GUADALAJARA.- El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, informó que, debido a las acciones realizadas en coordinación con los tres niveles de gobierno, ya está regresando a la normalidad la zona de Santa María del Oro, en la localidad de Zipoco, en la frontera entre los estados de Michoacán y Jalisco, sitio donde se dio una disputa entre grupos de la delincuencia organizada.
Mediante un mensaje en sus redes sociales, y posterior a una reunión con el Consejo Estatal de Seguridad, el mandatario jalisciense recordó que la colaboración permanente con las fuerzas federales, contribuyó a atender con mayor oportunidad estos hechos y reforzar la presencia policial.
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“Esta mañana, en el marco de la reunión de seguridad, dimos seguimiento a lo que ha estado sucediendo en los últimos días en la frontera entre Michoacán y Jalisco, en particular en la zona de Santa María del Oro y en la localidad de Zipoco, donde existe una disputa entre grupos de la delincuencia organizada”.
“Desde que se tuvo conocimiento de estos incidentes, se reforzó la presencia de las fuerzas de seguridad de los tres niveles de Gobierno y, en colaboración con el Estado de Michoacán, se recuperó la calma y está regresando la normalidad a la zona. Seguiremos atentos y no aflojaremos ni en esta región ni en todo el estado hasta garantizar la paz y la seguridad de los ciudadanos", destacó el gobernador.
La Silla Rota publicó este martes que el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se ha apoderado de las principales comunidades del municipio de Santa María del Oro, Jalisco, lo que generó el desplazamiento masivo de familias completas.
Las víctimas huyeron a otras localidades y en todos los casos, solo con lo que llevan puesto.
Las autoridades estatales y federales no han intervenido y los han dejado solos, a pesar de que han reportado las múltiples ofensivas criminales, acusan.
Santa María del Oro, está ubicado en la colindancia de Jalisco con el estado de Michoacán, a unos 200 kilómetros de la capital Guadalajara.
En esa zona serrana de la Tierra Caliente, viven unas cinco mil personas distribuidas en la cabecera municipal, sus tenencias y comunidades.
La alcaldesa Guadalupe Sandoval Frías, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) pidió licencia para separarse de su cargo en el año 2022, “por motivos personales”, aunque sus colaboradores más cercanos revelaron que fue por un tema de inseguridad.
Los que no han tenido la misma suerte de tener el respaldo del gobierno, son los habitantes de las comunidades de Carrizo, Petacala, Plátanos, Panales y Zipoco.
Esos pobladores, desde hace cinco años han vivido el asedio e invasión del crimen organizado, que ha dejado varios muertos y decenas de desaparecidos.