En Acatlán del Río, municipio de Heliodoro Castillo, Guerrero, se reportaron ataques con drones explosivos contra una escuela primaria, así como cortes de energía eléctrica. El Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello” informó que la comunidad fue blanco de estos ataques desde la mañana, con tres bombas impactando en la escuela del lugar y que lo han sido durante varios días.
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La organización emitió un comunicado para alertar a las autoridades federales, estatales, municipales y a organismos internacionales sobre la situación. Además, destacó que ya había solicitado a las autoridades establecer una base de operaciones mixtas en la zona para proteger a la población, pero no se comprometieron con una fecha para implementar medidas de seguridad.
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El sacerdote José Filiberto Velázquez Florencio, titular de la organización, mencionó que desde mayo de 2023, casi la mitad de la población de Nuevo Caracol, en el mismo municipio, se había desplazado forzosamente a Tlacotepec por agresiones similares. A pesar de la falta de condiciones seguras, los pobladores decidieron regresar a su comunidad.
Velázquez Florencio urgió a las autoridades a garantizar la seguridad y la integridad física y psicológica de las familias de las comunidades afectadas. Además, solicitó que se investiguen los ataques y se deslinden responsabilidades, señalando a la “Familia Michoacana” como uno de los grupos criminales responsables.
Sacerdote amenazado y atacado
Filiberto Velázquez Florencio, director del Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia Minerva Bello (Centro Minerva) sufrió el mes pasado un atentado en la carretera Tixtla-Chilpancingo. El incidente ocurrió la medianoche de ese lunes, cuando Velázquez salía de una reunión en la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos en Ayotzinapa. Los atacantes, a bordo de una motocicleta, dispararon primero a una llanta del vehículo del sacerdote y luego al parabrisas, aunque Velázquez logró agacharse y evitar ser herido.
El sacerdote, de 38 años, se dedica a acompañar a víctimas de la violencia en municipios de la Montaña baja y dirige la Casa del Peregrino, que ofrece alojamiento y alimentos a familiares de pacientes del hospital Raymundo Abarca en Chilpancingo. Además, ha sido activo en llevar ayuda humanitaria a comunidades afectadas por ataques con drones artillados.
Tras el atentado, Velázquez buscó refugio en la Normal de Ayotzinapa y notificó al sistema de seguridad de la empresa RCU, asignada por el Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas. A pesar de la gravedad del incidente, sólo la Policía estatal llegó al lugar después de una hora.
El sacerdote presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado, acompañado por personal de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero.
DJC