DÍA DEL MAESTRO

“Es inhumano que estudien así”; maestros enseñan bajo láminas y a más de 40 grados

Gustavo Samayoa, maestro frente a un grupo de 40 alumnos da clases en un salón al cual sus alumnos apodan "el gallinero", por tener techo de lámina, donde estudian bajo altas temperaturas en Chiapas

Las altas temperaturas no dan tregua ni a los niños que estudian en salones con techos de lámina
Chiapas.Las altas temperaturas no dan tregua ni a los niños que estudian en salones con techos de lámina Créditos: Christian González/ corresponsal La Silla Rota
Escrito en ESTADOS el

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Brayan y sus compañeros esperan con ansias que ya sean las 11:30 de la mañana para salir de clases, pues este martes les tocó recibir sus materias en una galera que comparten con otros grupos en diferentes días, pues las aulas de concreto son insuficientes para atender a los cerca de 400 alumnos de la Escuela Secundaria “Guadalupe Victoria”.

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En este centro escolar, ubicado en la colonia Jardines del Grijalva, municipio de Chiapa de Corzo (a 15 minutos de la capital chiapaneca), las temperaturas se sienten con más intensidad, pues han llegado a tener una percepción de al menos 45 grados, de forma seguida.

Pero la situación se complica, dice Gustavo Samayoa, docente de la materia en Ciencias Física y Química, debido a que la instalación de energía eléctrica está en malas condiciones, por lo que no pueden encender, al mismo tiempo, todos los ventiladores de los salones de clase.

Por ello, confiesa que, tras un acuerdo entre directivos, plantel docente y padres y madres de familia, hicieron ajustes en el horario de salida: es decir, los adolescentes quedan libres antes del mediodía para que no haya repercusiones en su salud.

Para él, cada día que transcurre las necesidades son mayores. Por ejemplo, refiere que los 40 educandos del grupo de 1º “D” carecen de un espacio físico para recibir sus clases, por lo que ocupan una galera que fue “levantada” cuando la secundaria empezó a construirse, desde hace como 10 o 12 años.

“Le dicen 'el gallinero', la caballeriza, de muchas formas. Los papás mandan a sus hijos, pero tenemos ese detalle con ellos, por lo que para el próximo ciclo escolar, tendremos que rehabilitar otra área”.

Se rotan las clases en "el gallinero"

Para subsanar la situación, advierte que cada uno de los 12 grupos con los que cuentan tiene que pasar una semana en esa galera, es decir se rotan para mermar los estragos del calor.

“Insisto, ni los ventiladores sirven, porque ese sistema eléctrico se instaló mal desde un inicio, y ahorita vemos cables quemados, o cuando queremos encender todos los ventiladores, se baja la pastilla, entonces es imposible…”


De acuerdo con alumnos, la Secundaria “Guadalupe Victoria” tiene más vicisitudes: carece de suficiente agua potable, e incluso para que ellos puedan ingerir; los bebederos instalados hace como dos años dejaron de funcionar, y aparte tienen que soportar el polvo.

Bryan Yahir, alumno del 2º “A”, confiesa que, en ocasiones, le ha dado dolor de cabeza por el exceso de calor, “y a veces también se nos acaba el agua, porque tomamos mucho, y si se nos acaba, tenemos que pedirle a otro compañero, porque este calor nos sofoca”.

De nueva cuenta, el maestro Gustavo Samayoa advierte que, para el próximo ciclo escolar, es probable que la matrícula incremente, de ahí la necesidad de contar con espacios más dignos.

Para él, es complicado que el alumnado se concentre al 100 por ciento en las clases, pues “están casi desmayándose, o se cabecean por tanto calor”. Prueba de ello, dice, es que a la Dirección de la Escuela llegan los estudiantes porque se sientan mareados, o les sangra la nariz, o les duele la cabeza, entre otros síntomas.

Aunque antes de tomar algunas medidas para evitar esas secuelas la cifra de alumnos que se sentían mal alcanzaba una veintena al día, asevera que, en la actualidad, también a diario, acuden por auxilio entre 4 y 5 educandos.

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Aparte de ajustar los horarios e incluso de “ser más concisos en los temas que ven con ellos, sobre todo los que van a la preparatoria”, comenta que, entre clases, tienen que tomar tiempos de descanso para “refrescarse” para que no resientan tanto las altas temperaturas.

Tras dejar en claro que los propios docentes empezaron a reforestar el predio donde está edificada la escuela, sabe que será un proceso tardado, a largo plazo.

Ahora, la esperanza la ponen en lo que pueda hacer el Instituto de Infraestructura Física Educativa del Estado de Chiapas (Inifech), en cuyas manos está brindarles mejores condiciones para el proceso de enseñanza-aprendizaje.