TUXTLA GUTIÉRREZ. - “Apenas regresé el pasado martes, pero mi esposa e hijos no, así como otros familiares que se quedaron lejos, porque tenemos miedo, a pesar de que hay constantes rondines del Ejército por nuestro ejido”, manifiesta Roberto, quien desde la semana pasada se vio obligado a escapar de Nueva Libertad, en Frontera Comalapa, ante la incursión de camionetas artesanales o “monstruo” del crimen organizado y la lluvia de plomo.
El pasado martes 22 de mayo, el hombre advierte que se agudizó una balacera en la zona, la cual duró al menos 12 horas casi ininterrumpidas. Luego hubo una tregua, y para el miércoles la situación empeoró en el tramo carretero entre el mencionado ejido y otro cercano llamado Nueva Independencia: los cárteles descargaban miles de cartuchos.
Roberto, nombre ficticio para proteger la identidad de quien es entrevistado por La Silla Rota, recuerda que él y otras nueve personas salieron de su hogar en Nueva Libertad, el miércoles por la tarde, para refugiarse en la montaña, pero al ver que “era falsa alarma”, retornaron.
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Para el jueves 24, casi entre la lluvia de balas, sí tuvieron que huir de verdad ante el temor de un posible reclutamiento; según la versión del poblador, sólo se alcanzó a poner un “short” y chanclas y tomó las llaves de una camioneta.
Como los accesos a Frontera Comalapa estaban bloqueados por las organizaciones criminales, la huida la hicieron hacia Chicomuselo, pero para ello tuvieron que atravesar un río. En el trayecto, otros grupos armados comenzaban a bloquear más caminos, por lo que el miedo era latente.
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Roberto advierte que, por el momento, él está solo en su vivienda en Nueva Libertad, “la verdad, como se dice, sí duermo, pero no descanso (suelta una risa nerviosa), porque estoy alerta a cualquier ruido”. De hecho, uno de sus vecinos prácticamente volvió con la idea de vender su propiedad y nunca regresar.
En el ejido Nueva Libertad hay cerca de 1,700 habitantes, la mayoría mujeres, infantes y adolescentes, pues una gran parte de hombres ha salido de allí para buscar un mejor futuro en los Estados Unidos. Asimismo, en ese lugar el grueso poblacional se dedica al campo, sobre todo a la producción de maíz, frijol y cacahuate.
ESCAPE MASIVO
Según Roberto, la presencia en el pueblo de al menos 30 camionetas blindadas generó terror, y por eso casi el 80 por ciento de la población decidió emprender el éxodo.
“Sólo se quedaron las personas más ancianas, porque ya ves que les cuesta dejar su tierra, es el arraigo, se aferran a sus casitas, a sus parcelas”.
El día en que huyó con su familia, cuenta, también apoyó para que otros comuneros que hacían lo mismo, se subieran a su vehículo y los acercara a zonas donde tenían dónde refugiarse; “les decía, ‘súbanse los que puedan’, y ya los dejamos en Chicomuselo”.
Con base en información obtenida por La Silla Rota, en Nueva Independencia se vivió un episodio más complicado la semana pasada; incluso, se supo que un grupo de jóvenes del lugar fue reclutado por uno de los cárteles que se disputa ese territorio de la región fronteriza del país.
Roberto calcula que, entre su ejido y Nueva Independencia, huyeron por lo menos 600 familias, “pero no han regresado todas, creo que ni la mitad”.
EL DÍA EN QUE LOS SIETE FUERON DESAPARECIDOS
En Nueva Libertad, la vida era tranquila, pese a estar cerca del territorio en disputa de los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa (CDS). Sin embargo, el primer “aviso” de que algo estaba mal se registró el pasado 22 de marzo, cuando siete autoridades ejidales de allí emprendieron un viaje de paseo desde temprana hora; sin embargo, a las 10:50 de la mañana nadie supo más de ellos.
De acuerdo con el itinerario, Jordán Gordillo Genovés, comisariado ejidal; Hernán Aguilar, Luis González, Reymundo Sandoval, José Marín, Yovani Vázquez y Axel Martínez pasarían por la zona arqueológica de Toniná, en Ocosingo, luego a las Cascadas de Aguazul, para finalizar en las ruinas de Palenque. De hecho, su plan era retornar a la colonia el sábado 25 de ese mismo mes por la tarde.
Con base en familiares de los desaparecidos y videos que ellos mismos consiguieron, una camioneta blanca siguió al grupo de autoridades, por lo que temen que ésta haya sido parte del “levantón”.
A partir de ese momento, comenzó el “viacrucis”. A través de videos e incluso una marcha en la capital del estado, hermanos, hijos y esposas de los desaparecidos pedían el apoyo de las autoridades para el rescate de sus seres queridos.
Ante la presión ejercida, fueron regresados cinco de ellos (en diferentes momentos), pero hasta el momento aún faltan dos, uno de éstos el comisariado ejidal.
Antes de que fueran regresados los primeros “levantados”, Nueva Libertad recibió la visita de la organización “Maíz”, ligada al CJNG, cuyos líderes ofrecieron seguridad a los ejidatarios, quienes no aceptaron.
TENSA CALMA
Este lunes, la situación se comenzó a tranquilizar en la zona, luego de que elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Policía Estatal avanzaran por la comunidad Joaquín Miguel Gutiérrez, conocida como Quespala, la cual se ubica como a 45 kilómetros de distancia de Nueva Libertad.
Pese a que un grupo de ejidatarios de ese lugar se opuso e incluso atacó a los uniformados con palos, piedras y otros artefactos, la vigilancia se mantiene en ese sector.
Incluso, Rutilio Escandón Cadenas, gobernador de Chiapas, mandó un mensaje que, para algunas organizaciones, “está cargado de jiribilla” en contra de quienes han denunciado la presencia del “narco”, como lo han hecho algunos medios de comunicación.
En ese mensaje, el mandatario estatal advirtió:
“Las redes sociales son muy importantes, pero hay sus excepciones, por cierto, muy pocas, y se salen de la línea de informar al pueblo de Chiapas, buscan cómo atemorizar, y eso es lo que sucedió en Frontera Comalapa; por fortuna fueron pocas, pero metieron mucho escándalo para atemorizar a la gente”.
De hecho, reconoció que la Base de Operaciones Mixtas (BOM) ha hecho presencia en la cabecera municipal y comunidades de ese municipio fronterizo. Incluso, mediante un breve video, el gobierno estatal manifestó que ha entregado poco más de 30 toneladas de ayuda humanitaria a los ciudadanos de ese municipio.
PONEN EN “TELA DE JUICIO” MENSAJE GUBERNAMENTAL
Por su parte, el Comité de Derechos Humanos “Digna Ochoa” en el estado advirtió que no es muy creíble que se dé el retorno en varias localidades, como Lajerío, “tenemos videos donde entra el Ejército y están vacías las comunidades, no se ve gente”.
Si se diera un retorno, así como se presume con la presencia de las fuerzas del orden, dijo, también es grave “porque quiere decir que el gobernador mintió al minimizar el desplazamiento forzado y que, de facto, reconoce que hubo un desplazamiento de miles de personas”.
Pese a la presencia policiaco-militar en esa región, en las redes sociales se vierten comentarios de molestia, como el siguiente de un usuario, cuyo nombre se omite para evitar represalias:
“Logra entrar el Ejército a Sabinalito y Llano Grande (comunidades), no sin antes hablar con los delincuentes, con los ‘banderas’ y ‘halcones’, quienes incluso muy tranquilos observan el operativo. Qué cinismo de la autoridad castrense, puro circo y maroma”.
Entre otros detalles, circulan en redes sociales fotografías de las camionetas “monstruo” supuestamente quemadas por los soldados.