Hay menos clientes y las ventas bajaron en los dos negocios que Esperanza Torres tiene en San Pedro Cholula, a 47 kilómetros del cráter del volcán Popocatépetl que desde los primeros días de marzo ha cubierto de ceniza varios municipios Puebla. Aunque este fin de semana el cielo se aclaró, cada corriente de aire levanta una nube de fino polvo que raspa de inmediato la garganta.
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Esperanza se encarga de Pasteles Ángel de Ita y Piñatas Torres. En el primero no sufren tanto pues los pasteles los hornean en otra sucursal, pero en las últimas dos semanas le cancelaron varios pedidos. “Por acá todo mundo anda enfermo de las vías respiratorias”, abunda.
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También han tenido que suspender la venta de rebanadas de pastel en la calle, ya que, aunque ha disminuido la cantidad de ceniza que arroja el volcán, la acumulada en las azoteas y árboles vuelve a cubrir las calles con cada nuevo ventarrón.
La parte complicada para doña Esperanza es la elaboración de las piñatas: normalmente usa engrudo y las deja secar al sol, pero ahora no las puede dejar al aire libre, lo que retrasa el secado. Tampoco puede dejar mucho tiempo las piñatas terminadas afuera porque se ensucian y menos exhibirlas en la calle. Por lo pronto, sólo hace piñatas por encargo y las entrega el mismo día.
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El domingo 3 de marzo, la capital poblana, Cholula, Huejotzingo y varios municipios aledaños al Popocatépetl amanecieron cubiertos por una gruesa capa de ceniza. Aunque a lo largo del día varios barrieron sus patios y las baquetas, por la tarde la ceniza había vuelto a cubrir las superficies.
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En la madrugada de ese día, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) detectó 48 exhalaciones y 1,315 minutos de tremor en el Popocatépetl, volcán que el 21 de diciembre de 1994 hizo su primera emisión de ceniza en cerca de 70 años y desde entonces no ha dejado de arrojar ceniza, fragmentos incandescentes y flujos piroclásticos.
La Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial informó que la calidad del aire no era satisfactoria debido a la intensa emisión de ceniza.
Las estaciones de monitoreo de calidad del aire de Agua Santa, Ninfas, Universidad Tecnológica de Puebla y Velódromo, todas ubicadas en la ciudad de Puebla, superaron los niveles aceptables de partículas PM 10, por lo que se pidió a la ciudadanía portar cubrebocas y reducir al mínimo las actividades al aire libre.
El lunes 4 de marzo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) estatal emitió lineamientos para las escuelas de 18 municipios de Puebla, incluida la capital y la zona metropolitana: cerrar puertas y ventanas de los salones, suspender las actividades al aire libre y usar cubrebocas.
Al otro día, el gobierno estatal estuvo a punto de decretar contingencia ambiental, que incluye, entre otras cosas, la puesta en marcha del programa “Hoy no circula”. A través de su cuenta de X, el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, informó que una leve mejoría en la calidad del aire evitó la contingencia.
Pocos clientes
El cubrebocas se vuelve un martirio para los comerciantes del zócalo de San Pedro Cholula que pasan las calurosas jornadas con el toldo de su negocio como única protección. La ceniza se pega a la piel y el pelo mientras esperan a los clientes que prefieren quedarse en casa o ir a un sitio cerrado en estos días.
Isis Torales vende bisutería en el zócalo de San Pedro Cholula y coincide en que el principal problema es la falta de clientes. Aunque no hubo restricciones para abrir los negocios, los paseantes escasearon durante algunos días.
Pero no a todos les fue mal. Omar, que lava coches en el estacionamiento del zócalo, dice que ganó cerca del 10% más que antes de que arreciara la caída de ceniza. Platica que muchos de sus clientes habituales no son turistas sino personas que llegan al banco o a hacer trámites en las oficinas del ayuntamiento. Otros simplemente lo visitan para que lave sus automóviles. A ellos se sumó una nueva clientela, la de aquellos que al tratar de quitar la ceniza de su vehículo con productos de lavado en seco terminan rayando y manchando su carrocería.
“Yo estoy lavando los coches con champú, para no rayarlos”, dice con una sonrisa antes remojar su toalla.
La “ceniza” volcánica no es ceniza en realidad, sino roca pulverizada que contiene pequeños trozos de lava ligera y expandida llamada piedra pómez o escoria volcánica.
Según la Organización Panamericana de la Salud los gases que emite el volcán se han diluido tanto en la ceniza que no pueden causar daño grave, aunque la caída abundante de partículas finas puede agravar casos de asma y otros padecimientos respiratorios.
En Puebla los 84 centros de salud ubicados en los alrededores del volcán han atendido a 73 pacientes con síntomas de rinitis entre el 7 y el 18 de marzo.
También peligran los ojos, ya que estás partículas pueden causar abrasiones en la córnea, por lo que se recomienda no usar lentes de contacto ni tallarse los ojos cuando se está expuesto a la ceniza.
También es resbalosa, señala Esperanza Torres, por eso barre constantemente el suelo de loza de su negocio. “No se vaya a caer un cliente”, dice.
El festejo de cumpleaños, en sede alterna
El 12 de marzo se festeja a “Don Goyo”, como se le dice de cariño al Popocatépetl. La Secretaría de Gobernación entabló un diálogo con las comunidades aledañas al volcán para disuadirlas de subir a la tradicional ceremonia. Protección Civil, con apoyo de la Policía Estatal, instaló retenes en el Centro turístico "La Venta" y "Buenavista", La Piedra y en la base de transporte público de Xalitzintla, el poblado más cercano al cráter, en el municipio de San Nicolás de los Ranchos.
A pesar de esta situación, en una sede alterna pobladores de Santiago Xalitzintla le celebraron con una gran ofrenda que incluyó cruces adornadas con flores, pulque, cigarros, pomada para las quemaduras y un traje de gala colocado en una cruz, para que no se enoje y se mantenga en paz.
En redes sociales se especuló que el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD y alcalde con licencia de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, iba a subir con los “tiemperos”, pero al final, nunca llegó.
Otra víctima de la lluvia de ceniza es el aeropuerto Hermanos Serdán de Huejotzingo, que tuvo que suspender actividades varias horas el 7, 15, 18, 23 de enero; 14 de febrero; 1, 7, 12 y 14 de marzo. Los vuelos fueron reprogramados.
Amozoc de Mota, Atlixco, Calpan, Chiautzingo, Cuautlancingo, Domingo Arenas, Huejotzingo, Juan C. Bonilla, Nopalucan, Puebla, Rafael Lara Grajales, San Andrés Cholula, San Salvador El Verde, San Gregorio Atzompa, Santa Isabel Cholula, San José Chiapa, San Martín Texmelucan, San Pedro Cholula, Santa Rita Tlahuapan, Tochimilco, Tlalancaleca y Tepeaca, son algunos de los municipios donde ha caído ceniza según los cambios en las corrientes de aire.
Según Protección Civil estatal, la actividad del volcán durante lo que va de marzo es similar a la que se ha presentó a partir de julio de 2023, cuando se regresó la alerta volcánica a Amarillo Fase 3, y, a diferencia del año pasado, en 2024 no han registrado explosiones, ni se han alcanzado los niveles de intensidad de los años 1997, 2000-2001, 2012-2013, 2019, 2022-2023.
Desde varios puntos de la ciudad de Puebla, son visibles las largas fumarolas que exhala el volcán; lo curioso es que a medida que uno se acerca, “Don Goyo” desaparece, al grado de que apenas se ve en videos o fotografías tomadas con un teléfono celular. Es como si el volcán obligara a los curiosos a verlo sólo de lejos, a mantener la distancia.
En la entrada de Nealtican, a 34 kilómetros del cráter del Popocatépetl, la vida transcurre con normalidad, los puestos de nieves o chicharrones venden en un clima que es mezcla de calor, vientos fuertes y ceniza. Los trabajadores de una construcción levantan nubes de polvo y cal que vuelven imperceptible la ceniza que viene de arriba.
El ayuntamiento de Puebla estimó que en cinco días recolectó 11 toneladas de ceniza. Además, instaló recolectores donde la gente puede ir a dejar la ceniza que levante en sus casas, para evitar que termine en las coladeras.
La gente parece cada día más acostumbrada a vivir con la ceniza, en el centro de la ciudad de Puebla, algunas entradas de casas y banquetas acumulan la de varios días sin que nadie pase una escoba por encima.
Algunas personas que pasean a sus perros, la usan para ayudarse a levantar las heces de su mascota sin dejar manchas en el suelo. Cada vez más, la ceniza es parte de la vida cotidiana de quienes habitan cerca del volcán.