HERMOSILLO. - La violencia que se vive en el norte de Sonora ha provocado que familias salgan de sus comunidades para resguardar sus vidas; son lugares donde las balaceras y los enfrentamientos armados están a la orden del día. Pitiquito, es uno de los municipios de la franja fronteriza de Sonora donde en los últimos meses se ha incrementado la inseguridad, debido a la disputa que se vive entre grupos criminales.
A este lugar se llegó: Ceci Patricia Flores, fundadora de Madres Buscadoras de Sonora y los hermanos Adrían y Julián LeBarón, cuyas familias fueron asesinadas con armas de grueso calibre en el municipio de Bavispe, en noviembre de 2019.
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Su objetivo, explica Adrían LeBarón, es denunciar lo que viven los pueblos de México, sumidos en la violencia y cómo deben dejar sus hogares para sobrevivir.
“Vamos rumbo a Pitiquito, estamos yendo para poner en evidencia una noticia que nos dolió mucho, que hay desplazamiento forzado en Pitiquito, en (el ejido) Félix Gómez”, detalla.
El activista aseguró que las autoridades han abandonado a estas comunidades y es responsabilidad de los gobiernos defender la vida y la libertad de sus ciudadanos y no dejarlos a la deriva y en manos del crimen organizado.
Detalló que el ejido Félix Gómez es un pueblo fantasma, donde cada vez más familias salen de sus hogares, ante los constantes enfrentamientos armados.
“Queremos hacer un llamado. Es un pueblo fantasma, un llamado a Sonora, Chihuahua y México de asumir la responsabilidad elevar el costo a la autoridad de abandonar a su suerte a pueblos enteros, va a ser el primero, de muchos que vamos a visitar, donde la autoridad ha abdicado su responsabilidad de defender la vida y de defender la libertad. tenemos que estar unidos en este tema para que tu pueblo no sea el que sigue. Nuestro trabajo es evidenciar esta gran problemática que vive México”, expuso.
Además, Adrián LeBarón recuerda lo que vivió su familia el 4 de noviembre del 2019 en un ataque armado sin precedentes contra tres mujeres y 12 niñas y niños. Hombres armados dispararon contra los automóviles en el que viajaban bebés, niños y adolescentes por una brecha en la comunidad de La Mora, en Bavispe, en la sierra que divide a Sonora y Chihuahua.
En este ataque murieron su hija Rhonita Miller y algunos de sus nietos: las víctimas totales fueron tres mujeres y seis niños, entre ellos, dos bebés de nueve meses.
Tras la masacre, menciona Adrián LeBarón, varias familias de la comunidad de La Mora huyeron de su pueblo, como lo están viviendo otros pobladores de Sonora.
“Cada vez que sucede esto, revive lo que sufrió mi pueblo, mi gente, mi familia, después de la masacre del 4 de noviembre, también La Mora, en Bavispe sufrió un desplazamiento forzado. Más del 60% de nuestras familias nativas, de Bavispe, se desplazaron”, agrega.
Balaceras, desaparecidos y ataques armados en el norte de Sonora
Desde hace algunos meses, la guerra que se vive entre la fracción de Los Chapitos, del Cártel de Sinaloa y la fracción de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, que se unió al Cártel de Caborca, ha acrecentado la violencia en la zona norte de Sonora.
Municipios como Santa Ana, Benjamín Hil, Altar, Sáric, Sonoyta, Pitiquito y Caborca se encuentran bajo fuego. Su cercanía con la frontera de Estados Unidos los hace estratégicos para la operación de los grupos criminales.
En estos lugares, sus habitantes viven constantes enfrentamientos armados, balaceras y hasta desapariciones. En el ejido Félix Gómez, ubicado en la demarcación de Pitiquito, se han denunciado “levantones” de personas inocentes, algo que han evidenciado colectivos como Madres Buscadoras de Sonora.
Tan solo el pasado 9 de abril, el colectivo publicó la ficha de búsqueda para Manuel Octavio Velazquez Bojórquez, un habitante de esta comunidad.
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Sus familiares han acudido también a la Comisión Estatal de Búsqueda para encontrarlo. Sin embargo, hasta el momento no ha sido localizado.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública informó que mantienen operativos en esta comunidad, también conocida como “El Dipo”, con elementos de la Policía Estatal.
Además, también patrullan municipios como Caborca, Altar, San Luis Río Colorado, General Plutarco Elías Calles y otros municipios fronterizos, donde la violencia se vive día a día.