AMOR

Desde España hasta México; Rubén cruzó mares para encontrar al amor de su vida

Rubén Fernández cruzó mares por amor, uno que encontró en Facebook. Desde España hasta México, recorrió más de 9,000 kilómetros solo para conocer personalmente a Julieta Berenice, una sinaloense

Créditos: LSR/Especial
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Rubén Fernández cruzó mares por amor, uno que encontró en Facebook. Desde España hasta México, recorrió más de 9,000 kilómetros solo para conocer personalmente a Julieta Berenice, una sinaloense con quien se casó en una ceremonia colectiva el 14 de febrero en Tijuana. En este evento, se unieron en matrimonio más de 1,500 parejas, cerca de 60 de ellas integradas por extranjeros.

"Yo la agregué, di el primer paso; estuvimos conversando, haciendo videollamadas", compartió Rubén al finalizar la celebración. Ellos empezaron a tratarse a distancia desde enero del año anterior y, en noviembre, él tomó la decisión de viajar a México. "Como dicen, no tenía nada que perder. El que no arriesga, no gana. Tomé la decisión, y es la mejor que he tomado en mi vida", añadió.

Para él, quien nunca había salido de su hogar en Valencia, llegar a México fue toda una experiencia cultural. Julieta también experimentó sus propias sorpresas. "Me dio un poco de miedo, pero seguimos hablando cuando él estaba aquí. Conoció a mis hijos por Facebook en videollamada. Cuando fui a conocerlo en persona, lo esperé fuera de la casa que había alquilado", mencionó.

En cuanto a las parejas extranjeras, aunque no fue el caso de Rubén y Julieta, las autoridades a veces facilitan los trámites para las uniones, como señaló Enrique Lucero Vázquez, director de Atención al Migrante en Tijuana. "Si son de países sin representación diplomática en Tijuana, se les puede exentar del apostillado. Esto está legalizado en la Constitución de México y en los tratados internacionales a los que México está suscrito", explicó.

Durante la ceremonia civil de San Valentín, además de las 59 parejas extranjeras, se casaron 84 parejas de la tercera edad, 39 parejas igualitarias y 3 desplazadas por la violencia en Michoacán. Estas últimas, esperando su cita de CBP One para solicitar asilo en Estados Unidos, decidieron unirse legalmente para ser procesadas como una sola familia y evitar ser separadas por las autoridades migratorias.

Aunque Rubén no se considera un migrante, Julieta, con 6 años viviendo en Tijuana, sí lo es. Rubén ahora afirma que su experiencia en México ha sido tan positiva, a pesar de lo que había escuchado sobre el crimen organizado, que no planea volver a Valencia. "Por ahora, mi vida está junto a ella. Vamos a conocer Sinaloa y ver qué nos depara el futuro", concluyó.