A semejanza del mandato de su padre Félix Salgado Macedonio en Acapulco, la actual gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, se encuentra inmersa en el ojo del huracán por el surgimiento de una guerra entre dos organizaciones criminales que ha dejado a su paso homicidios, cuerpos desmembrados, personas desaparecidas, autos incendiados y narcobloqueos, entre otros hechos de violencia.
Hace 15 años, Acapulco -considerado uno de los principales puertos turísticos del país- presenció el nacimiento de una de las disputas más violentas en México protagonizada por los cárteles del Golfo y Los Zetas.
La guerra entre ambas agrupaciones inició en mayo de 2005, justo cuando José Félix Salgado, entonces aspirante a alcalde de Acapulco por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), se encontraba en campaña, y cuando aceptó haberse reunido con integrantes del crimen organizado.
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De acuerdo con la averiguación previa PGR/SIEDO/UIEIDCS/106/2005, abierta por la extinta Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía General de la República (FGR), la privación de la libertad y homicidio de cuatro personas detonó la violencia en el puerto.
Uno de los asesinatos fue filmado y difundido en redes sociales. El encargado de coordinar el crimen fue Edgar Valdez Villareal, “La Barbie”, entonces jefe de plaza del puerto bajo las órdenes de Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”.
El cártel del Golfo emplazó a las autoridades para que liberaran a sus integrantes; de lo contrario, desataría una guerra en Acapulco y Zihuatanejo. En las siguientes semanas, la violencia detonó en Acapulco, así como municipios cercanos, entre ellos Chilpancingo. Y aumentó a partir de enero de 2006, un mes después de que José Félix Salgado Macedonio asumiera el cargo como alcalde de Acapulco.
LA BARBARIE EN ACAPULCO
Las escenas de barbarie llevaron al hallazgo de cuerpos cercenados, cadáveres de civiles, jueces, soldados y policías. En enero de 2006 fue atacado y asesinado Pablo Rodríguez Cruz, subdirector de Seguridad Pública de Acapulco. En la reyerta, cuatro personas más con uniformes de la extinta Agencia Federal de Investigaciones (AFI) murieron.
La disputa entre ambas agrupaciones llevó a los habitantes a presenciar actos de barbarie, como el registrado el 20 de abril de 2006 al ser localizadas dos cabezas en la Secretaría de Finanzas de Guerrero, ubicada en la colonia La Garita, del puerto. La escena se repitió el 30 de junio, al ser localizadas dos extremidades más.
Otro de los hechos de los distintos hechos de violencia en los que se vio inmersa la población se presentó el 6 de febrero de 2007, cuando un fueron asesinados un agente del Ministerio Público del fuero común, dos secretarias y cuatro agentes de la Policía Investigadora Ministerial (PIM), en dos ataques a instalaciones de esa institución.
La violencia alcanzó al entonces alcalde Félix Salgado, al ser amenazado de muerte durante un programa de radio transmitido en vivo. La sentencia también fue hecha contra el entonces secretario general del ayuntamiento, Daniel Ríos Abarca.
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La ola de violencia en el puerto originó distintas especulaciones en contra de José Félix Salgado Macedonio. Incluso, supuestas investigaciones en su contra por parte de la extinta Secretaría de Seguridad Pública (SSP). El entonces gobernador de la entidad, Zeferino Torreblanca Galindo, defendió a Félix Salgado. Lo mismo que Sebastián de la Rosa, entonces dirigente estatal del PRD en Guerrero.
La guerra de los cárteles del Golfo y Pacifico se propagó a otros municipios de la entidad. Uno de ellos fue Chilpancingo, capital del estado. A finales de diciembre de 2008, las extremidades de ocho militares fueron localizadas por las autoridades federales y estatales.
Los hechos de barbarie en el puerto continuaron durante los siguientes años. La disputa terminó a finales de 2010, tras ser abatido Arturo Beltrán Leyva (diciembre 2009) y detenido Edgar Valdez Villareal (agosto 2010). La muerte de “El Barbas” y la captura de “La Barbie” originaron una fragmentación en el cártel de “Los Beltrán Leyva”, para dar paso a otras agrupaciones criminales, entre las que se encuentran “Los Ardillos”, uno de los dos actuales grupos generadores de la violencia en Chilpancingo.
ARDILLOS CONTRA TLACOS, LA NUEVA BATALLA
Ocho meses después de asumir el cargo de gobernadora de Guerrero, Evelyn Cecia Salgado Pineda, la violencia en la entidad comenzó a dar los primeros destellos de la nueva guerra que estaba por enfrentar la entidad.
A finales de mayo de 2022, el homicidio de Francisco García Marroquín, líder de la Unión de Transportistas y organizaciones del Estado de (UTOEG) dio inicio a la disputa entre “Los Ardillos” y “Los Tlacos”.
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El crimen fue cometido en Chilpancingo, sede de los tres poderes en esa entidad y donde tiene su domicilio la actual gobernadora. Seis días después, otra persona, identificada como Tomas, fue privada de la vida en el mercado central de Chilpancingo. Ambas personas, de acuerdo con fuentes del gobierno federal, estaban relacionadas con el grupo de Los Tlacos que dirige Onésimo Chapa Marquina, “El Necho”.
La respuesta de Los Tlacos fue incendiar vehículos del transporte público. Algunos de sus integrantes fueron detenidos en Chilpancingo, lo que originó que fueran colocadas mantas en la capital de la entidad en que culpaban al secretario de Seguridad Pública de la entidad de tener supuestos vínculos con el grupo de “Los Ardillos”, fundado por Celso Ortega Rosas, "El Ardilla".
“El Ardilla” fue abatido en 2011. Su lugar fue ocupado por sus hijos Celso y Jorge Iván Ortega Jiménez. El primero de ellos fue captado en una reunión con la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, en una reunión.
Previo a que se diera a conocer el encuentro entre la alcaldesa de Chilpancingo y el líder de Los Ardillos, las autoridades reportaron el hallazgo de extremidades en la capital de la entidad. Junto a las partes de siete cadáveres fueron dejados mensajes en contra de autoridades del ayuntamiento de Chilpancingo.
FIN DE SEMANA INFERNAL
Un total de 9 unidades del transporte público de Chilpancingo, de la comunidad de Petaquillas, Chilapa y Mochitlán, fueron incendiadas en Chilpancingo. Este lunes y martes, cientos de personas realizaron una marcha y desmanes durante una marcha a la capital de la entidad. Los inconformes bloquearon la autopista del México-Acapulco, lo que originó el despliegue de las autoridades, y con ello, un enfrentamiento.
Mientras los manifestantes se dirigían a la capital de Guerrero, la alcaldesa, Norma Otilia Hernández Martínez, aseguró que no separará del cargo, y sobre el video de su reunión con el líder de Los Ardillos, señaló que se trataba de un ataque de “fuerzas oscuras y perversas”.
La mañana de este martes, el gobierno federal aseguró que la movilización de las personas fue por la detención de Jesús Echeverría Peñafiel, “El Topo”, y Bernardo “C”, ambos integrantes de “Los Ardillos”. Según la secretaría de Seguridad Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, los manifestantes exigían la liberación de ambos.
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La funcionaria mencionó que el gobierno se encontraba abierto al diálogo, por lo que no se enfrentarían con los manifestantes. A cambio de la liberación de ambas personas, el grupo prometió entregar a 13 policías privados de la libertad.
Este martes, durante una mesa de diálogo, se acordó la liberación de los 13 funcionarios públicos y quitar el bloqueo de la autopista, luego que fuera ocupada por personas por segundo día consecutivo.
Hasta el momento, se desconoce si serán liberados los dos supuestos integrantes de “Los Ardillos” o cuál fue el acuerdo al que llegaron ambas partes.