Guadalajara.- Jalisco se prepara para recibir uno de los espectáculos deportivos más grandes del mundo, pero la efervescencia de los preparativos contrasta con la cruda realidad de la violencia enterrada. En 2025, la localización de fosas clandestinas se ha convertido en un tema central, evidenciando que la "maquinaria de muerte y desaparición en el estado no se ha detenido; por el contrario, se ha agudizado", según Jonathan Ávila del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD).
En lo que va del año, ocho fosas han sido localizadas por colectivos de búsqueda. Solo las tres más grandes —Las Agujas, Plan de la Noria y Arroyo Hondo— suman 427 bolsas con restos humanos. Esta cifra se suma a un universo estatal de personas desaparecidas que el registro estatal reconoce en 16,041, mientras que el nacional reporta 14,052.
El municipio de Zapopan, sede del Estadio Akron donde se jugarán partidos del Mundial , es un ejemplo de esta contradicción: es el segundo lugar estatal en desapariciones con 2,229 personas sin regresar a casa, y este año se han procesado ocho fosas clandestinas en el municipio. Los nombres de estos sitios son un eco constante entre las familias buscadoras: Santa Lucía, Villas de Guadalupe, Venta del Astillero, Copalita, Arenales Tapatíos, Camino a Las Agujas, Plan de la Noria (Nextipac) y Arroyo Hondo.
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Cifras que reflejan la crisis
En entrevista para La Silla Rota, el titular del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), Axel Rivera Martínez, rechazó que la institución oculte cifras sobre cuerpos sin identificar o restos localizados en fosas clandestinas. Aseguró que la información es pública y que los números, aunque variables, reflejan la magnitud real de la crisis.
Rivera detalló que “en los descansos forenses de todo el estado hay un promedio de 1,300 cuerpos y alrededor de 8,000 segmentos humanos”. Explicó que estos fragmentos no necesariamente equivalen a personas distintas y que requieren análisis prolongados para determinar su procedencia y posible correspondencia.
?Colectivos señalan que la mayoría de las fosas clandestinas en Jalisco han sido halladas por familias y no por autoridades, pese a la magnitud de la crisis.
El funcionario afirmó que la prioridad no es inhumar, sino restituir los cuerpos a sus familias. Actualmente, el IJCF trabaja en la integración de los registros de 847 cuerpos no reclamados, con la creación del archivo básico de identificación para cada uno. Señaló que entre un 10% y un 15% de los cuerpos nunca encuentran familia, y son esos los que eventualmente serán sepultados.
Sobre la capacidad instalada, indicó que el instituto cuenta con más de 1,100 espacios de inhumación en el Área Metropolitana de Guadalajara, destinados únicamente a casos en los que ya se agotaron las posibilidades de identificación inmediata.
Rivera insistió en que no existe intención alguna de opacidad: “No hay en ningún momento la intención de ocultar cifras, ni de ser opacos, al contrario: queremos que se sepa y se vaya hacia adelante.”
La fosa de Las Agujas: 290 bolsas junto a un fraccionamiento en construcción
La excavación más grande, localizada en Las Agujas, surgió casi por accidente, cuando comenzó la construcción de un nuevo fraccionamiento. Lo que debía levantarse como zona residencial terminó revelando una verdad enterrada: 290 bolsas de plástico con restos humanos.
Las autoridades estiman que ahí yacen más de 62 víctimas, de las cuales 26 están preidentificadas. El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco acompaña las labores en un terreno donde, día a día, pueden cambiar las cifras. Es hoy la fosa más grande de Zapopan y la quinta con mayor número de restos registrada en todo Jalisco.
Plan de la Noria: un hallazgo que llegó por un reporte anónimo
En Plan de la Noria (Nextipac), las búsquedas iniciaron por un aviso anónimo que recibió el colectivo Manos Buscadoras. En ese camino de tierra, entre vegetación cerrada y casas dispersas, los trabajos permitieron recuperar 89 bolsas con restos que corresponden, hasta ahora, a al menos 16 víctimas.
Cinco ya están preidentificadas. A diferencia de otras zonas, aquí la excavación concluyó, pero las familias continúan esperando que los análisis confirmen o descarten la identidad de sus seres queridos.
Arroyo Hondo: 48 bolsas y 15 víctimas preliminares
En Arroyo Hondo, nuevamente el colectivo Guerreros Buscadores halló 48 bolsas con restos humanos, correspondientes a por lo menos 15 víctimas, siete de ellas preidentificadas. La Fiscal Especial en Personas Desaparecidas, Blanca Trujillo Cuevas, confirmó que los trabajos aún no terminan y podrían ampliar la cifra.
La fiscal Trujillo Cuevas reconoce que tanto en Las Agujas como en Arroyo Hondo las excavaciones siguen abiertas. Las cifras finales, admite, aún no están escritas.
En el municipio que será vitrina internacional del deporte, las fosas clandestinas siguen recordando que, en Jalisco, la realidad no siempre coincide con la narrativa oficial.
Identificar entre fragmentos
La fiscal especial en Personas Desaparecidas, Blanca Trujillo Cuevas, explica que en Jalisco la identificación avanza entre fragmentos, tatuajes, cicatrices y placas metálicas, cualquier indicio que permita vincular una bolsa de restos con una carpeta de investigación. “Cuando nos da alguna posible coincidencia… se le notifica a la familia”, detalló. Por eso, aclara, se habla de preidentificación: las familias reconocen signos que podrían pertenecer a su ser querido, pero el proceso no concluye hasta que el análisis forense lo confirma por completo y el Ministerio Público autoriza la entrega.
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A diferencia de otros estados del país, en Jalisco la práctica criminal más recurrente no es la inhumación de cuerpos completos, sino la segmentación deliberada de las víctimas para ocultarlas en bolsas de plástico. Este método, extendido desde hace años, dificulta enormemente la reconstrucción del cuerpo y multiplica los tiempos de espera para las familias, que a veces reciben noticias solo de “posibles coincidencias” y no de certezas.
La mayoría de quienes aparecen en estas fosas forman parte del universo de personas desaparecidas en el estado. Y Zapopan —el municipio que dentro de unos meses recibirá partidos del Mundial— es también el segundo lugar estatal en desapariciones: 2,229 personas siguen sin regresar a casa.
En todo Jalisco, el registro estatal reconoce 15,983 personas desaparecidas, mientras que el registro nacional reporta 14,052. La diferencia en cifras ha generado debate público, aunque el gobierno estatal insiste en que la entidad dejó de ocupar el primer lugar nacional y ahora se sitúa en segundo, solo por debajo del Estado de México, si se consideran los datos a partir de diciembre de 2024, cuando inició la actual administración.
Entre excavaciones que no se cierran, fragmentos que esperan nombre y familias que aún buscan, Jalisco construye su camino hacia el Mundial mientras convive con una realidad que sigue enterrada, pero nunca deja de latir bajo tierra.
“Buscamos con las manos lo que el Estado podría encontrar con tecnología”
En entrevista para La Silla Rota, la representante de Guerreros Buscadores de Jalisco, Indira Navarro Lugo, hizo un llamado urgente a que el Gobierno estatal incremente el presupuesto destinado a la búsqueda de personas desaparecidas. Recordó que la mayoría de las fosas clandestinas halladas en Jalisco —incluidas Las Agujas y Arroyo Hondo— han sido localizadas por colectivos y no por autoridades, lo que evidencia la falta de recursos y herramientas para las instituciones encargadas.
Navarro Lugo insistió en que la inversión debe dirigirse a tecnología avanzada, como equipos capaces de detectar minerales asociados a restos humanos —nitrógeno, fósforo— o herramientas de resistividad eléctrica, que permiten identificar alteraciones en el subsuelo. Señaló que estas técnicas ya existen, son funcionales y podrían acelerar los hallazgos, pero “no siempre están en buenas manos” ni se aplican correctamente.
La activista lamentó que incluso cuando los colectivos piden el uso de estas herramientas, no se utilicen. Recordó el caso de Las Agujas, donde solicitó resistividad eléctrica, pero el Ministerio Público no la empleó. Explicó que, aplicada de manera adecuada, esta tecnología permitiría disminuir las búsquedas manuales y fortalecer el trabajo de la Comisión de Búsqueda del Estado.
“Se requiere más inversión, búsquedas más amplias y tecnología que realmente funcione”, reiteró. Para las familias, cada día sin respuestas es una herida abierta; para los colectivos, es seguir excavando a mano lo que —insisten— el Estado podría localizar con mejores instrumentos.
La impunidad alimenta las fosas en Jalisco
En entrevista, Jonathan Ávila, coordinador del eje de desaparición del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD), advirtió que “la maquinaria de muerte y desaparición en Jalisco no se ha detenido; por el contrario, se ha agudizado”. Aunque las cifras oficiales aparenten una disminución, dijo, los patrones de violencia son “más complejos, difíciles y crueles”.
Zapopan —segundo lugar estatal en personas desaparecidas y futura sede del Mundial— es ejemplo de esta contradicción. Solo este año se han procesado ocho fosas clandestinas en ese municipio. “La cifra histórica de casi 16 mil personas desaparecidas no baja; estamos lejos de revertir el problema”, señaló Ávila.
El especialista subrayó que las fosas no aparecen por azar, sino por “un contexto de permisividad e inacción”. Recordó casos como la fosa de La Primavera en 2019, donde se hallaron cerca de 180 bolsas con restos detrás de una estación policial.
La impunidad, afirmó, es el factor central: “El 50% de las personas localizadas en fosas no son identificadas y no se investiga quién las hizo ni en qué condiciones. El mensaje es evidente: no habrá consecuencias”. Esa omisión, dijo, genera un “caldo de cultivo para que estos crímenes continúen”.
Ávila criticó que las autoridades “no persiguen responsables, solo administran la desaparición”, y que las nuevas estructuras gubernamentales priorizan cambios mediáticos sobre las necesidades de las familias. Mientras se invierten recursos en sistemas de vigilancia como el C5, persisten carencias en personal forense, apoyos y capacidad de identificación.
Sin una política pública sólida, añadió, las instituciones siguen fallando en prevenir, esclarecer y atender un fenómeno que mantiene a miles de familias en incertidumbre.
Manipulación de cifras y ausencia de prevención en Jalisco
En entrevista con esta reportera, el académico de la UdeG Jorge Ramírez Plascencia, advirtió que en Jalisco existe una manipulación evidente de las cifras de personas desaparecidas y una ausencia total de política de prevención. Señaló que el problema de las fosas clandestinas abarca todo el estado y que las búsquedas se concentran en el Área Metropolitana de Guadalajara, dejando amplias zonas sin explorar.
Ramírez explicó que 2025 es ya el año con más sitios de inhumación clandestina registrados desde 2018, mientras que Tlajomulco sigue acumulando la mayor concentración. Aunque este año se han extraído más de 450 bolsas con restos, el número de víctimas es menor al pico de 2020, lo que evidencia —dijo— una crisis sostenida.
El académico denunció que el gobierno estatal redujo artificialmente sus cifras desde 2022 al eliminar casos sin aclararlos y omitir otros, generando una contradicción entre lo reportado a nivel estatal y nacional. También cuestionó que Jalisco presuma haber bajado al segundo o cuarto lugar nacional sin reportar todos sus casos, especialmente los de niñas y niños.
Sobre el contexto del Mundial y el posible ocultamiento del tema por parte del gobierno, Ramírez apuntó: “No se debe caer ni en la publicidad engañosa que trae el gobierno con las cifras, ni en el oportunismo político de aprovechar la coyuntura.”
Concluyó que, mientras no exista una política seria de prevención ni capacidad forense suficiente, el histórico de casos seguirá reduciéndose lentamente y la crisis permanecerá abierta.
Y así, entre 1,300 cuerpos, 8,000 fragmentos y fosas que siguen abiertas, Jalisco se prepara para recibir al mundo con miles de familias aún buscando a los suyos. Una fiesta deportiva que avanza y una deuda humanitaria que permanece bajo tierra.
