, protestas y plantones, enfrentando obstáculos por parte de las autoridades. Finalmente, el 23 de diciembre de 2024, Francisca fue localizada en el Semefo, donde su cuerpo permaneció sin identificar durante cuatro años y medio. Este hallazgo puso fin a la búsqueda de su madre, quien lamentó que su hija estuviera tanto tiempo "encerrada" en el Semefo debido a la negligencia institucional.
Negligencia forense: cuerpos olvidados en Cancún
Además del caso de Francisca, el cuerpo de Uriel Hernández García, un joven de 21 años originario de Culiacán, Sinaloa, fue identificado diez meses después de ser hallado.
Uriel desapareció en enero de 2022, y su madre, María del Carmen Hernández García, en colaboración con el colectivo Verdad, Memoria y Justicia, descubrió que su hijo había estado todo ese tiempo en el Semefo. Las autoridades habían levantado el cuerpo de Uriel en la colonia "El Pedregal" en Cancún, pero no se realizaron las diligencias necesarias para identificarlo oportunamente.
Otro caso que evidencia la crisis es el de William Hernández Zapata, desaparecido el 19 de diciembre de 2017. Su madre, Carmita Zapata Pérez, lo buscó durante siete años, hasta que su cuerpo fue identificado en el Semefo el 31 de octubre de 2024. La localización fue posible tras una protesta masiva organizada por el colectivo Madres Buscadoras de Quintana Roo en el Aeropuerto Internacional de Cancún.
William había permanecido en las instalaciones del Semefo durante todo ese tiempo, sin que las autoridades avanzaran en su identificación.
Estos tres casos no son aislados. La saturación del Semefo, que desde 2022 acumula más de 700 cuerpos sin identificar, refleja la falta de capacidad de las autoridades para procesar y analizar los restos humanos.
Las madres buscadoras han denunciado que las cámaras frías del Semefo contienen cuerpos desde 2014, evidenciando la lentitud en los procesos de identificación. La última inversión significativa para mejorar estas instalaciones fue en 2021, cuando se destinaron casi 36 millones de pesos para la construcción del panteón forense y un centro de antropología, pero los problemas persisten.
¿Por qué hay tantos cuerpos en el Semefo de Cancún?
En Quintana Roo los cuerpos de las personas no identificadas o que no son reclamadas por familiares se guardan en fosas individuales en el panteón forense y la Fiscalía General del Estado (FGE) tiene responsabilidad de identificarlos para entregarlos, sin embargo, el Servicio Médico Forense (Semefo) está saturado desde el 2022, tiene más de 700 cuerpos, que acrecientan el problema de saturación.
La última vez que se modificó el Semefo fue en 2021 cuando la FGE recibió 35 millones 954 mil 375 pesos para la construcción del panteón forense y centro de antropología en una primera etapa. Las leyes actuales prohíben que los cuerpos sean inhumados en fosas comunes y tampoco es posible enterrarlos en fosas individuales porque el suelo de Quintana Roo es kárstico lo cual resulta costoso y también se pone en riesgo que se contamine el manto acuífero de donde obtiene agua la población.
En el Semefo hay cuerpos congelados en la cámara fría desde el 2014, y a pesar de que estas camas están diseñadas para guardar cuerpos temporalmente, en el Semefo hay cuerpos que tienen más de cuatro años sin identificarse.
La situación se agrava con el hallazgo de fosas clandestinas en Cancún, donde se han encontrado restos humanos calcinados en terrenos irregulares. A pesar de que las autoridades prometieron realizar análisis forenses, hasta el momento no se ha esclarecido la identidad de las víctimas encontradas en estas fosas. Las madres buscadoras continúan denunciando que la falta de acción por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) dificulta aún más su búsqueda de justicia.
María Dolores Patrón agradeció a la ciudadanía por la empatía mostrada durante los bloqueos y protestas que han afectado la movilidad en Cancún. Reconoció que estas acciones generan molestias, pero destacó que son necesarias para presionar a las autoridades y lograr avances en los casos de desaparición forzada.
María Dolores Patrón: un ejemplo de lucha en Quintana Roo
Originaria de Cancún, Quintana Roo, María Dolores nunca imaginó que la desaparición de su hija, Francisca Mariner Flores Patrón, la convertiría en una activista incansable. La búsqueda de Francisca comenzó el 22 de junio de 2020, cuando la joven de 17 años no regresó a casa.
Madre de una bebé de cinco meses, Francisca fue vista por última vez en el fraccionamiento Paseos del Mar, donde vivía con su pareja sentimental, Ángel Conrado “N”.
Durante cuatro años y medio, María Dolores enfrentó un sistema que, lejos de dar respuestas, pareció entorpecer la búsqueda. En respuesta a la inacción de las autoridades, fundó el colectivo Madres Buscadoras de Quintana Roo, un espacio donde madres con historias similares se unieron para exigir justicia y apoyarse mutuamente.
La iniciativa pronto se convirtió en un referente en el estado, donde la crisis de desapariciones y el rezago en la identificación de cuerpos han dejado una profunda herida.
María Dolores y su colectivo no se limitaron a pedir explicaciones. Convirtieron las calles de Cancún en su escenario de lucha: Hizo plantones en el Aeropuerto Internacional de Cancún, junto con otras madres buscadoras que también exigían justicia, tomó decenas de veces la avenida Nichupté, justo afuera de los Juzgados Penales Orales e hizo plantones afuera y adentro de la Fiscalía de Quintana Roo, además de diversas marchas en las avenidas principales en el destino turístico con la misma convicción de exigencia a las autoridades, que encuentren a su hija.
La lucha sigue: justicia para los desaparecidos en México
Después de años de lucha encontró a su hija Francisca Mariner Flores Patrón, pero no fue en ninguna de los operativos de búsqueda que realizaron en el norte y sur de Quintana Roo, pues los restos de la joven estuvieron guardados dentro del Servicio Médico Forense (Semefo), que desde hace más de dos años, sostiene una crisis de acumulación de cuerpos de víctimas de delitos de alto impacto.
La búsqueda terminó el 23 de diciembre de 2024, cuando el cuerpo de Francisca fue identificado en el Servicio Médico Forense (Semefo). Había estado ahí durante cuatro años.
“Encontré a mi hija, hoy está en su casa, un lugar donde nunca debió salir,” declaró entre lágrimas. “Aunque no en las condiciones que había esperado, María Dolores finalmente pudo darle a Francisca un lugar de descanso”.
El caso de Francisca también reveló la responsabilidad de Ángel Conrado “N”, quien en un principio denunció la desaparición de la joven para desviar la atención de las autoridades. Sin embargo, investigaciones posteriores demostraron que él fue el autor intelectual de su desaparición. En octubre de 2024, fue condenado a 50 años de prisión.
La lucha de María Dolores no terminó con el hallazgo de su hija. Con el apoyo del colectivo, sigue exigiendo mejoras en los procesos de identificación forense y justicia para las familias que buscan a sus desaparecidos.