Sara Bruna Quiñónez Estrada dejó su cargo como fiscal general de Sinaloa en medio de una ola de señalamientos por deficiencias en la investigación del homicidio del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén Ojeda, lo cual ensombreció no solo su gestión al frente del órgano autónomo sino su carrera como la “Juez de Hierro”.
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Conocida con este mote en las altas esferas por su estilo duro en la aplicación de la ley y no ceder ante presiones externas, fue uno de los factores que le valieron en 2021 para ser aspirante al cargo luego de que el gobernador Rubén Rocha Moya solicitara la renuncia del entonces fiscal Juan José Ríos Estavillo.
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Sin embargo, la gestión de Quiñónez Estrada se vio envuelta de controversias y señalamientos políticos debido a que la Fiscalía servía como el brazo del gobernador para investigar a sus adversarios políticos a través de la Unidad de Inteligencia Financiera, un organismo que ha sido clave para la investigación de quienes se oponen a la actual administración.
Pero, ¿quién era Sara Bruna Quiñónez antes de convertirse en la fiscal de Sinaloa?
Un Currículum inmaculado
Según consta en el portal de transparencia de la Fiscalía General de la República (FGR), Sara Bruna Quiñónez Estrada es Licenciada en Derecho, egresada de la Universidad Autónoma de Sinaloa y tiene dos maestrías: una en derecho procesal por la Universidad Carlos III de España ota en Derecho Procesal Acusatorio, impartida por el Instituto de Estudios Superiores de Derecho Penal.
Su carrera en el ejercicio del derecho inició en el año de 1991, cuando fue agente del Ministerio Público en la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de Sinaloa.
Sin embargo, su paso por las instituciones de gobierno fue corto y al poco tiempo se integró a las filas del poder Judicial como actuaria la Sala de Distrito Mixta.
También ejerció como actuaria adscrita a la Sala de Circuito Mixta, fue secretaria de Estudio y Cuenta en la Sala de Circuito Penal y secretaria de Estudio y Cuenta de la Primera Sala Penal.
Fue hasta el año 2024 cuando finalmente vio su oportunidad como juez y recibió el cargo de Juez “B” adscrita al juzgado Mixto de Escuinapa, al sur de Sinaloa. Posteriormente obtuvo el cargo de jueza penal en los juzgados Primero, Tercero, Cuarto y Quinto de Mazatlán.
En 2016 su carrera sufrió un cambio de aire al ser nombrada jueza de Control y Enjuiciamiento Penal en la zona centro norte de Sinaloa, zona que comprende los municipios de la llamada Región del Évora y algunos más al norte del estado.
Años más tarde ocupó el mismo cargo, pero en la zona centro, lo que abarca la capital del Estado, Culiacán, y los municipios que la rodean: Mocorito, Navolato, Badiraguato y Elota.
En 2021 se jubiló con su último cargo para estar en condiciones de competir por la Fiscalía General del Estado.
Su relación con Enrique Inzunza
Durante el proceso de selección de quien sería el fiscal durante la gestión del gobernador Rubén Rocha Moya, a Sara Bruna Quiñónez se le vinculó a Enrique Inzunza, quien recientemente también se había jubilado como presidente del Supremo Tribunal de Justicia para ser el titular de la Secretaría General de Gobierno en la administración estatal.
Según organismos sociales y personajes políticos que cuestionaron el nombramiento, la “juez de hierro” logró llegar a la Fiscalía gracias a sus relaciones políticas.
La persecución de la UAS
La integridad de la Fiscalía General del Estado se vio cuestionada durante el periodo de conflicto entre el gobernador Rubén Rocha y la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), cuando la Fiscalía General del Estado, a través de la Unidad de Inteligencia Financiera, revelaron una serie de irregularidades en la universidad.
Estas investigaciones desembocaron en la vinculación a proceso de Jesús Madueña Molina, rector destituido del cargo de la UAS; Héctor Melesio Cuén Díaz, director de Bienes e Inventarios de la universidad e hijo del exrector Héctor Melesio Cuén Ojeda, y otros personajes vinculados a este personaje. Todos los cargos eran por uso ilícito de recursos públicos o mal ejercicio de sus funciones luego de una serie de compras irregulares.
La intervención de la Fiscalía en estos casos fue clave para llevar a estos personajes ante el poder Judicial, aunque hasta el día de hoy no se ha logrado ningún encarcelamiento debido a la obtención de amparos o bien la orden de desistimiento de algunos procesos por parte del Poder Judicial de la Federación.
La fiscal de barro
Sin embargo, fueron los señalamientos de la FGR los que sepultaron la carrera de la fiscal.
Luego de una serie de irregularidades durante la investigación del homicidio de Héctor Melesio Cuén, como fallos en la necropsia, omisiones en la preservación del cuerpo y la incorrecta documentación en el lugar de los hechos, puso en tela de juicio el papel de la Fiscalía General del Estado.
El 16 de agosto, el gobernador anunció que le pidió de forma “armónica” a la fiscal dejar su cargo para no entorpecer la investigación de la FGR en el caso Cuén.
Sara Bruna Quiñónez Estrada fue la segunda fiscal de Sinaloa desde la creación de este órgano en 2017. Al igual que su antecesor, tuvo que dejar el cargo a solicitud del gobernador mucho antes de concluir su periodo.
La intervención del “Mayo” Zambada
En medio de esta polémica, surge la carta publicada por Ismael “El Mayo” Zambada el pasado sábado 10 de agosto, en la cual acusa que previo a su captura iba a reunirse con el gobernador Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén, cerca del lugar donde ocurrió el homicidio del último.
Estas acusaciones han sido negadas por el mandatario, quien aseguró durante una conferencia de prensa que en el momento en que se registraron los hechos citados él se encontraba en la ciudad de Los Ángeles, California, en compañía de su familia.
Para demostrarlo, el gobernador reveló que voló a Estados Unidos en el avión privado del empresario Jesús Vizcarra Calderón, lo cual no hizo más que aumentar la sospecha sobre las declaraciones de Zambada debido a que en el pasado también Jesús Vizcarra fue vinculado al capo del Cártel de Sinaloa.