TRAGEDIA EN COAHUILA

“Sobreviví 7 días en un pozo de carbón inundado”

Don Plutarco Ruiz relata a La Silla Rota cómo, en 2010, sobrevivió a un derrumbe en una mina como El Pínabete, donde permanecen encerrados 10 mineros

Don Plutarco, exminero y sobreviviente a un derrumbe como el de El Pinabete, critica la falta de control del gobierno con empresas mineras
Sobreviviente.Don Plutarco, exminero y sobreviviente a un derrumbe como el de El Pinabete, critica la falta de control del gobierno con empresas minerasCréditos: Marco Antonio Martínez
Escrito en ESTADOS el

El trabajo de minero de carbón cada vez es más riesgoso en la Región Carbonífera de Coahuila, ya que la mayoría de los nuevos proyectos, principalmente los pozos, se realizan en áreas ya sobrexplotadas, dice don Plutarco Ruiz, minero que conoce el oficio y los sinsabores de ejercerlo.

Don Plutarco es una leyenda en la región carbonífera –que comprende los municipios de Sabinas, San Juan de Sabinas, Múzquiz, Progreso y Juárez– porque es sobreviviente de haber permanecido 7 días atrapado bajo tierra en un pozo de extracción de carbón.

Los hechos ocurrieron en 2010, en la denominada mina Bróker, afuera del poblado de La Florida, en el municipio de Francisco I. Madero. Don Plutarco salió para contarlo y es una hazaña que nadie le regatea.

Él mismo cuenta que cuando ocurrió el siniestro tuvo tiempo de pensar en agarrar un hacha, lo que le resultó vital, pues con esa herramienta punzocortante hacía una abertura en mangueras que contenían aire y de ahí respiraba, hasta que vio bajar el nivel del agua y fue rescatado.

Don Plutarco, un hombre apacible, que durante la entrevista que dio a La Silla Rota aprovecha para echarse un taco, es un conversador nato y contesta casi todo en un tono fluido. Sergio Cruz Gaytán, uno de los 10 mineros atrapados desde el 3 de agosto en los pozos de extracción de carbón en El Pinabete, era su yerno.

Él mismo abona a ese velo de misterio que hay sobre él, cuando el único tema del que evita responder son las secuelas físicas y psicológicas que sufre a raíz de esa experiencia aterradora de haberse quedado atrapado durante una semana.

Pero comparte cómo es el trabajo de minero, los riesgos a los que se enfrentan, la falta de medidas de seguridad por parte de los llamados pequeños productores de carbón, pero sobre todo no tiene miedo a decirlo con su nombre.

Lo hace porque no tiene pensado volver a trabajar en una mina y eso le da una ventaja sobre otros mineros, que en cuanto denuncian las condiciones de inseguridad bajo las que trabajan, son boletinados para que ya no le den empleo, ya que es catalogado como conflictivo. Es un modus operandi del que afuera de la mina El Pinabete muchos hablan.

UN POZO SIMILAR

Don Plutarco quedó atrapado en la mina ubicada en La Florida en 2010, cuatro años después de la tragedia en de Pasta de Conchos, que marcó un antes y un después y luego de la cual parecía se pondría más atención en las condiciones de los trabajadores. Pero poco ha cambiado, sostiene el minero.

Entrevistado a las afueras del pozo de El Pinabete, recuerda algunas coincidencias con esta inundación en la que desde el 3 de agosto quedaron atrapados 10 mineros, sin que hasta la fecha hayan sido rescatados.

“Era un pozo como este, con 85 metros de profundidad, que tenía mucha agua también, fue similar, con una mina que comunicaba”.

Ahí eran 12 compañeros y 10 alcanzaron a salir y solo uno, además de don Plutarco, se quedó atrapado y falleció desde el primer día, víctima del espanto de verse en un siniestro en su primer día de trabajo.

“Según los que salieron dicen que como que se traumó en la plancha porque tenía más posibilidades de salir que yo, estaba en la salida. Se espantó, entró en shock, un compañero dice que le ofreció su mano y nunca quiso tomarla, empezó a aumentar el agua y nada más vi que manoteaba”, recuerda, sentado debajo de una carpa, para resguardarse del calor seco.

En el caso de don Plutarco, él estaba retirado de la plancha, por lo que tuvo que buscar las partes altas para subirse y meterse a la mina con la que comunicaba porque los túneles del pozo en que ellos trabajaban ya estaban llenos de agua. Fueron 7 días los que tardó en bajar el agua y él pudo salir.

LOS PATRONES NO QUIEREN PONER EQUIPO

Al preguntarle si estos accidentes son comunes o se debe a la falta de equipo, responde con el conocimiento de quien ha trabajado en minas durante años.

“Hay un aparato que se utiliza para el avance de los túneles, en las empresas grandes con minas mecanizadas los usan para hacer barrenaciones a 30 o 45 metros de profundidad y luego sacan muestras para ver los porcentajes de gas o que no se vayan a encontrar una bolsa de gas más adelante y entonces se analiza en un laboratorio de ellos mismos.

“Con los pequeños productores hay unas turbinas que se utilizan también para el avance de los túneles, con eso hacen las barrenaciones y también se van protegiendo para ver que no vayas a topar o debilitar el túnel de algún bordo que se encuentra más adelante en los avances. Esa herramienta es buena y te protege, pero muchos patrones no te la proporcionan y avanzan en los túneles sin la protección de las barrenaciones y por eso existen estos casos y eso ocurrió”.

No es lo único que omiten los patrones de estos pozos, tampoco contratan a un topógrafo para ver los avances de los cañones -los túneles a los lados de la plancha, que es el piso del pozo- y que se vayan paralelos unos con otros, y eso no lo quieren pagar, añade.

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social es la que debe revisar que eso se cumpla, pero no lo supervisa.

“Ellos argumentan miles de cosas, pero la realidad es otra”, critica don Plutarco.

SIEMPRE TE VA A AGARRAR DESPREVENIDO

Al volver a recordar los días en que estuvo atrapado, se le pide su opinión sobre si El Pinabete se ve más grande que la mina de La Florida. Responde que cada siniestro es diferente y a veces los trabajadores están en el lugar indicado para poder sobrevivir y en otros no, responde.

“Cuando se presenta el siniestro ese no lo miras venir, es de repente y siempre te va a agarrar desprevenido, a veces puedes estar en el lugar indicado como me pasó a mí. Yo tuve la oportunidad, y aproveché los obstáculos en el interior con el conocimiento que tenía y aquí estoy”, dice, con la mirada clavada hacia el horizonte y en el que se toma una pausa.

Antes de ese día nunca había tenido otro accidente y fue el último.

Aunque después de eso continuó en trabajos relacionados con la minería -durante un año estuvo de encargado- ya no bajaba a los pozos.

“Tomé todas las precauciones debidas e hice todo lo que pude para que ya no me volviera a pasar un accidente ni a mis compañeros y posteriormente decidí retirarme de la minería, porque miraba las condiciones de los proyectos, aparte de la irresponsabilidad de no proporcionarle equipo adecuado al personal que traes al interior. Entonces opté por dejarlo”.

NO HAY CAPACITACIÓN; SE APRENDE DE PADRES Y HERMANOS

Sobre el tema de que los mineros eligen el trabajo porque en seis horas obtienen una ganancia rápida y que en opciones como la maquila se gana menos, don Plutarco afirma que sí hay alternativas, pero la minería también es un oficio arraigado que cruza generaciones de coahuilenses.

“Es un legado de muchas generaciones atrás. Muchos reporteros me preguntan si les dan una capacitación, pero eso no, porque lo han aprendido de sus padres, hermanos y amigos. Es algo que nos gusta bastante, pero no te proporcionan herramienta adecuada para que te cuides y los encargados de pozos no son conscientes ni exigen a los patrones que te la proporcionen para podernos cuidar en los avances de los túneles.

“Aparte, en la actualidad la mayoría de los proyectos se realizan en áreas ya explotadas, entonces es muy necesario que proporcionen la herramienta adecuada a estas alturas y a raíz de los siniestros que se han presentado”.

Sobre el tema de la sobrexplotación que orilla a buscar los resquicios que las grandes empresas ya no usaron, don Plutarco explica que los pequeños productores buscan las partes más bajitas para la extracción de carbón, pero al ser áreas que fueron ya explotadas, guardan acumulación de agua, por lo que hacer un proyecto en sitios que ya pararon hace años es un riesgo inminente y sin la herramienta adecuada para que se cuiden, es previsible que pase eso que se vio en El Pinabete.

Incluso, considera que, si se cumpliera con la parte del equipo y equipo necesarios y las mediciones adecuadas, como las del topógrafo, se podría trabajar, pero la realidad es que eso no se vigila y los empresarios lo omiten.

HAY SIMULACIÓN PARA LO DEL IMSS

Otra anomalía es que sólo cuando ocurren los accidentes los empresarios dan de alta al personal que trabaja con ellos, ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Don Plutarco cree que como los proyectos a veces son de corta duración y los contratos son bimestrales, los patrones en lugar de dar de alta a los trabajadores antes de que comiencen a trabajar para que cuando lo hagan ya tengan seguro social, como lo marca la ley, se esperan unos días para ver si los mineros continúan y por eso pasan sinestros sin que los mineros estén registrados.

“Otra, a veces se ponen de acuerdo con alguien que tenga una concesión y se preste para brindarles la papelería para registrarlos como si anduvieran trabajando en la concesión de ellos, pero luego se presentan estos accidentes y las condiciones son federales y es donde se meten en problemas porque es delito federal. Hay simulación”.

Otra situación que explica la presencia de estas minas levantadas de prisa y sin condiciones de seguridad es que los pequeños productores se unen es para poder cumplir los contratos de entrega de toneladas de carbón con la Comisión Federal de Electricidad, y eso hace que haya accidentes en pozos riesgosos.

“Como son proyectos chicos que no son de mucha producción, entonces se apoyan para cumplir con los contratos de la comisión y hay un grupo grande para la compra de carbón a los demás productores. Si CFE cambió las reglas y les pide que tengan el proyecto registrado para poder comprarles, entonces ellos hacen un simulacro de proyecto que esté parado, lo acondicionan, le ponen su nombre de la compañía para que cuando vaya la CFE a investigarlos, el proyecto esté presentable para darle el contrato”.

La situación de los mineros luego del siniestro de Pasta de Conchos -ocurrido en 2006 en el que 65 mineros quedaron atrapados en la mina 8 y cuyos cuerpos aún no han sido recuperados- no ha cambiado, afirma don Plutarco.

“Esto no tiene mucha vuelta de hoja porque desde entonces se han presentado siniestro tras siniestro y eso quiere decir que no ha cambiado nada”.