CUERNVACACA, Morelos. - Cuauhtémoc Blanco, el exfutbolista convertido en político, dejó de fungir como gobernador de Morelos el pasado fin de semana y desde el domingo 1 de septiembre ocupa una curul en la Cámara de Diputados a nivel federal. Su gestión como mandatario estatal pasará a la historia como el peor evaluado entre los 32 jefes del ejecutivo estatal. Un balance de las cifras oficiales en materia de seguridad podría explicar del porqué de esta pésima evaluación ciudadana.
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De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de octubre de 2018 a junio de 2024, Morelos presentó un incremento de inseguridad y violencia; tan solo en el último año ocupó los primeros lugares en feminicidios (24) y robo a bancos (7).
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Además, la entidad se ha colocado en el segundo lugar en homicidios (749) y robo (509), tercer lugar en extorsión (121) y cuarto lugar en robo de vehículo (1,821), robo a transportistas (80) y robo de autopartes (381). Otros delitos como robo a casa habitación han tenido picos importantes, colocándolo en noveno lugar (390).
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¿Qué cifras deja Cuauhtémoc Blanco en materia de seguridad en Morelos?
Según un conteo que realizó el Centro de Investigación “Morelos Rinde Cuentas” —con datos oficiales—, en la administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo, es decir, del 1 de octubre de 2018 al 31 de junio de este año, se han registrado 6,028 homicidios dolosos, 212 feminicidios, 226 secuestros, 6,710 despojos y 24,149 robos de vehículos.
Estas cifras son especialmente relevantes si se considera que Morelos, con una población de apenas un millón 971,520 habitantes, según el último censo del INEGI en 2020, representa solo el 1.6% de la población total del país. A pesar de su tamaño, es la tercera entidad más densamente poblada de México, solo por detrás de la Ciudad de México y el Estado de México.
¿Qué grupos criminales operan en Morelos?
De acuerdo con trabajos de inteligencia de la SEDENA y del Gobierno de Morelos, según ha revelado José Antonio Ortiz Guarneros, comisionado estatal de seguridad pública, en esta entidad operan 16 grupos criminales que se disputan el territorio, de los cuales tres son los dominantes —por lo menos así lo ha sido en esta administración—.
Se trata del Cártel del Noreste, Guerreros Unidos y Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Además, están la Familia Michoacana, que cada día cobra mayor fuerza, Los Linos, Los Maya, Los Colombianos, El Comando Tlahuica, El Señor de la V, Independiente Don Mario, El Seven, Los Aparicio, Los Rojos e Independiente Don Eva.
Prácticamente todos operan con libertad, sin que nadie intervenga para frenar lo que ellos llaman la expansión de sus plazas.
Según información que reveló —vía transparencia— la Fiscalía General del Estado de Morelos (FGE), en la entidad, de 2019 al 2024, han operado casi 60 grupos criminales entre células, bandas y grupos independientes, y que son los autores del terror y la inseguridad que viven diariamente los morelenses.
El impacto del crimen en las elecciones estatales
Morelos figuró como una de las entidades más violentas durante el proceso electoral 2023-2024, ocupando el tercer lugar, según reveló el estudio realizado por Data Cívica “Votar entre balas”.
Aquí se registraron ataques directos a candidatos y candidatas, a familiares y personas del equipo de campaña de los contendientes; ataques a casas de campaña y amenazas e intimidaciones, directas o en mantas, presuntamente provenientes del crimen organizado.
El propio comisionado de seguridad pública de Morelos, a principios de 2023, vaticinó el recrudecimiento de la violencia en la entidad durante el proceso electoral debido a que los grupos delincuenciales meterían las manos financiando a algunos candidatos y candidatas.
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Durante el proceso electoral, los municipios de Cuautla y Huitzilac saltaron como focos rojos por los hechos violentos, extorsiones y asesinatos que retrataban la operación activa de grupos delincuenciales. De este tipo de hechos —pero en menor cantidad— no escaparon los municipios de la zona metropolitana (Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Emiliano Zapata y Xochitepec) y algunos de la zona sur.
Sin embargo, pasadas las elecciones la violencia no paró. Continuaron los asesinatos, los feminicidios y las balaceras a plena luz del día en distintos puntos de la entidad, principalmente durante la semana posterior a los comicios, entre Jiutepec, Cuernavaca y Emiliano Zapata.