El Servicio Sismológico Nacional reportó la tarde de este 18 de noviembre actividad sísmica con epicentro a 32 kilómetros al oeste de Matías Romero, Oaxaca, un temblor de magnitud 4.8 en la escala de Richter. El evento tuvo lugar alrededor de las 15:06 horas de este sábado.
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Hasta el momento, no se tiene reporte de pérdidas humanas, lesionados o daños materiales provocados por el sismo, sin embargo, las autoridades locales llevan a cabo evaluaciones más detalladas, por lo que se aconseja a la población mantener la calma y seguir las indicaciones de las autoridades locales.
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El terremoto se registró al sureste del estado de Oaxaca, en la zona del Istmo de Tehuantepec y cerca de Chiapas. El seísmo no fue percibido en la Ciudad de México, es decir que no ameritó que se activara la alerta sísmica.
¿Por qué tiembla tanto en Oaxaca?
Oaxaca, uno de los estados más ricos en cultura y tradiciones de México, también es conocido por ser una de las regiones más propensas a la actividad sísmica en el país. Datos del Servicio Sismológico Nacional revelan que aproximadamente el 25% de los sismos en México ocurren en este estado, destacando la relevancia de comprender la geodinámica detrás de esta realidad.
La alta sismicidad en Oaxaca es atribuible al contacto convergente entre dos placas tectónicas fundamentales: la placa de Cocos y la placa de Norteamérica. En esta zona, la placa de Cocos subduce bajo la placa de Norteamérica, generando una interacción significativa a lo largo de la costa del Pacífico, desde Chiapas hasta Jalisco.
Un evento sísmico que marcó profundamente la región fue el sismo del 7 de septiembre de 2017, con una magnitud de 8.2, que tuvo su epicentro en el Golfo de Tehuantepec. Este sismo intraplaca, con mecanismo normal, tuvo lugar al interior de la placa de Cocos y dejó graves daños en la región del istmo de Tehuantepec. Poblados como Juchitán, El Espinal y Asunción Ixtaltepec resultaron fuertemente afectados, destacando la vulnerabilidad de las comunidades ante eventos de esta naturaleza.
La sismicidad en Oaxaca resalta la importancia de la preparación y resiliencia de las comunidades ante posibles eventos futuros. Las autoridades locales, junto con instituciones educativas y de investigación, tienen el desafío de implementar medidas preventivas, promover la conciencia pública y desarrollar infraestructuras resistentes para mitigar los impactos de la actividad sísmica en la región.