NARCOTRÁFICO

Cárteles de la droga ahora controlan tráfico de personas en Tijuana

Atraídos por los cobros de miles de dólares por persona dependiendo la ruta de cruce, ya sea el mar, el cerro, saltando el cerco o a través de la misma garita, los cárteles han extendido sus actividades criminales

Atraídos por los cobros de miles de dólares por persona dependiendo la ruta de cruce, ya sea el mar, el cerro, saltando el cerco o a través de la misma garita, los cárteles han extendido sus actividades criminales
Migrantes, bajo el yugo del narco en Tijuana.Atraídos por los cobros de miles de dólares por persona dependiendo la ruta de cruce, ya sea el mar, el cerro, saltando el cerco o a través de la misma garita, los cárteles han extendido sus actividades criminalesCréditos: Cuartoscuro
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TIJUANA.- En la frontera de Tijuana con Estados Unidos, el crimen organizado se ha venido involucrando cada vez más en el tráfico de personas, tomando por sorpresa a las autoridades que con mayor frecuencia encuentran hombres armados en los sitios de cruce ilegal.

Atraídos por los cobros de miles de dólares por persona dependiendo la ruta de cruce, ya sea el mar, el cerro, saltando el cerco o a través de la misma garita, y un flujo constante de migrantes por esta ciudad, los cárteles que operan en el estado han extendido sus actividades criminales.

“Desgraciadamente ahorita es más redituable el mismo trasiego de personas que el trasiego de enervantes”, afirma el secretario de Seguridad Ciudadana de Baja California, Tizoc, Leopoldo Tizoc Aguilar Durán.

Victor Clark, un académico que ha estudiado durante años fenómenos fronterizos como la migración y el tráfico de personas, dice que los conocidos “polleros” hoy colaboran con el crimen organizado en un modelo ya conocido en estados como Tamaulipas.

“Como polleros esa generación tiene el mismo perfil de quien dependen, es decir, agresivos. El uso de armas no era común en el mundo de los polleros”, asegura el antropólogo. 

ATAQUES Y AMENAZAS

El pasado mes de agosto, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos dio a conocer que traficantes de personas dispararon contra uno de sus agentes cuando éste encontró a un grupo de personas que ingresaba ilegalmente a su país por la zona montañosa de Otay, en Tijuana.

“Otros agentes que acudieron a la zona escucharon disparos y observaron destellos procedentes de las inmediaciones del grupo. Momentos más tarde, los agentes escucharon una segunda ráfaga de disparos dirigida hacia ellos. Los agentes se pusieron a salvo, mientras el grupo y el agresor regresaban a México”, relató en comunicado de prensa emitido a un par de semanas del suceso.

También informó que días después de ese ataque en el que no hubo personas lesionadas, la Guardia Nacional norteamericana detectó mediante un radar móvil la presencia de un hombre armado que escalaba el muro fronterizo en la misma zona.

Cuando las fuerzas de seguridad de Estados Unidos respondieron no lograron detener a nadie, pero la Jefa de Patrulla del Sector San Diego, Patricia McGurk-Daniel, dijo que esos incidentes e individuos “representan un peligro significativo” para los agentes y los migrantes.

“Las organizaciones de traficantes de personas se están desesperando y aumentando su nivel de violencia”, apuntó

En el lado mexicano el riesgo no es menor y el Instituto Nacional de Migración (INM), tiene registro de traficantes de personas armados en sitios como la Zona Norte, el polígono de Tijuana que colinda con el cerco internacional, y en Jacumé, en el municipio de Tecate.

David Pérez Tejada Padilla, titular de la oficina del INM en Baja California, estima que en este último sitio cruzan alrededor de 300 personas por día aprovechando espacios donde no hay cerco fronterizo y no descarta la presencia de casas de seguridad donde los migrantes son retenidos.

“Nosotros ya estamos optando por llamar para documentar al 911 estos casos porque nuestros agentes están expuestos las 24 horas. Nosotros no tenemos permiso de portación de armas”, destacó.

GANANCIAS Y RIESGOS

De acuerdo con Tejada Padilla, los traficantes de personas están cobrando entre 12 mil y 14 mil dólares a los migrantes que cruzan por el mar, 70 mil pesos para caminar por las montañas y 8 mil dólares a las personas que introducen en cajuelas de autos para pasar por las garitas internacionales.

En el primer caso, las embarcaciones que pueden ser motos acuáticas o lanchas de motor, parten de las costas de los municipios de Ensenada y Playas de Rosarito, logrando en ocasiones llegar hasta San Francisco, California.

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El titular del INM informó que Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), está reportando entre 2 y 3 intentos diarios de cruce por el mar, mientras que las autoridades mexicanas han rescatado al menos medio centenar de migrantes en lo que va del año.

“Se aventuran, se adentran en altamar. Hay embarcaciones ahorita perdidas, de hecho nos reportan que han detectado embarcaciones que luego se pierden, salen del radar. Debe haber gente que muere en el mar”, afirmó.

Víctor Clark dice que el cambio del “pollero” tradicional, que solo se aseguraba de guiar a sus clientes hasta dejarlos en suelo norteamericano, al traficante de personas que hoy está armado y no garantiza la seguridad de los migrantes, al final solo pone en mayor riesgo a quienes desean ingresar a Estados Unidos sin documentos.

“El problema para el migrante es que al momento de contratar un coyote, si no sabe quién es el que está enfrente, si no tiene referencias, si no tiene antecedentes y solo lo contrata porque alguien le indicó que lo podía cruzar, está en grave peligro. Porque en el mundo de los coyotes, como en otras empresas, los hay buenos y los hay malos”, subraya.