Luego de que la semana pasada 15 niños y cinco niñas fueron armados con fusiles, uniformes verde olivo y el rostro cubierto, como integrantes de una “policía comunitaria” en Ayahualtempa, Guerrero, con el propósito de resguardar su localidad ante la inseguridad que actualmente afecta al estado, la organización Reinserta emitió un comunicado destacando que el adiestramiento armado de la infancia guerrerense refleja la ausencia de Estado de Derecho en México.
De acuerdo con cifras citadas por el organismo, la violencia dirigida hacia la infancia mexicana ha experimentado un significativo aumento, por ejemplo, siete de cada 10 niñas y adolescentes en Guerrero son sobrevivientes de algún tipo de violencia, y 21 mil niñas y niños han sido víctimas de homicidio doloso.
Te podría interesar
Además, el 74% de las y los adolescentes en conflicto con la ley han tenido contacto con grupos delictivos en sus comunidades.
"Dos de cada tres adolescentes reportaron tener acceso a armas en su comunidad", se lee en el documento.
El comunicado también señala que, datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y del Observatorio Nacional de Prevención del Reclutamiento de Niñas, Niños y Adolescentes por Parte de la Delincuencia Organizada (ONPRENNA) indican que alrededor de 250 mil niñas, niños y adolescentes enfrentan el riesgo de ser reclutados o utilizados por el crimen organizado en México.
"En México llevamos mucho tiempo atendiendo los temas de seguridad desde el punitivismo y no desde un lugar de prevención", señaló Reinserta.
La ausencia de Estado de Derecho en México
En este contexto, subrayó que la situación actual no es sino un reflejo de una sociedad desesperada debido a la ausencia de Estado de Derecho, por lo que condenó la criminalización de los padres como única estrategia, lo cual evidencia una clara omisión respecto a la problemática subyacente relacionada con el descontrol en materia de seguridad y gobernanza en Guerrero.
Además, la organización denunció que asignar responsabilidades de seguridad a niñas y niños en Guerrero tendría un impacto profundo en su salud mental, generándoles problemas como estrés postraumático, ansiedad, depresión, entre otros.
"Además, la violencia que ven y experimentan, deja cicatrices permanentes en la estructura cerebral", agregó.
Por último, en su mensaje, Reinserta señaló que la exposición a la violencia desde temprana edad y la deserción escolar son algunos de los factores que restringen las oportunidades de un futuro mejor para los niños y niñas, perpetuando la pobreza y la marginación. Esto, les roba la posibilidad de disfrutar de una niñez segura y digna, “metiéndolos en un torbellino de violencia que afecta el cómo ven el mundo y dificulta sus relaciones con otras personas”.
"Preocupadas, desde Reinserta hacemos un llamado urgente a todas las autoridades legislativas, para hacer política pública orientadas a la seguridad, prevención y protección de las infancias y adolescencias en México".
Es urgente que en el país dejemos de normalizar la violencia", concluyó.