Víctor Juárez Romero y su familia se dedican a producir la flor de cempasúchil desde hace 25 años en la comunidad de San Juan Acozac, en el municipio de Los Reyes de Juárez, Puebla. Anualmente, trabajan arduamente para generar entre 12 y 15 toneladas de flor, la cual ha llegado a estados del norte de la República e incluso a otros países de Latinoamérica, como Guatemala.
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“Es mi temporada favorita (el mes de octubre). Desde que se siembra, empiezas a percibir ese olor cuando estás regando. Incluso nosotros tenemos nuestras huertas atrás de nuestro hogar. Cuando sembramos, son tres o cuatro meses en los que nuestra humilde morada está impregnada con el aroma de la flor de muerto”, comentó Víctor Juárez, de 23 años de edad, en entrevista con La Silla Rota.
El pasado 26 de octubre, el subsecretario de Desarrollo Rural (SDR), Óscar Hernández Fernández, informó que Puebla ocupa la primera posición en producción de cempasúchil en todo el país, generando el 75 por ciento de toda la siembra en México, es decir, mil 607 hectáreas.
Además, la flor también se comercializa en forma de planta para maceta, con una producción estimada de 25 mil ejemplares cada temporada, destinados a adornar jardines y espacios públicos. En la entidad, hay 44 municipios que son los principales productores, siendo Atlixco el de mayor volumen.
¿Para que se usa la flor de cempasúchil?
Sin embargo, la flor de cempasúchil tiene varios usos más allá de la decoración en ofrendas para el Día de Muertos. De acuerdo con Juárez Romero, la flor puede emplearse para hacer perfumes, nieves, tizanas, colorantes naturales e incluso como alimento para gallinas.
“Puede servir para el criadero de gallinas, para perfumes y colonias. En algunos lugares he escuchado que hacen nieve o helado de cempasúchil. Su uso es común, porque tiene múltiples aplicaciones. Después de levantar la ofrenda, puedes quitar los pétalos y hacerte una nieve.
"Aquí también elaboramos conservas y tés, las famosas tizanas. ¿Qué hacemos con la poca flor que nos sobra? La deshidratamos, la combinamos con otras especias y frutas, y ya desecada o deshidratada, la empaquetamos en sobrecitos para usarse como té”, explica el productor.
Una semilla de cempasúchil muy mexicana y poblana
La flor de cempasúchil es de origen mexicano. Según información del Gobierno de México, existen 30 especies distintas de esta flor, también conocida como flor de muerto, flor de cempoal, flor de niño o veinte flores.
“La mayoría de nuestro producto es de semilla criolla, semilla mexicana, semilla que ha pasado de generación en generación y se ha ido mejorando con el tiempo. Son semillas que, desde nuestros antepasados, se obtienen de la misma flor, sin agregarles químicos ni hacerles una modificación genética”, explicó Juárez Romero.
Víctor añadió que las lluvias este año ayudaron a que la cosecha fuera abundante. Además, para mantener la calidad de la flor, emplean abonos orgánicos y evitan el uso de sustancias químicas cuando hay plagas de chapulines o insectos que puedan afectar el cultivo.
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“Desde que se siembra la semilla, se va tirando en un surco, se riega después y así es como brota la flor. Si en algún momento la flor llega a tener alguna plaga, buscamos una solución, en este caso algún herbicida. Procuramos no usar tantos químicos para conservar la calidad y el origen biogénico de la flor. Claro que lleva abono, toda fruta, verdura o flor necesita abonarse. Nosotros, por lo regular, usamos abono orgánico”, comentó Víctor.