TUXTLA GUTIÉRREZ.- Mervin García salió solo de Venezuela hace como un mes en busca de mejorar su situación económica en los Estados Unidos, y aunque no tiene idea del Título 8 que comenzó a funcionar en ese país luego de que finalizara el Título 42, “no me importa, si tres mil veces me regresan, mil veces lo vuelvo a intentar (cruzar la frontera)”.
Para él, dejar su país no fue fácil pues, aunque no tiene hijos ni esposa, debe de velar por sus padres, pero ya no se podía quedar allá porque no conseguía un empleo más formal, lo que se le complica porque sólo tiene la secundaria terminada.
“Allá casi nadie tiene profesión, así que trabajamos de lo que sea, como albañiles, en plomería, en una carnicería, lavando platos, donde sea, porque tienes que buscarle cómo sacar adelante a la familia”, advierte el hombre que no rebasa los 30 años de edad.
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Tras asegurar que desde pequeño se ha enfocado en trabajar, aclara que no se empapa de noticias sobre las políticas migratorias, sino que sólo está enfocado en llegar a EU, lo que le urge porque para emprender el viaje hizo un préstamo de 3 mil dólares.
Él llegó a Tuxtla Gutiérrez, junto a otros venezolanos que conoció en la Selva del Darién (entre Colombia y Panamá), hace como dos días, debido a que el Instituto Nacional de Migración (INM) lo detuvo en Tapachula, y lo trasladó a esta capital donde sólo le dieron un permiso de tres días, pues según ese Instituto con eso le alcanza para llegar a la frontera norte.
“El problema es que nos dan ese permiso de 13 de mayo, Migración nos dice que después de ese día no podemos viajar, ¿entonces para que dan ese permiso? ¡No sirve para nada!”
Declara que este domingo viajaría a la Ciudad de México (Cdmx), pero el INM lo bajó del autobús, por lo que perdió al menos 100 dólares entre su pasaje y el de una mujer que lo acompaña.
De acuerdo con un boletín, del 23 de noviembre de 2022 al 6 de mayo de este año el INM ha atendido, en dos sedes instaladas en Tapachula: el Parque Ecológico y el Estadio Olímpico, a 81,245 personas extranjeras provenientes de más de un centenar de países de los cinco continentes del mundo.
Asimismo, destaca que, de todas esas nacionalidades, 13 tienen más de mil beneficiarios que recibieron un documento migratorio: el primero lugar lo tiene Venezuela, con 23,329; le siguen Ecuador (14,238), Haití (12,986), Honduras (5,139), Angola (2,594), Nicaragua (2,488), Cuba (2,351), entre otros.
LOS “ENGAÑOS” Y ABUSOS
Iris, migrante venezolana y madre de dos hijos pequeños, lamenta que el INM los quiera engañar, pues ella tenía un permiso de tres días, pero este domingo también la bajaron del autobús que se dirigía a la Cdmx, donde era su próximo objetivo.
“Lloré, peleé, casi les rogué para que los de la empresa de transporte me devolvieran el dinero del ‘bus’, porque no era justo, y sólo me regresaron el pasaje de uno de mis dos niños”, lamenta quien, en su nación, se desempeñaba como empleada doméstica.
Pese a que su objetivo es EU y de igual manera no tiene idea de lo que es el Título 8, dice que, si en México obtiene un buen empleo y estabilidad financiera, pensaría en quedarse por más tiempo.
“Por el momento tengo que pedir dinero a la gente, la mayoría sí te apoya, pero también nos han dicho cosas feas; ayer (domingo) una señora nos dijo que nos fuéramos de acá, que qué hacíamos, pero le respondí con un: ‘Que Dios te bendiga’”.
Iris advierte que está mentalmente preparada para soportar todo, pues no quiere volver a Venezuela porque lo que obtenía en una semana sólo le alcanzaba “para un kilo de harina”, por lo que no le podía dar una mejor alimentación a sus pequeños. “No entiendo por qué nos engañan con esos permisos, que nos dejen seguir”.
Elena, también de Venezuela y quien descansa en el estacionamiento de un mercado público de Tuxtla, cerca de la Subrepresentación Federal Zona Centro del INM, recuerda que desde hace como 30 días abandonó su país con la esperanza de hallar un mejor futuro.
Para ello, cuenta, tuvo que encargarles a sus papás a sus dos hijas, pues es madre soltera y no tiene quién más la apoye. Sin embargo, su experiencia en Chiapas no ha sido tan bueno, pues en Tapachula ella se entregó de forma voluntaria, y ese Instituto le otorgó un permiso de tres días.
“Me pasó lo mismo que a otros connacionales, a quienes les dieron un permiso que no tenía mucha vigencia, ni los tres días, y luego nos dicen que no podemos seguir, eso es lo que no entendemos”.
No obstante las “trabas” que ha sufrido, advierte que nada la detendrá, ni el llamado Título 8 que, dice, “no sé de qué se trata, no tengo idea, pero me urge tener un trabajo estable, en mi país no se puede, y no las iba a arriesgar en el paso por la selva del Darién”.
MÁS CIFRAS
Según Andrés Ramírez, titular de la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados (Comar), al cierre del primer tercio del año, poco más de 20 mil mujeres han solicitado la condición de refugiado en México. Además, compara, esta cifra representa el 40.86 por ciento del total. En el 2022, rememora, el porcentaje de solicitantes del sector femenino fue de 39.07%.
Asimismo, detalla, en los últimos tres años Chiapas el peso de los solicitantes de refugio en Chiapas sigue siendo el mayor en el país: con 65.15% (en 2021), 65.45% el año pasado y 64.45% en lo que va de este 2023.
En los últimos dos años y cuatro meses, la Comar ha registrado 297,440 solicitantes de la condición de refugiado, de los cuales 86,955 son haitianos y 78,147 hondureños. Ambas nacionalidades representan el 55.5% del total.
Durante el los primeros cuatro meses de este 2023, el país con más trámites fue Haití (18,860), luego Honduras (10,993), Cuba (3,374), Venezuela (2,892), entre otros.
TÍTULO 8, UNA TRABA
Erick Antony Ramírez, su esposa y tres hijos (uno de 8, otro de 10 y uno más de 16 años) decidieron dejar Caracas, Venezuela desde el pasado 15 de abril, debido a que ya estaban agobiados por la inflación y la falta de empleo.
Para él, ganar “plata” era un asunto desgastante; su último empleo como personal de limpieza en una escuela agropecuaria era agotador y sólo obtenía como 30 dólares a la semana, insuficientes para darle de comer a sus seres queridos.
Antes de pisar tierras mexicanas este domingo por la noche y de enterarse del final del Título 42 en EU, Erick había probado suerte en Colombia, pero como notó que en su país de origen la economía se recuperó un poco, decidió volver; sin embargo, ahora está de nuevo en busca de una mejor vida.
Su recorrido hacia el “sueño americano” ha sido complicado, e incluso cuando transitó por la Selva del Darién, porque observó cómo una mujer migrante falleció ahogada en un río. “Y para nosotros fue desgastante: tres días para cruzar ese lugar, luego nos quedamos sin agua, ni alimento”.
Aunque sabe que en la actualidad será un reto llegar a los EU por las políticas migratorias impuestas ahora con el Título 8, refiere que el INM le otorgó un permiso de tres días para que pueda seguir, “pero es muy poco tiempo, ya no tenemos dinero”.
Lo que se le hace injusto, dice, es que apenas este domingo los agentes del INM lo agarraron cuando cruzaba el río Suchiate, y sólo les dieran un permiso que ya tenía vencido un día.
“O sea que mañana (este martes) ya vencerá, pero nosotros queremos hacer las cosas bien, legales, que nos den un salvoconducto”, puntualiza Erick, quien manifiesta su miedo porque ya no tiene “plata”.
Lo que intentará, dice, es volver a Tapachula para que allá le otorguen un permiso de 45 días, conocido como Forma Migratoria Múltiple (FMM), pero aún investigará si eso se puede.
Sobre el Título 8, el venezolano de 29 años de edad acepta que será más complejo entrar al país anglosajón, y más porque, según él, una de las reglas para ello es tener al menos algún familiar en ese lugar que los pueda acoger. “Con esta nueva ley que pusieron allá, se nos complica porque no tenemos a nadie allá, ni un solo familiar, pero sí estoy consciente de que no dejarán entrar tan fácil”.
Si no logra cruzar la frontera norte con su familia, piensa establecerse en la República Mexicana hasta alcanzar la prosperidad, tan anhelada por miles de sus connacionales.
Erick se despide, pues tiene que continuar su caminata por las calles de Tuxtla, en donde con un cartón, el cual tiene “impreso” un mensaje, recibe el apoyo de las personas con las que se topa.