Cuerpos flotando en el río Suchiate, que separa Chiapas, México, de Guatemala, o abandonados en caminos de terracería; extorsiones y “cobros de piso” a comerciantes; secuestros masivos de migrantes que son llevados a sitios conocidos como “galleras”, son parte de la cruda realidad diaria de esta región.
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Suchiate, un municipio con más de 41 mil habitantes, enfrenta altos niveles de marginación y rezago social. La violencia es tan común que la sangre corre tanto de día como de noche, y los delitos, antes esporádicos, se han vuelto cotidianos.
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La frontera, históricamente “porosa”, ha sido aprovechada por el crimen organizado, que opera con impunidad y, en ocasiones, con la presunta complicidad de autoridades locales o estatales. Este lunes, la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) desmantelaron una red de al menos 30 cámaras de videovigilancia no oficiales, instaladas por grupos criminales para controlar la zona y el municipio vecino de Frontera Hidalgo.
El grupo de élite Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), creado en diciembre con 500 elementos altamente equipados, se encargó de retirarlas. En el proceso, las autoridades también descubrieron una fosa clandestina con los restos de Andrés “N”, desaparecido desde diciembre, y detuvieron a tres personas involucradas en el caso.
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Investigan a autoridades locales por actos delictivos
Fuentes consultadas por La Silla Rota señalan que los alcaldes de Suchiate y Frontera Hidalgo, Elmer Vázquez y Juani de la Cruz, respectivamente, podrían ser investigados por los actos violentos registrados en la región. En medios locales se reporta que Juani es hermana de Horacio de la Cruz, alias “El Botana”, un conocido capo.
Asimismo, Sonia Eloína Hernández, exalcaldesa de Suchiate (2018-2024), ha sido señalada por el incremento de la violencia durante su mandato.
Colusión entre policías y crimen organizado
Un ejemplo claro de esta colusión ocurrió en agosto de 2023, cuando el policía guatemalteco José Santo Guevara Viana fue interceptado en el río Suchiate, detenido por policías municipales y entregado a un grupo criminal. Más tarde fue torturado y decapitado. Los hechos, grabados en videos, también involucraron a la Guardia Nacional, según comprobó La Silla Rota.
La conexión entre gobiernos locales y el crimen organizado parece evidente. Sonia Eloína Hernández mantenía vínculos con Isel Súñiga, alcaldesa de Ayutla, Guatemala, quien a su vez es hija de Erick Súñiga, líder del grupo criminal “Los Pochos”.
Esperanza en la FRIP
Ernesto (nombre ficticio), un habitante de Suchiate, señala que la llegada de la FRIP ha relajado ligeramente la tensión en la zona del río, donde el crimen organizado cazaba migrantes para secuestrarlos y extorsionar a sus familias. Sin embargo, la presencia de “halcones” en las calles sigue dificultando una vida normal.
Heyman Vázquez, sacerdote de la iglesia San Andrés Apóstol, asegura que la violencia y los delitos aumentaron con la llegada de Elmer Vázquez a la alcaldía en octubre. Además, señala que la policía local colabora con los criminales, trasladando migrantes a casas de seguridad donde se les exige dinero para liberarlos.
Elmer Vázquez asegura, en un video, estar comprometido con la seguridad del municipio y afirma haber solicitado el retiro de las cámaras ilegales. Sin embargo, los habitantes denuncian que los secuestros y extorsiones persisten, y que el crimen sigue controlando el río Suchiate.
Las cifras hablan: los homicidios dolosos en Suchiate
Según el Observatorio Ciudadano de Chiapas, los homicidios dolosos en Suchiate han aumentado en los últimos tres años, pasando de 29 en 2022 a más de 50 en 2024. Luis Rey García Villagrán, defensor de derechos humanos, estima que 100 mil migrantes, en su mayoría mujeres y niños, fueron secuestrados en 2024.
El investigador Gerardo González, de El Colegio de la Frontera Sur, advierte que la migración se ha convertido en un negocio controlado por el crimen organizado, policías corruptos y otras autoridades.
Heyman Vázquez solicita que la FRIP concentre sus esfuerzos en el río Suchiate, epicentro del control criminal, para abordar de raíz la problemática que afecta a miles de personas en la región.