Dicen que los muertos se van, pero las energías se quedan en los lugares que las personas fallecidas frecuentaban o donde murieron, son cientos de historias que se cuentan sobre casas, escuelas, hospitales y plazas donde ocurren cosas paranormales que la ciencia no puede explicar.
La Plaza Citadel, ubicada en San Nicolás de los Garza, Nuevo León; más allá de los aparadores, restaurantes y cines guarda un tétrico secreto, pues hace muchos años había un balneario donde las familias iban a disfrutar de las albercas.
Sin embargo, pocos salían contestos y otros prometían no regresar nunca más por las cosas paranormales que les había ocurrido allí en las instalaciones.
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Dicho balneario se llamaba “Los Rodríguez”, el cual era muy popular, pues en Nuevo León hace demasiado calor y era el único centro recreativo que contaba con refrescantes albercas.
Lo extraño de este lugar era que muchas personas, en su mayoría, niños, morían ahogados, estos trágicos hechos terminaron clausurando el lugar y desapareció.
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Esta es la leyenda que se contaba del balneario “Los Rodríguez”
Dentro de todas las historias de niños ahogados hay una en especial que corrió de boca en boca entre los habitantes, se dice que un niño desapareció en las albercas en un descuido de los padres, pasaron los días, la gente lo buscó, pero no lo encontraron, incluso se habló de un secuestro.
Después de este hecho pasó de ser un divertido balneario a ser un lugar con actividad paranormal dentro de las instalaciones; personas afirmaban que en las albercas sentían que unas manos las agarraban con desesperación como si se estuviera ahogando alguien, pero no había nadie.
Otras de las cosas que sucedían era que se aparecía un niño perdido, el cual les pedía la ayuda a los adultos para encontrar a sus padres, cuando ellos se ofrecían a buscar el niño se esfumaba.
La cosa se ponía peor cuando llegaba la noche, pues según trabajadores, se escuchaban lamentos de un niño, unos de los trabajadores y un asistente contaron que vieron al menor, ambos en noches diferentes, dijeron que el menor los tomó con su mano helada y los llevó a una zona desértica.
Cuando se dieron cuenta el niño tenía un aspecto perturbador, estaba empapado y su rostro estaba morado y tenía una expresión de horror, como si se hubiera ahogado en vida, ambos testigos se desmayaron.
No se supo más del menor, pero ahora es una plaza comercial, en la cual nadie quiere trabajar porque quienes han entrado a los diversos comercios afirman que hay cosas paranormales, mencionan que avientan cajas, risas de niño y más, se creé que es el menor que desapareció en el extinto balneario.