Acapulco, Guerrero.- El huracán Otis no tuvo clemencia con la última morada de los difuntos del panteón de San Cristóbal de las Cruces. En el panteón más antiguo del municipio de Acapulco son visibles los daños causados por el huracán Otis al impactar la zona a una velocidad de más de 270 kilómetros por hora. Árboles caídos, cruces tiradas, vidrios rotos, lápidas partidas y ramas de árboles esparcidos en distintas tumbas son parte de los daños dejados por el fenómeno meteorológico la semana pasada.
Las celebraciones del Día de Muertos serán prácticamente inexistentes en los panteones. En los hogares de los de los habitantes de Acapulco, las personas no pondrán ofrendas, porque prefieren comer ellos que dárselo a sus difuntos.
En el cementerio creado en 1890, descansan los primeros moradores de Acapulco, una ciudad devastada por el huracán Otis. Los cuidadores y visitantes del panteón aseguran que nunca se ha visto tan solo durante las festividades del Día de Muertos. Hoy, el silencio, polvo, ruinas, basura y lápidas dañas son la muestra de los estragos causados por el huracán.
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"Llevo 50 años trabajando aquí y nunca había visto tan vacío al panteón. Siempre, por estas fechas estaba lleno", expresa Álvaro, encargado de la limpia del lugar.
"Por ser una fecha donde todo el mundo visita el panteón, está muy solo, está muy devastado, nunca había pasado algo como esto, ni con Paulina" menciona Ariana, al acudir a visitar a a sus padres, tíos y abuela", dice Ariana.
"Hay muchos árboles caídos. Creo que fue la voluntad de Dios. Uno paga cada año para que den servicio de limpia y mantengan en buenas condiciones el lugar, pero ahora fue cuestión de la naturaleza", comenta María Guadalupe.
"La tumba de mis familiares está bien, pero hay otras que estás dañadas con árboles encima o las cruces rotas. El panteón esta solo, desolado, está muy triste. Nunca había visto algo similar", menciona Gloria.
"Venimos a ver a tía, a la mamá de mi amigo. Es normal que veamos así el panteón por lo que acaba de pasar del huracán. En comparación a años anteriores era común ver a gente aquí, algunos limpiando o con flores", refiere José.
"No hay nada de gente, está solo. Venimos a cantar unas canciones y a dar respetos. Está muy solo, nunca había pasado", explica Armando.
"Está destruido el panteón. Ena tumba de otro familiar cayó un árbol. Está muy triste, el huracán no lo respeto", comenta un habitante de Acapulco quien pidió no ser mencionado.
De acuerdo con Santiago Escutia, encargado del panteón, la afluencia de personas que han acudido a ver a sus familiares es a penas del 1% en comparación al año anterior. Ellos estiman que se mantenga solo es lugar porque la mayoría de las personas que tienen a algún familiar enterrado en el lugar se quedaron sin recursos por el paso del huracán.
Al recoger una la cruz del mausoleo de su madre, la cual fue derrumbada por el paso del huracán Otis, uno de los visitantes quien pidió no se mencionara su nombre, comenta que es triste ver el lugar de sus muertos así.
"Da tristeza ver el lugar así, sucio y sin limpiar, pero entiendo, esto pasa por el huracán. Mucha gente no tiene dinero o lo perdió todo. Esperemos que el próximo año mejore. Ahorita voy a limpiar y mañana traigo flores para recordar".
Hace un año nos comenzaban a pedir trabajo para arreglar las tumbas, pintarlas, construir nuevos adornos. No salía para comer y ahora no tenemos nada, nada, nada. Todo es por la naturaleza, pero no podemos hacer nada", comenta Álvaro.
A la entrada del panteón pocos son los vendedores de flores que se atrevieron a poner su puesto. Muchos de ellos prefirieron no abrir por el temor a tener perdidas por la falta de venta.
Aunque para ellos, estas fechas siempre son las mejores, por la gran cantidad de personas, este año todo es diferente. Algunos de ellos culpan al huracán de la caída de ventas.
“Siempre teníamos mucha venta durante estos años, ahora no hay nada. Algunos compañeros no han abierto sus locales porque quedaron todos dañados. Este año es muy triste".