MORELIA.- El relato de la mujer estremece. Entró a trabajar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero vivió acoso y abuso durante año y medio. En una nota publicada por el diario español El País, “Angélica” cuenta el infierno que vivió al ser acosada y abusada durante 18 meses en una planta de la CFE, por parte de un compañero que fue cesado.
“Angélica”, nombre ficticio, cuenta que ingresó a trabajar a la CFE en febrero de 2019, luego de afiliarse al Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM). Su trabajo era hacer intendencia.
“Desde que llegué me veían como mercancía”, relató a El País. “Es raro el hombre que trabaje en esa central y no te haga un comentario lascivo”, acusó.
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En abril de 2020, un hombre, que se identificará falsamente como “Juan” y a quien Angélica veía como una “figura paterna”, intentó abusar de ella en su lugar de trabajo: la central de El Cóbano, en el municipio de Uruapan, con 50 trabajadores, de los cuales solo 4 son mujeres.
Luego de encerrarla en un vestidor y apagar las luces, el hombre intentó abusar de ella. “Inmediatamente, se dirigió hacia mí, empezó a tocarme todas las partes de mi cuerpo, intentando bajarme el cierre del pantalón, diciendo al mismo tiempo ‘Espérate, no te va a pasar nada’”, narra.
“Le pedí mil veces que parara”, añade. “En un momento, me encorvé para evitar que me bajara el pantalón y pude torcer su dedo e intenté aventarlo para que no siguiera tocando mis partes. Entonces él se separó. Se lo tomaba a juego, se reía y decía: ‘Ay discúlpame, mira lo que me provocas hacer’”, dice.
En otra ocasión, el mismo sujeto intentó abusar de ella llevándola a las duchas. “Le supliqué que me soltara, que no quería problemas con mi esposo y menos en mi trabajo. Pero él intenta jalarme hacia las duchas, a lo que yo oponía resistencia pidiendo por favor y tirándome al suelo, suplicando que me dejara en paz. Entonces me soltó y nuevamente comenzó a pedirme perdón”, escribió la afectada en una denuncia que interpuso en la CFE.
“Tenía un overol, me tocó la vagina, mis pechos. Me hizo llorar. Le dije que me dejara tranquila, que yo no lo veía de esa manera, que yo no quería perder mi trabajo. Trató de desvestirme, éramos los únicos ahí abajo. Yo luchando contra sus manos y él contra las mías”, dijo de ese episodio.
Las afectaciones más allá de lo laboral, afectaron mentalmente a “Angélica”, quien hasta pensó en quitarse la vida.
“A mediados de mayo, yo quise suicidarme: había tocado fondo, me sentía una porquería, me la pasaba llorando. Le conté un día a mi mamá, y ella me dijo: ‘Déjate violar, si no vas a perder tu trabajo y eso no lo podemos permitir’. Me sentí morirme”, relató.
El salario de “Angélica” era de 12 mil pesos mensuales.
Finalmente, ella denunció y su compañero fue sometido a una investigación; los miembros del sindicato amenazaron con parar las actividades de la planta de la CFE en Uruapan, pero finalmente desistieron. El abusador fue despedido.
Angélica pidió ser transferida a otra planta de la CFE, luego de haber sufrido abusos en Uruapan, pero la sección sindical 45 del SUTERM presionó para que Angélica volviera a laborar al mismo lugar donde había sido agredida sexualmente.
“Estoy intentando rehacer mi vida, pero me gustaría que se enterara la mayor cantidad de gente posible de lo que pasa, de la falta de apoyo y de lo que pasa en el sindicato, del machismo que predomina, de la falta de sensibilidad hacia las mujeres, de que te juzgan y te señalan. Y eso no se vale”.
Sin embargo, el sindicato logró que la CFE ya no le renovara su contrato temporal, por lo que "Angélica" lleva cinco meses desempleada.
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