HURACÁN OTIS

No hay emisoras transmitiendo en Acapulco; tenemos que ir a Chilpancingo para informar

Dos reporteros, Marco Antonio Aguileta y Francisco Zozorra, compartieron sus experiencias al cubrir el huracán Otis en el puerto de Acapulco, enfrentando desolación con casas en ruinas, árboles caídos y la falta de servicios básicos como agua y electricidad

Los reporteros en la zona del desastre se han convertido en la principal fuente de información para comprender la magnitud de la devastación provocada por el huracán Otis
Los reporteros en la zona del desastre se han convertido en la principal fuente de información para comprender la magnitud de la devastación provocada por el huracán OtisCréditos: La Silla Rota
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El huracán Otis ha cobrado la vida de al menos 27 personas y ha dejado a otras 4 desaparecidas en el estado de Guerrero. Estas cifras fueron confirmadas por Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, durante la conferencia de prensa matutina de este jueves. 

La región enfrenta la interrupción de 6 carreteras debido a la caída de árboles, deslaves, socavones y desbordamientos, lo que ha prácticamente incomunicado al puerto de Acapulco y a varios municipios cercanos.

En cuanto a la infraestructura, se reportó la caída de 58 torres de alta tensión, lo que ha afectado gravemente el suministro de energía eléctrica. Además, se ha suspendido el suministro de agua, y los servicios de internet y telefonía se han visto gravemente afectados debido a la caída de líneas y torres de comunicación, así como la fibra óptica.

La revelación de estos datos por parte del gobierno tomó varias horas, y los reporteros en la zona del desastre se han convertido en la principal fuente de información para comprender la magnitud de la devastación provocada por el huracán Otis, que impactó el puerto de Acapulco como categoría 5, causando daños significativos en la infraestructura de la ciudad y en gran parte del estado de Guerrero.

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“Nos movemos de un lado para otro a ver a donde podemos pescar la señal de internet, de hecho todavía no puedo enviar mensajes ni de correo, ni de whatssap”, relató el reportero Marco Antonio Aguileta, quien se encontraba en el conocido puerto y estuvo incomunicado durante 36 horas con su familia, amigos y compañeros de Grupo Radio Fórmula en Guerrero.

Al compartir su testimonio con el periodista Joaquín López-Dóriga, Aguileta narró los difíciles momentos que están atravesando las personas que se encuentran en Acapulco. Asimismo, informó que el puerto sigue sin electricidad, gas, gasolina, agua y alimentos, dado que todas las tiendas han sido saqueadas.

“Cada una de las tiendas fueron saqueadas, desde las grandes grandes compañías, desde grandes centros comerciales, hasta las más pequeñas tiendas, tiendas de conveniencia”.

Aguileta también indicó que esta mañana logró llegar a las oficinas de Radio Fórmula "con mucho esfuerzo y trabajo", teniendo que esquivar árboles caídos y espectaculares derribados en su camino. “Un espectáculo desolador”, resaltó.

“La Torre se cayó, no hay emisoras transmitiendo en estos momentos en el puerto de Acapulco”.

“Todos los que están viviendo, no sabemos nada de lo que sepan de nosotros allá afuera. No sabemos, tampoco nada de lo que puedan decir, ni podemos comunicarnos”.

“Yo tuve que moverme hoy, caminando y buscando agua por la mañana. Fui a ver qué encontraba, me refiero a galletas, pan, lo que sea”.

Por otro lado, hizo hincapié en que la Secretaría de la Defensa Nacional se encuentra rebasada, porque están más preocupados por abrir los caminos.

“Yo no había visto que un viento —de verdad— derribara a un poste o 10 o 20 o 500 postes de luz. Quebrados”.

No obstante, se mostró optimista al expresar que es crucial que esta situación avance, ya que nadie sabe cuánto tiempo tomará o cuándo se restablecerá la comunicación, pero hasta el momento, la gente sigue completamente incomunicada.

Señaló que la magnitud de lo que está ocurriendo en la zona no se está dimensionando completamente. “Urge mucho apoyo, urge mucha ayuda, urgen muchas manos, mucha maquinaria", subrayó.

“Hoy por hoy, la preocupación y el agobio de la ciudadanía es tener por lo menos agua y algo que comer”.

“Los vecinos de los departamentos, de las casas, están haciendo lo suyo, están haciendo lo propio. Jalando láminas, botes, árboles, con todo el cuidado posible, porque sino no puede salir, no puede circular”, agregó.

Durante la transmisión, Aguileta conversó con un residente local, quien compartió que está pasando por un momento difícil y ha perdido todo. “Estamos preocupados, muy preocupados”, mencionó.

Sin embargo, destacó que algunas personas continuán caminando por la zona en busca de comida.

“Las compras son parte de lo que ya seguramente apartaron por ahí y la gente camina y camina. No dejo de ver a la gente caminar, los que no van, ya vienen de regreso, por todas partes”.

Por último, describió que en varios lugares, como tiendas, casas de empeño y negocios de azulejos y ropa, se han producido saqueos; pero la transmisión se interrumpió antes de que pudiera concluir su informe.

Tenemos que ir a Chilpancingo para informar

Por otro lado, Francisco Zozorra, quien compartió su experiencia como reportero para El Sol de Acapulco con LA SILLA ROTA durante la emergencia, se vio obligado a salir del puerto de Acapulco debido a las difíciles condiciones en las que los comunicadores tenían que trabajar como resultado del paso del huracán. 

“Este huracán Otis de categoría 5 que a su paso destruyó miles de viviendas, cientos de hoteles, negocios, arrasó con prácticamente… No solo la zona turística en donde los hoteles quedaron desvestidos. Los cristales de la mayoría de los hoteles y también de los distintos edificios, quedó hecha añicos. La costera Miguel Alemán, quedó también devastada”.

“Pero no solamente esta zona que es la que a las autoridades le están dando mayor importancia. Los negocios, hay que mencionar, también fueron saqueados en Acapulco y como consecuencia de ello, de estas acciones de rapiña que realizaron miles de acapulqueños, argumentando que no iba a haber alimentos”, detalló.

Francisco Zozorra subrayó que en Acapulco la comunicación es prácticamente nula, y los reporteros se ven obligados a desplazarse hasta la capital del estado para acceder a las redes de comunicación, “y es desde donde les estamos enviando este mensaje de las condiciones en las que nos encontramos”, dijo en un audio que nos compartió.

“No hay luz desde las 11:00 de la noche del martes, en que este Huracán Otis empezó a causar estragos en la ciudad”.

Describió la noche del martes, cuando el huracán Otis tocó tierra en Acapulco, como una noche larga, trágica y muy violenta para todos los acapulqueños. 

“El puerto de Acapulco vive momentos en donde se requiere de la ayuda de todos, no habrá recursos suficiente que alcance para que Acapulco pueda verse reconstruido en un mes”, exhortó.

Zozorra señaló que los reporteros en la zona tuvieron que abandonar Acapulco para dirigirse a Chilpancingo, donde pueden contar con una señal de teléfono celular funcional.

“En Acapulco, desde la noche del pasado martes, que empezaron a sentirse los estragos de este huracán Otis, nos quedamos sin señal y no solo sin señal, sin energía eléctrica. Ya con hoy suman dos días que en el puerto de Acapulco no hay luz, las noches son muy oscuras”.

También dijo que a pesar de la presencia de cientos de elementos de la Marina, el Ejército, la Guardia Nacional y la policía, no son suficientes para hacer frente a la situación, ya que “no se dan abasto”. 

“La necesidad de enviar información, nos ha sacado de nuestra zona, —no de confort porque estábamos en una zona de desastre—, en donde no solamente los ciudadanos, nosotros también formamos parte de los damnificados, que el paso de este fenómeno afectó a prácticamente un sin número de habitantes en el puerto de Acapulco, a quienes les destruyó parte de sus casas, inundó viviendas y se requiere de la comunicación”. 

Además, compartió los daños que su patrimonio sufrió a causa del huracán Otis, que afectó muebles, televisores y causó daños significativos a él y su familia. Zozorra mencionó que en este momento no tiene cabeza para poder dar una cifra de a cuánto podrían ascender los daños que sufrieron. 

“La fuerza de la naturaleza de este huracán Otis, de categoría 5, con vientos de 270 kilómetros por hora y rachas de 300 y fracción, 320-350, de acuerdo con la información que se tenía, pues arranco 4 arboles frutales que me estorbaban la salida, allí en las escaleras para subir a la calle en mi domicilio en la colonia 20 de Noviembre”. 

“El momento más difícil que vivimos como familia que estamos en un segundo piso en el cerro de colonia 20 de Noviembre, la última casita del cerro, prácticamente… Fue cuando a las 11 y 20 de la noche estaba el fenómeno en su apogeo, apenas entrando y nosotros tenemos un ventanal, una ventana de aproximadamente 4 metros de largo por un metro y medio de alto, en tres hojas”.

“Momentos antes de que reventara una de las ventanas, mi esposa me comentó ‘hay que levantar un colchón para que si se revienta, no nos caigan los vidrios’. Treinta segundos después de que levantamos el colchón, se reventó la ventana”.

El reportero compartió que esta experiencia fue sumamente angustiante para él, al mencionar que si no fuera por su esposa, quien le alertó, no habría tenido la oportunidad de levantar el colchón a tiempo para evitar que los vidrios de la ventana rota pudieran haber herido a su esposa o a su hijo, “afortunadamente al reventar la ventana el colchón nos protege”, añadió.

“El aire me quería arrebatar el colchón, era una fuerza impresionante, hacíamos de cuenta que cinco personas me estaban jalando el colchón y el colchón estaba parando y yo lo estaba sosteniendo, pero la fuerza del viento era impresionante”.