NARCOTRÁFICO

CJNG: el desplazamiento de familias en Santa María del Oro, Jalisco

Los habitantes de Santa María del Oro aseguran que las autoridades estatales y federales los han dejado solos, a pesar de que han reportado las múltiples ofensivas a manos del cártel Jalisco Nueva Generación

Santa María del Oro, está ubicado en la colindancia de Jalisco con el estado de Michoacán, a unos 200 kilómetros de la capital Guadalajara
Santa María del Oro, está ubicado en la colindancia de Jalisco con el estado de Michoacán, a unos 200 kilómetros de la capital GuadalajaraCréditos: Carlos Arrieta/Corresponsal
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SANTA MARÍA DEL ORO, JALISCO.- El cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se ha apoderado de las principales comunidades del municipio de Santa María del Oro, Jalisco, lo que generó el desplazamiento masivo de familias completas. Las víctimas huyeron a otras localidades y en todos los casos, solo con lo que llevan puesto.

Las autoridades estatales y federales no han intervenido y los han dejado solos, a pesar de que han reportado las múltiples ofensivas criminales, acusan.

Santa María del Oro, está ubicado en la colindancia de Jalisco con el estado de Michoacán, a unos 200 kilómetros de la capital Guadalajara.

En esa zona serrana de la Tierra Caliente, viven unas cinco mil personas distribuidas en la cabecera municipal, sus tenencias y comunidades.

La alcaldesa Guadalupe Sandoval Frías, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) pidió licencia para separarse de su cargo en el año 2022, “por motivos personales”, aunque sus colaboradores más cercanos revelaron que fue por un tema de inseguridad.

Los que no han tenido la misma suerte de tener el respaldo del gobierno, son los habitantes de las comunidades de Carrizo, Petacala, Plátanos, Panales y Zipoco.

Esos pobladores, desde hace cinco años han vivido el asedio e invasión del crimen organizado, que ha dejado varios muertos y decenas de desaparecidos.

Para la señora Guadalupe Magaña, han sido tiempos difíciles tras la desaparición de su esposo y de su cuñado, en el año 2019.

“Yo viví algo muy terrible, la verdad. Se llevaron a mi esposo y pues nos quedamos solitas con ella, con mi hija y pues ha vivido o sea cosas igual como los que hemos vivido, como estamos pasando todos que yo lo he vivido, ahorita lo he vivido más. A mi casa cayeron y se llevaron a mi esposo, a un cuñado, a los dos juntos y hasta la fecha no han aparecido”.

Esta situación recrudeció en octubre pasado, cuando esa organización aumentó sus ataques desde camiones blindados y muchos de ellos equipados con ametralladoras Minigun.

Como resultado, cerca de 200 familias tuvieron que abandonar sus casas por temor a perder la vida en manos criminales, cuenta don Fortino Sánchez.

“Una pesadilla, una horrible pesadilla, mucha gente se ha salido de los ranchos viven bajo los puentes, por fuera, ya es una desesperación aquí. Por miedo, el miedo que al rato llegan, levantan a uno levantan a otro y que no hagan nada, el gobierno vino a ellos les suplicamos de rodillas que no se fuera que nos apoyara, se rieron de nosotros nada más ¿Que hicieron? Nada más caerle a la casas a robarse lo poquito que tenían ¿Qué gobierno tenemos?”, reprochó.

Vidal Rodríguez, profesor y empresario ganadero de esa región jalisciense, sostuvo que los militares están para salvaguardar la integridad de todos los mexicanos.

Pero, acusó, que en esta ocasión, dejaron a su suerte a los habitantes de esas cinco comunidades, con el argumento de que ellos estaban destacamentados en Michoacán y no podían hacer nada en territorio de Jalisco.

“En cuanto supimos que estaba este destacamento de militares, estuvimos ahí una comisión que ellos nos pidieron para platicar con el responsable del destacamento”.

“Desgraciadamente no dio el nombre, pero nosotros nos quejamos precisamente del problema que sufrimos toda la gente que estamos ahí. Ellos nos aseguraban que ellos están estaban organizados por sectores e inclusive nos dijo el militar, ‘yo no estoy comisionado para el sector de Jalisco yo estoy en la parte de Michoacán’”.

Las familias afectadas y desplazadas, se dijeron traicionadas por las autoridades, ya que durante la reunión que sostuvieron, con el Ejército, los criminales los atacaron.

“De terror, porque el día que fuimos a pedirle ayuda al gobierno, toda la gente nos tiramos ahí al piso porque las balas estaban pasando por arriba de nosotros y le dijimos al Ejército que fuera a apoyar y no, no querían y no querían; que no podían”, reveló Sarahí, víctima de desplazamiento forzado.

Y agregó: “¿Cómo cree que vivimos? La gente toda aterrorizada ahí porque no hay ayuda de nada, ni del gobierno, ni nada y es lo que queremos, pedirle al Ejército que si nos hace favor que nos ayude para que saquen a esa gente de ahí”.

Otros de los pobladores de esa zona han decidido hacer frente al grupo criminal para tratar de recuperar sus ranchos y su ganado que es su fuente de trabajo.

“Pero estamos conscientes de que con nuestras armitas no vamos a poder, ante el poderoso arsenal que tienen esos cabrones: armas más poderosas y vehículos con blindaje y equipados con ametralladoras de guerra”, señaló, Agustín Escalera.

Expuso que ante esa “monstruosidad” -como llamó a ese cártel-, lo único que podíamos hacer era comprar unas armas “y pelearles para defender a nuestras familias, a muerte”.

“Desgraciada y vergonzosamente yo no soy para cargar esto (un rifle) cuando tenemos un gobierno equipado y dotado de todo, que tiene que estar para repeler todo lo que amenace a lo que somos nosotros la gente de campo”.

Desde imágenes aéreas, resalta el desplazamiento por brechas del grupo criminal y su asentamiento en Zipoco, donde han saqueado las casas, los ranchos y comercios.

Se aprecian al menos cinco camiones blindados con alta tecnología y equipados con ametralladoras Minigun, capaces de disparas hasta 50 proyectiles por segundo.

A decir de los lugareños, esas imágenes se las entregaron al personal militar, que solo se comprometió a mandarles una carta a sus superiores.

Los pobladores, no confían –como en otras zonas de Jalisco- en la Policía Estatal, a la que acusan de estar al servicio del CJNG, al igual que las autoridades municipales.

En Zipoco, ya no hay nadie. Todos los habitantes huyeron; de tras de ellos, más familias de otras comunidades aledañas, también abandonaron sus hogares.

“Aquí (Petacala) se encuentra gran parte de la población que fuimos desplazados de Zipoco; pero ese problema viene desde parte de Santa María del Oro (cabecera) para acá. Todos los ranchos fueron desplazados. La gente de aquellas poblaciones que había, también fueron desplazadas y no sabemos que vaya a pasar con nosotros. Toda la gente que estamos por ahí alrededor, vivimos de lo poco que tenemos. Todo se quedó allá”, expuso, el profesor Vidal.

“¿Qué no ven cómo está la situación? Cómo se están llevando a nuestra gente; nos están despojando de la vida. Aquí en el rancho. Ayer tuvimos que correr en pánico, con lo poco que tenemos: alguna cama, algún mueble; no tenemos casa, no tenemos trabajo; para salvar la vida. A dejar sus tierras, sus vacas, sus gallos; todo se va a quedar, para salvar la vida; solo vamos a salvar la vida. Un pánico, un terror, un miedo”, reiteró, Verónica, quien tuvo que sacar a sus hijos en brazos, para salvar sus vidas.

Ante esa situación, los habitantes que quedaban, decidieron también dejar todo y huir, como don Jesús y su esposa…

“Hay que huir, qué más. No nos dejan otro camino los jaliscos (CJNG) y no hay gobierno que nos apoye para eso. Yo tengo una resecitas (reses) ahí, que es de lo que me duele dejar y no hay otro camino que dejarlas al abandono. Enfadados, no cansados, amigo, de esta delincuencia que hay tan dura. Por miedo sí se atemoriza uno, pero qué más se hace”, lamentó.

A pesar de que consideraron que el Ejército Mexicano les dio la espalda en ese primer encuentro, pidieron al gobierno federal que envíe apoyo militar, de otro batallón.

“Imploramos apoyo. Que venga el gobierno federal. O sea, que vengan militares, pero que no sea como el que vino a empeorar las cosas; si no estaban así, vino a hacerlas peor todavía las cosas. O sea estaba feo, pero ahora de que entró ese grupo militar, entró y salió, pero dejó peor todo, porque en seguida, entró el Cártel Jalisco, frente a ellos”, denunció otro de los desplazados de Zipoco.

Resultado de esa inacción de las autoridades de los tres niveles de gobierno, el grupo armado avanzó y la noche de este miércoles, así como la mañana del jueves, intentó irrumpir en Las Lomas, municipio de Jilotlán, Jalisco, colindante con Santa María de Oro.

Los pobladores informaron que los ataques fueron perpetrados con drones cargados de explosivos, fusiles de asalto y ametralladoras, desde los camiones blindados.