Hombres y mujeres contratados para trabajar en la construcción del viaducto elevado en Tijuana, a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), denunciaron una serie de presuntas irregularidades laborales y hostigamiento de la Guardia Nacional (GN).
El grupo asegura que fueron despedidos cuando algunos de ellos se unieron y reclamaron por la falta de aguinaldo un día antes de Navidad.
“Nos dijo (“el mayor”) que éramos una bola de huevones que no trabajábamos”, explicó uno de ellos.
Cuentan que a regañadientes a algunos les pagaron una semana de sueldo y a otros menos, pero los soldados tomaron sus datos personales y cuando acudieron a cobrar su semana los despidieron argumentando que su contrato había terminado.
“Nos quitaron celulares antes de bajar del camión para no grabar ni nada y nos querían retirar el gafete. Yo le dije a la de Recursos Humanos: No te voy a dar mi gafete porque cada tres meses nos hacen firmar y nunca nos liquidan”, denunció una mujer que dice haber firmado al menos tres contratos.
“Otra cosa, cuando nos dan el trabajo no nos dejan leer el contrato. Nos dicen: ¡Firma, firma, firma!”, agregó otra de ellas.
Ese mismo día, la discusión entre los inconformes subió de tono y una trabajadora que asegura haber ido inicialmente solo a recoger su nómina fue sometida por la Guardia Nacional.
“Me rodearon entre varios soldados y me esposaron. Prácticamente me dejaron bien hinchada, marcada (...) Y fue un hombre, había mujeres y hombres y me agarró un hombre como delincuente”, contó.
La obra
Los afectados se reunieron a un costado de la obra que se extenderá por más de 10 kilómetros para conectar el aeropuerto internacional, la garita de San Ysidro y playas de Tijuana, siempre siguiendo la línea internacional.
La construcción inició en el tercer trimestre de 2023 en medio de una disputa con residentes del trazo del viaducto que fueron indemnizados por sus terrenos, y con la promesa de concluir antes de que terminara el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Ahora la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, ha dicho que la primera etapa de esta inversión de 10 mil millones de pesos estará lista en abril de 2025.
En todo este tiempo, los accidentes de trabajo no han faltado y aunque tienen seguridad social, los despedidos sostienen que hay omisiones en el registro de esos percances.
“Me tropecé con una varilla, se me infectó la pierna y de hecho me tuvieron que poner antibiótico en la vena porque tenía la infección bien fuerte. Y ellos firmaron como no accidente de trabajo”, aseguró un trabajador.
Otros no quieren reclamar
“Hubo cabos que dijeron, metiendo temor a la gente: No vayas por el aguinaldo porque te van a correr”, dijo otro de los despedidos poco antes de que todos partieran a interponer una denuncia ante la Secretaría del Trabajo.
Mencionaron que después de las primeras manifestaciones el ejército “recontrató” a algunos trabajadores, migrantes de estados como Puebla o Michoacán que duermen en un campamento de la Sedena y se ven obligados a soportar las condiciones del empleo.
“Por el miedo y no tener dónde vivir, recibieron otra vez el gafete”, dijeron.