TUXTLA GUTIÉRREZ. - De nueva cuenta, Williams Ochoa Gallegos, candidato al Senado de la República por la Coalición “Fuerza y Corazón por Chiapas”, integrado por el PRI-PAN-PRD, denunció que su equipo de trabajo fue víctima de robo de una camioneta por parte de un comando.
A través de su cuenta de Facebook, el aspirante contó que el hecho se registró hace unas horas sobre la carretera Tuxtla Gutiérrez-Arriaga, medio kilómetro antes de llegar a la caseta de cobro; “un comando, en una Jeep gris interceptó a nuestro equipo de trabajo y despojó de uno de los vehículos (camioneta marca RAM) en los que se transportaba propaganda rumbo a Suchiate (…)”.
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Aunque afirmó que sus colaboradores están fuera de peligro, mencionó que no se quedará callado, y que incluso “no vamos a doblar las manos ante la ola de inseguridad que todos vivimos en nuestro estado”.
En un comunicado, Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, cuestionó el actuar de las autoridades chiapanecas:
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“¿Cómo es posible que, con tantos avisos, tantas solicitudes y tanta evidencia de que Chiapas es un polvorín, el gobierno no esté cumpliendo con lo mismo que prometió?”
De acuerdo con él, refirió que no desean creer que haya de por medio una consigna solapada para amenazar y amedrentar a los candidatos de la oposición.
De paso, exigió al gobierno federal que garantice la seguridad en todo el territorio chiapaneco, para que el proceso electoral marche bien.
“Amigo Willy Ochoa, no estás solo; eres un chiapaneco valiente y un gran candidato que avanza a paso firme para ganar”.
En su arranque de campaña ante periodistas locales, Olga Luz Espinosa Morales, candidata a la gubernatura por Chiapas por la misma coalición, condenó la situación que vivió el equipo de trabajo de Ochoa Gallegos.
Para ella, agregó, la inseguridad generada por el crimen organizado no sólo se reduce a municipios como Frontera Comalapa o Chicomuselo, sino que ya está en todos lados, como sucedió hace poco en Ocozocoautla y Berriozábal con el enfrentamiento entre grupos civiles armados.
Lo peor de todo, ironizó, es que el gobierno de Chiapas esté más preocupado en dar las noticias del clima en vez de buscar las estrategias de seguridad, “¿por qué tratar de ocultar lo que ocurre?”
Por su parte, Rubén Zuarth Esquinca, presidente del Comité Estatal del PRI, exigió a las autoridades hacer las investigaciones correspondientes de manera clara y rápida, porque este tipo de situaciones no deben de quedar impunes.
Tras recordar que ya ha habido ataques, amenazas e incluso asesinatos de aspirantes a alcaldías de Suchiate y San Juan Cancuc, mencionó que este tipo de violencia no sólo perjudica a los candidatos de la Coalición, sino “al rato de otros partidos, incluso del partido oficial (en referencia a Morena)”.
Primera denuncia
A finales de febrero pasado, Williams Ochoa denunció de forma pública que, un día antes de la persecución que sufrió el viernes 23 de ese mes por parte de “motosicarios” y dos camionetas con hombres armados, recibió amenazas de muerte por parte del alcalde con licencia de Villa Las Rosas, Chiapas, Antonio Orantes.
En esa ocasión, dejó entrever que, a pesar de que solicitó a la Guardia Nacional y a las autoridades de gobierno estatal que le brindaran protección, ese acompañamiento no fue posible.
“Porque me dijeron que aún no iniciaban las campañas, y que no estaba el diagnóstico de la Guardia Nacional…. ¿Diagnóstico, amigos y amigas? Se sabe que está ‘sobrediagnosticado’ que Chiapas es uno de los estados con más violencia del país”, aseguró.
Lo más lamentable, agregó, es que ni durante el encuentro con más de mil personas en Villa Las Rosas hubo presencia policiaca, y al salir de ese acto, advirtió que alrededor de 30 personas armadas “me dijeron que tenían indicaciones de llevarme con los que mandaban; les respondí que sólo recibía indicaciones de Dios, y me subí a mi camioneta con la síndica Victoria (de Villa Las Rosas)”.
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Cuando se dirigía hacia el municipio de Teopisca, donde intentó pasar a desayunar a un restaurante de nombre “Juquilita”, su equipo de medios y comunicación social le reportó que varias motos los perseguían.
Asimismo, contó que él ingresó al negocio para comer, cuando de pronto un comando, integrado por 12 personas con armas largas, en dos camionetas y cuatro motocicletas, “pero, al vernos, se retiraron por la parte trasera del restaurante”.