LAS MEGAOBRAS DE LA 4T

Puente Nichupté de Cancún: otro capricho de AMLO, sin permisos, costoso y sin fin

Anunciado hace casi un año por el presidente, el puente vehicular Nichupté incrementa su costo y no estará concluido en diciembre, como prometió Andrés Manuel López Obrador

Anunciado hace casi un año por el presidente, el puente vehicular Nichupté incrementa su costo y no estará concluido en diciembre, como prometió Andrés Manuel López Obrador
Puente Nichupté de Cancún.Anunciado hace casi un año por el presidente, el puente vehicular Nichupté incrementa su costo y no estará concluido en diciembre, como prometió Andrés Manuel López ObradorCréditos: Alejandra Galicia
Escrito en ESTADOS el

CANCÚN.- En abril de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a desarrollar 4 obras de infraestructura para mejorar la movilidad de Cancún, Quintana Roo, uno de los destinos turísticos más importantes del país. Y aunque la mayoría de estos proyectos avanzan, como la remodelación del Bulevar Luis Donaldo Colosio, el entronque del Aeropuerto Internacional de Cancún y la construcción de la avenida Chac Mool, existe una que enfrenta muchas dificultades. Se trata del puente vehicular Nichupté, que conectará a Cancún con su zona hotelera a través de un cuerpo lagunar.

Esta megaobra ha incrementado sus costos. Pasó de 5,580 millones a 7,056 millones de pesos, registra un avance de apenas el 14% y siguen parados los trabajos en el área de la laguna. Según las mismas autoridades responsables de la obra, no se logrará entregar el proyecto en diciembre de 2023, como prometió López Obrador, sino hasta el próximo año. Tampoco descartan que el costo siga aumentando.

El puente Nichupté es una vialidad urbana totalmente suspendida en pilas, con una longitud total de 8.80 kilómetros que se conforma de una sección terrestre y una sección que cruza sobre una porción del sistema lagunar Nichupté, que conectan la ciudad de Cancún con la zona hotelera.

El puente vehicular es la obra más costosa de los 4 proyectos federales comprometidas para este destino turístico. La licitación fue ganada por ICA y se presupuestó, de inicio, en 5,580 millones de pesos (originalmente) para la construcción de 8.8 kilómetros de vía sobre el sistema lagunar.

El puente iniciará desde el kilómetro 13 de la zona hotelera de Cancún hasta la parte terrestre de la ciudad, para conectarse con el distribuidor vial del bulevar Luis Donaldo Colosio y la avenida Kabah, en Cancún.

LAS FALLAS

De acuerdo con la planeación del proyecto, debería concluirse en 17 meses y su desarrollo generaría 8,150 empleos directos, así como 32,600 indirectos. López Obrador, incluso, aseguró que el puente no sería de peaje, por lo que al concluirse sería una alternativa vial de acceso gratuito, a fin de apoyar a este destino turístico “por su gran aporte económico al país”.

Sin embargo, conforme pasan los meses, la obra comienza a reflejar dificultades que el equipo de ingenieros de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) de Quintana Roo atienden, pero conforme los van detectando. Uno de los principales es el suelo kárstico que tiene el sistema lagunar Nichupté, en el que incluso en los sondeos de mecánica de suelos se ha detectado oquedades o huecos donde, por seguridad, es imposible colocar bases o pilotes para sostener el puente vehicular Nichupté.

El lunes 10 de abril pasado, durante la conferencia matutina del presidente, el director general de la SICT, Jorge Nuño, presentó los avances de la obra. Reveló que el proyecto costará 7,056 millones de pesos y que hasta el momento se tiene un avance del 14% de construcción, en el que se ha invertido 1,754 millones de pesos.

El proyecto tiene más de 7 meses de haber iniciado su construcción, tiempo en el que ha incrementado su costo inicial licitado. En este lapso la obra ha incrementado su costo en más de 1,476 millones de pesos.

OMISIONES E INCUMPLIMIENTOS

En entrevista con La Silla Rota, Guido Mendiburu Solís, director responsable de las obras en Quintana Roo, reconoció que los incrementos presupuestales de la obra corresponden a la construcción de accesos, conceptos de obra y volúmenes adicionales que no se consideraron de origen, además de aspectos ambientales que incluyen programas y servicios de rehabilitación relacionados con el proyecto.

El funcionario mencionó que si bien la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mandó presupuesto especificado en la licitación que ganó ICA, en caso de necesitarse más recursos, lo solicitan y mandan justificaciones comprobables de los estudios realizados para los nuevos gastos, tal y como sucedió con el incremento de más de 1,400 millones de pesos anunciados por el director general de la SICT.

A pesar de que fue una promesa del presidente terminar todas las obras antes de finalizar este 2023, en el caso del puente vehicular Nichupté no se logrará. Se prevé su terminación hasta el primer trimestre de 2024, según Mendiburu Solís.

LA CAVERNA QUE NO VIERON

Una de las principales dificultades que retrasan el tiempo de entrega del puente, agregó el funcionario, es el suelo que tiene Cancún y todo Quintana Roo, que de origen es kárstico. Específicamente en el sistema lagunar Nichupté, desde noviembre de 2022, en los sondeos de mecánica de suelos, los ingenieros de ICA y la SICT encontraron un hueco o caverna en lo que sería el apoyo número 70 del puente y también en los pilotes de la zona terrestre que se ubican en el entronque de la avenida Colosio.

Debido a las condiciones halladas en la laguna Nichupté, las autoridades modificaron el proyecto, por lo que ahora el puente se extenderá en una longitud de 103 metros para no afectar el área kárstica.

Mendiburu Solís agregó que otro de las dificultades que ha representado un avance más lento es que se busca evitar el mayor impacto a la circulación vial, es decir, en temporadas altas vacacionales, como las invernales (diciembre del año pasado) y las de primavera (Semana Santa) no se avanzan con altos volúmenes de construcción para no afectar la circulación del transporte público y privado, ya que la obra se encuentra en zonas estratégicas de mayor afluencia vehicular, como la zona hotelera, el bulevar Luis Donaldo Colosio y la avenida Kabah.

El 21 de diciembre de 2022, la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, reportó afectaciones severas a los turistas, pues de acuerdo con el Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR), se retrasaron 40 vuelos y por lo menos 10 mil personas tuvieron dificultades para abordar sus aviones y para salir del aeropuerto, debido a las afectaciones por las obras en Cancún.

Desde esa falla logística que afectó al sector turístico, en las obras de construcción del bulevar Luis Donaldo Colosio, que colindan en un punto de encuentro con el puente vehicular Nichupté, aún se ven las maquinarias que distribuyen los materiales. Hay, además, vialidades cerradas y en horarios pico, personal de Tránsito Municipal no se da abasto para distribuir de mejor manera a los automovilistas.

Cancún se mantendrá en procesos constructivos y modificaciones viales durante todo el 2023 y, en el caso del puente vehicular Nichupté hasta 2024, confirmaron las autoridades de la SICT de Quintana Roo a La Silla Rota.

SIN PERMISO AMBIENTAL

En septiembre de 2022, una vez que ha habían arrancado las obras, se reveló que el puente Nichupté no contaba con la aprobación en materia ambiental, algo similar a lo denunciado durante meses con el Tren Maya. En ese entonces se supo que, desde junio de ese año, la Semarnat tenía el trámite en estatus de “ampliación del plazo”, y aunque funcionarios de la SICT aseguraron que contarían con dicha autorización, los trabajos físicos del puente continuaron durante varias semanas sin dichos permisos.

AMLO con la gobernadora Mara Lezama

A finales de agosto, Guido Mendiburu informó que la Semarnat otorgó una autorización provisional al puente Nichupté, por lo que las obras físicas podían ponerse en marcha.

El permiso provisional fue notificado el 15 de agosto de 2022 y tiene vigencia de 12 meses, aunque está condicionado al cumplimiento de ciertas condicionantes no reveladas por el funcionario.

En el caso del Tren Maya, grupos ambientalistas interpusieron diversos amparos porque las obras iniciaron meses antes de que la Semarnat autorizara el proyecto.