MONTERREY.- En Nuevo León se colocó el primer collar transmisor de datos a un jaguar adulto, que fue capturado en un rancho del municipio de Allende.
Lo relevante es que en Nuevo León es el primero en la historia del estudio de la fauna que se le puede colocar un chip satelital, informó el director de Parques y Vida Silvestre, Edgardo David Acosta.
La captura del jaguar, de unos 80 kilos y 1,50 de longitud se realizó en el rancho El Paraíso, en Allende, en una zona de cinco municipalidades productora de cítricos, y en la que las autoridades tienen identificados a ocho ejemplares diferentes.
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"Es el ejemplar ideal para poderle dar seguimiento con el collar satelital, al menos en Nuevo León, no tenemos referencia de ninguna otra parte que se le haya instalado un collar satelital a este felino, particularmente al jaguar, probablemente en otros estados del sur haya algún programa que desconocemos", expresó el funcionario estatal.
La colocación del collar forma parte de un programa de seguimiento al jaguar, que es una especie protegida, y se busca conocer el comportamiento del felino en su hábitat, las rutas que sigue para buscar alimento, los lugares en donde caza o pernocta.
“Nos interesa saber qué tanto se aleja o se acerca de las comunidades, de tal suerte que es importante saber el desempeño de esta especie en su hábitat natural, como primer objetivo”, explicó Acosta.
Señaló que es una manera de concientizar a la sociedad que tenemos esta especie en el Estado y es parte de un programa de educación donde darán a conocer esa ruta del ejemplar.
Oso en Nuevo León
La convivencia de osos con la población en el estado de Nuevo León se ha hecho cada vez más frecuente y así han dejado patente diversos videos difundidos en redes sociales.
Esta vez el avistamiento ocurrió en una convivencia de padre e hijo, hasta la mesa de estos dos se acercó un oso, ahí olfateó por algunos segundos y luego decidió llevarse un recipiente con comida.
Con calma, uno de los hombres sorprendidos le dice al oso: “ya no hay cheve ahí, wey, no chingues (…) las cheves están abajo”.
(djh)