Acapulco, Guerrero.- Solo una llamada “de parte de la gobernadora” para ofrecerle apoyo que ha quedado en promesa. Para colmo, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero le llamó la atención porque sepultó a su hermano, el capitán Pedro Espinosa, del yate privado Tiger, “sin avisar”, pese a que el propio Servicio Médico Forense (Semefo) había entregado el cuerpo a su familia, tras identificarlo de manera oficial, incluso con registros de ADN.
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A más de 3 semanas del impacto del huracán Otis, Anabel Espinosa, hermana del capitán Pedro, dice que la familia ha enfrentado el desdén de las autoridades, pese a que él era el único sustento de su esposa y 3 hijos. No deja de pensar en los últimos momentos de vida y de angustia del comandante del Tiger, entre olas salvajes: “¡Eh!”, respondió a los gritos de su marinero, que decía con desesperación “¡Pedro…Pedro!”.
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El marinero sobrevivió y pudo contarlo. “Ninguno quería morir, se agarraron de las manos, (el mar) succionó el barco, los dos lograron salir a flote, no se podían ver ni a medio metro”, señaló Anabel.
La familia de Pedro Espinosa recibió promesas de funcionarios que se comunicaron en nombre de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, las cuales no han sido cumplidas hasta este sábado, confirmó la mujer a La Silla Rota.
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Además, ella misma, sus padres y otros parientes enfrentaron la burocracia y falta de coordinación de la FGE de Guerrero, en el caso de las personas desaparecidas a consecuencia del huracán Otis, pues personal de la institución llegó inclusive a notificarle que identificaron un cuerpo a través de ADN, cuando el Semefo ya se los había entregado.
“Ayuda por parte de su patrón (dueño del yate Tiger) con los gastos funerarios y de las autoridades se comunicó una licenciada por parte de la gobernadora, nada más como para ponerse a disposición de qué necesitábamos, pero solamente tomaron nota, pero ahora sí realmente un apoyo que diga ya está, pues no”.
Respecto a la falta de coordinación de la fiscalía de Guerrero con el Semefo tras el impacto de Otis, recordó lo que tuvieron que pasar en medio del dolor por la muerte del capitán del yate Tiger.
“Después de sepultarlo, al siguiente día llegó la fiscal (fiscalía) a buscarme al domicilio para decirme que un cuerpo había coincidido con el ADN; y ya le indiqué que yo ya había sepultado a mi hermano y dijeron que por qué no había notificado, entonces ahí les dije que pues si ellos me lo entregaron, deberían de tener un registro de qué personas ya habían entregado ¿verdad?.
“(…) Solamente me dijeron es que, les dije yo ya lo sepulté, pero no dieron aviso (respondió la FGE), les dije pues si de allá lo trajeron pues en teoría tienen ellos el registro”.
En el caso de la gobernadora Evelyn Salgado no han vuelto a recibir una llamada, apoyo, ni notificación. La familia del capitán lo que pide es la oportunidad de trabajo, ayuda para reconstrucción de vivienda y principalmente becas para los 3 hijos de Pedro Espinosa, a fin de que sigan con su educación y logren ser profesionistas.
Como muchos en la zona afectada de Guerrero, sobreviven con los apoyos de familiares y amigos, no hay más.
“¿Qué va a pasar con su familia?, siempre, siempre era un tema muy fuerte; que decía ¿qué va a pasar con mis hijos?, con su niño el más chiquito. Siempre fue su preocupación su familia”, manifestó Anabel Espinosa.
Indicó que, como en todo trabajo, siempre hay un riesgo, pero el responsable del Tiger era muy cuidadoso.
“Sí él hubiera visto el riesgo, no hubiera llegado (al yate) pero son los protocolos que realizan y por parte de las autoridades no hubo una evacuación de embarcaciones, de decir saben qué, amarren sus embarcaciones y salva guárdense, dan la indicación de que ya se tenían que ir, entonces si ya sabían de la magnitud, a lo mejor muchos esperábamos agua y no tanto viento como lo que fue”.
El comandante del Tiger estaba fondeado (anclado) en la base naval de Acapulco, eran unas 40 embarcaciones en ese lugar, donde perdieron el control de las naves, comenzaron a hundirse y a chocar. “En teoría era el lugar más seguro, pero fue el lugar donde impactó más, en los primeros 20 o 30 fue que se hundieron, por pláticas de su marinero”.
Anabel agregó: “Sus últimos momentos fueron de angustia, para los dos, mencionar que qué iban a hacer, ninguno de los 2 quería morir (…) me dice (marinero sobreviviente) que se tomaron de la mano y se agarraron porque les había volado el techo y los comenzó a hundir la ola, y se gritaron, los succionó el barco, salieron a flote, se gritaron, mi hermano contestó, y de ahí cada quien.
“(…) Solamente gritó ¡eh! Y su marinero le gritó ¡Pedro! Y contestó ¡eh! y ya fue todo…”.
“Solicitaría apoyo a la gobernadora o al presidente de México, ha sido una pérdida irreparable, llevar el sostén de 3 niños es complicado…solicitaría asegurar el futuro de mis sobrinos, sus estudios, uno apenas va en segundo de primaria, el recorrido es largo y el estudio es lo más costoso aparte de la comida, él siempre buscó darle lo mejor a su familia…en este momento muchos se acercan a ayudar, pero ya con el paso del tiempo, de los meses, cada quien va a regresar a su vida y aquí es donde entra lo más triste, lo más angustiante para nosotros”.
Con su muerte a causa de Otis, y de que lo mandaron a resguardar el yate, el capitán Pedro Espinosa deja a su esposa, ama de casa, a sus 2 niños, así como a 1 una niña, a la que comenzaba a prepararle su fiesta de 15 años.
VGB