SANTA MARÍA DEL ORO, Jalisco. - Autoridades comunales estiman que el número de familias desplazadas de sus localidades en el municipio de Santa María del Oro, Jalisco, ha subido a 900 en tan solo tres semanas de ataques armados perpetrados por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Las víctimas han huido hacia los municipios de Los Reyes y Tocumbo, Michoacán, donde ahora peregrinan sin hogar, sin trabajo y, en muchos casos, deteriorados de su salud por la mala alimentación. Videos en poder de La Silla Rota evidencian la manera en que algunas familias huyen con las pocas pertenencias que lograron sacar antes de ser asesinados por el CJNG.
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Este fenómeno migratorio por violencia comenzó el año pasado y cada vez es más evidente la expulsión de cientos de familias que han tenido que abandonar sus hogares en esa zona jalisciense colindante con el estado de Michoacán. Hace dos semanas, se registró uno de los desplazamientos forzados más grandes, que afectó al menos a 10 poblados de Santa María del Oro. Ahora, se trata de la localidad de El Carrizo, que ya se ha quedado vacía. Las familias huyen a refugiarse hacia el estado de Michoacán, como se muestra en las imágenes.
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Autoridades comunales refieren que las víctimas cargaron sus camionetas y vehículos con lo mayor posible de pertenencias: estufas de gas, refrigeradores, colchones y ropa. Además, en los videos se observa a otros integrantes que arrían el ganado que alcanzaron a sacar de sus corrales, el cual tendrán que usar para comer y vender para sobrevivir.
Testimonios de supervivencia y resistencia
Fabián, padre de dos niñas, tuvo que contener, junto con otros pobladores, el más reciente ataque del CJNG en esa zona del estado de Jalisco, para dar tiempo a su familia y a los demás habitantes de El Carrizo para tomar algunas cosas y huir. En un paraje cercano a La Uma, ya del municipio de Tocumbo, Michoacán, el joven jornalero cuenta cómo fue que tuvieron que contrarrestar la ofensiva criminal.
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“Lo que pasa es que nos agredieron los jaliscos. Llegaron, y nos agredieron a todos los compañeros y como iban llegando, pues iban cayendo. Saqué a mi familia de ahí, porque nos agredieron y tuvimos que pelear para salvar a la familia; sacarla del rancho”, cuenta.
Revelaciones sobre el uso de fentanilo
Fabián, sobreviviente de esos ataques, narra que uno de los criminales se acercó solo a donde estaban los habitantes que repelían la ofensiva y lograron detenerlo. Durante el interrogatorio, el sujeto reveló que los miembros del CJNG están siendo inyectados con fentanilo, lo que les permite continuar atacando sin sentir el cansancio.
“A esos hombres los inyectan con Fentanilo, porque llegaban, los tumbábamos y llegaban más y más, como si fueran robots. Agarramos un muchacho de los mismos jaliscos y nos estaba diciendo que los inyectaban y que por eso no sienten lo cansado; no sienten nada”, describe.
Llamado a la intervención militar
Los habitantes, como los demás lugareños que han tenido que huir por los ataques armados de esa organización criminal, han huido hacia el estado de Michoacán. Piden la intervención del Ejército Mexicano para que puedan regresar a sus hogares y vivir en paz, como lo hacían anteriormente.
Señalan que el CJNG coloca minas y otros explosivos en los caminos y predios transitables para evitar que regresen a sus ranchos y que las autoridades federales puedan avanzar. Además, afirman que se han apoderado de sus viviendas, ganado y pertenencias que han abandonado por la urgencia de salir y salvar sus vidas.