Lisa Ek y Mariely Oxte son parte de las mujeres mayas de la comisaría de Citilcum del municipio de Izamal, Yucatán, que lograron reubicar la escuela primaria que era obstaculizada por el paso del Tren Maya. El camino no fue fácil, les llevó dos años. A cambio tuvieron que dar una disculpa pública a la empresa federal, aunque no era otra cosa que la firma de un acuerdo para no ocupar de nuevo las vías del megaproyecto.
Ambas aclararon que no fue un acto público y que tampoco sintieron miedo o una humillación. Relataron que el 19 de junio les notificaron de la denuncia a un grupo de cinco personas, cuatro mujeres y un hombre.
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“Sabíamos que hicimos mal, pero estábamos desesperados y enojados por lo que pasamos. Prometimos que no haríamos nada más si nos ayudaban. Nuestra petición era solo para la escuela”, relató una de las mujeres denunciadas, Lisa Ek.
Ambas mujeres comentaron que lo que para muchas personas representó una humillación como ofrecer una disculpa, les representó la oportunidad de cerrar obtener un beneficio para su comunidad.
“No sentí que fuera algo humillante, el apoderado legal del Tren Maya nos leyó lo que decía el documento y firmamos”, comentó Elisa.
El día de la manifestación participaron casi todas las personas que habitan Citlicum, pero solo denunciaron las mujeres que habían formado parte del comité escolar y un hombre, que no estuvo ese día.
Esa noche, a Citilcum llegaron la Guardia Nacional (GN), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), personal del Tren Maya y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur). Se les acusó de violar el artículo 533 de la Ley de Vías Generales de Comunicación. En otras palabras de dañar y obstruir las vías del Tren Maya.
“Nos movimos porque en realidad estaban afectando la educación, salud, integridad y seguridad de nuestros niños. Principalmente eso fue lo que movió a todos los padres de familia para que este movimiento se generará, entonces hasta cierto punto sabíamos, que eso eso también es parte de las leyes y que también tenemos un respaldo con todo eso sinceramente yo no conocía el artículo 533, ahorita ya hasta lo memorice”, expuso Mariely Oxte.
La ruta de la conquista por el derecho a la educación
Las personas en la comisaría de Citilcum acostumbran trasladarse en triciclo y bicicleta, algunos pocos tienen automóviles. Las niñas y los niños no siempre van acompañados por su mamá o papá a la escuela. Al ser una localidad pequeña se cuidan entre todos. La construcción de las vías del Tren Maya puso en riesgo la tranquilidad y seguridad.
“Nuestro miedo es que los niños van jugando no se fijen al cruzar y los atropellen. Muchos nos critican porque los dejamos ir solo, pero sus papás tienen que trabajar, no lo entienden y pues estamos en un pueblo donde todos nos cuidamos”, mencionó Lisa Ek.
En 2022, cuando inició la construcción del Tramo 4 del Tren Maya que atraviesa a Citilcum, la constructora encargada era AZVINDI y no colocó bandereros para dirigir el tráfico. En consecuencia, una mujer que iba con su hijo en bicicleta estuvo a punto de ser aplastada por la maquinaria de la obra.
A partir de ese incidente, las y los habitantes solicitaron al encargado de la obra los planos y croquis, querían saber el alcance y por cuánto tiempo les afectarían los trabajos de construcción. Se dieron cuenta de que no estaban contemplados pasos para las niñas y niños hacia la escuela.
Exigieron una solución y las personas encargadas del Tren Maya les dijeron que sobre la marcha harían dos pasos. Durante la construcción también se presentaron problemas de salud, los menores empezaron con enfermedades respiratorias.
Así que las mamás se dieron a la tarea de tocar puertas. Se acercaron a la empresa Tren Maya, del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) e incluso del Gobierno del Estado de Yucatán.
Para septiembre de 2023, lograron que la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (Segey) les envíe aulas móviles. El espacio era insuficiente para las 250 niñas y los niños de la escuela turno matutino, Benito Juárez y Manuel Rodríguez Acosta por la tarde. Se rotaban los días para ir a clases.
La solución sería temporal, ya que les prometieron que estarían listos los pasos para cruzar a la escuela antes del arranque del Tren Maya. No ocurrió. En febrero de 2024, les entregaron por segunda vez el “acceso” , supuestamente ya estaba listo, pero tenía fallas estructurales: goteras e inundaciones.
Pasaron dos meses, al no tener respuestas de las reparaciones, el 16 de mayo, las y los pobladores de Citlicum protestaron en las vías del Tren Maya. Arribó la Guardia Nacional (GN), de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), etc.
El 17 de mayo -un día después de la protesta-, llegó un general de la Sedena de apellido Águila. Escuchó las peticiones de la comunidad y les aseguró que la constructora nunca informó de las inconformidades. Prometió que les apoyaría para reparar las fallas del paso a desnivel (o túnel) y con las gestiones para la reubicación de la escuela primaria.
Las personas de Citilcum en Izamal ya tienen el terreno para la nueva escuela. El próximo paso depende de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (SEGEY) para formalizar la donación e iniciar la construcción.
“Claro que nos movimos porque en realidad estaban afectando la educación, salud, la integridad y seguridad de nuestras niñas y niños, principalmente eso fue lo que movió a todos los padres de familia para que este movimiento se generará, entonces hasta cierto punto sabíamos, que eso también es parte de las leyes y que también tenemos un respaldo”, puntualizó Mariely Oxte.