Génesis, una niña de 10 años reportada como desaparecida desde el 12 de enero, fue encontrada sin vida en el edificio donde residía, en el municipio de Cuautlancingo, Puebla. El hallazgo ha consternado a la comunidad y a sus familiares, especialmente por las evidencias de probable abuso sexual y tortura que presentaba su cuerpo.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
En el momento de su desaparición, Génesis vestía una playera blanca de manga larga con un estampado de “La Sirenita”, un pantalón rosa y tenis blancos. La búsqueda movilizó a familiares, vecinos y autoridades.
Te podría interesar
Durante las investigaciones, las cámaras de seguridad del edificio mostraron que la niña nunca salió del inmueble, lo que llevó a sospechar que un vecino podría estar implicado en el crimen.
Las autoridades locales han iniciado una investigación para esclarecer los hechos y encontrar al responsable. Se espera que las pruebas periciales y las declaraciones de posibles testigos aporten datos clave para avanzar en el proceso judicial.
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
Contexto alarmante: feminicidios infantiles en México
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), entre enero y noviembre de 2024, se registraron feminicidios de niñas y adolescentes en México cada cuatro días. En Puebla, durante 2024, se contabilizaron cuatro casos de feminicidio infantil, igualando la cifra registrada en 2023.
Primer feminicidio en Puebla: María Jessica Ortiz Ramírez
El primer caso de feminicidio en Puebla en 2025 también ha generado conmoción. María Jessica Ortiz Ramírez, de 37 años, era una destacada profesora, escritora y activista. Fue reportada como desaparecida el 6 de enero tras salir de su hogar en la unidad Volkswagen Sur. Una semana después, el 12 de enero, su cuerpo fue encontrado en el río Atoyac, cerca del puente ferroviario entre el Bulevar Esteban de Antuñano y la Avenida Hombres Ilustres, en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas.
El cadáver de María Jessica presentaba signos de violencia y un avanzado estado de descomposición. Su identificación fue posible gracias a un tatuaje en la clavícula derecha, que mostraba flores en tonos rojo y negro.
Estos casos subrayan la urgente necesidad de reforzar las medidas de prevención, protección y justicia para combatir la violencia de género y garantizar la seguridad de las mujeres y niñas en el estado y el país.