“‘¿Hasta dónde pretendes llegar?’, así, pero ya con actitud altanera, le dije: ‘¿De qué hablas?’; y me revira: ‘No te bastó con lo que pasó con Omar (su exesposo, quien se suicidó). ¿Qué quieres tú? ¿Aparecer tirada muerta en la calle?’”.
Esta amenaza la recibió Wendy Herrera de María Eugenia Navarrete, presidenta de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Así comenzó la entrevista que me dio Wendy Herrera, exdirectora jurídica del sindicato de CFE.
Los responsables de su historia de terror: Víctor Fuentes, secretario general del sindicato de la CFE; Mario Ernesto González Núñez, secretario del Interior, y Víctor Manuel García Trujeque, secretario de la Comisión Nacional de Justicia –quien, además, ya se siente el nuevo líder del sindicato–, con quienes Wendy trabajó “muy de cerca” durante 11 años.
“Ahí dentro hay un sistema en el que a la mujer se le trata peor que a un perro, y todas tienen que complacer los instintos de estos personajes”.
Aunque nunca perdió un solo juicio, no sólo fue despedida, sino exhibida y difamada.
“Me decían: ‘te vas a sentar aquí, junto a Fuentes’, y tenías que aguantar que te dijera toda una serie de vulgaridades (…) y si se le daba la gana y pasabas y te daba una nalgada, pues no podías hacer nada. A mí me frustraba muchísimo y una vez sí le dije: ‘oye, a mí no me gusta que me hagas eso’. Su forma de desquitarse era que me dejaba más trabajo”.
Amenazas de muerte, un suicidio y temor constante
En 2019, luego de que Wendy rechazó prestar su cuenta bancaria para recibir el pago millonario de una extorsión común que realiza el sindicato con los contratistas, conocida como desplazamiento de mano de obra, de una planta concursada por CFE, incluso le ofrecieron “un porcentaje” de ese monto e intentaron convencerla haciéndole creer que no correría riesgo con el SAT, ya que ellos pagarían los impuestos y… le dijeron también que –no lo van a poder creer– siempre estaba abierta la opción de inventar historias, como haberse ganado la lotería, que, por cierto, algunos miembros del SUTERM ya se la han ganado más de una vez. ¡Qué suerte! Ok, no.
Seis meses después, “casualmente”, el SUTERM la despidió acusándola de haber beneficiado a su exmarido –también trabajador de CFE– con honorarios del sindicato.
Ante dicha injusticia, decidió interponer una demanda por despido injustificado, en un juicio laboral que lleva 120 audiencias y aún no concluye. Pero, lo peor es que, durante el proceso de búsqueda de justicia, Wendy ha sido víctima de amenazas de todo tipo, incluso el comienzo de la terrible persecución en su contra que acabó con la vida de su exesposo.
“Me corren, decido demandar, me exhiben en el Congreso, empezaron las amenazas, empezaron con llamadas, sabían dónde vivía, me mandaban gente, se quisieron meter a mi departamento, fue ahí donde yo decidí que me tenía que cambiar de casa. Me tuve que ir lejísimos de donde yo vivía… porque tengo un hijo, y de la frustración que le causó a mi exesposo toda esta situación, se deprimió horrible, se sintió muy mal de que lo usaron a él sólo para sacarme a mí, porque la realidad es que todo su trabajo estaba aprobado. Se deprimió tanto que el 10 de febrero se quitó la vida”.
En un intento desesperado por recibir ayuda, Wendy ha presentado quejas ante la CNDH, la Conapred e incluso ha buscado directamente a Luisa Alcalde, quesque secretaria de Trabajo.
“Le solicitamos que haga una inspección en materia del acoso laboral y sexual que están sufriendo las trabajadoras de CFE y nos contesta diciendo “no puedo, porque CFE es una empresa estratégica del Estado”, así, textual; es decir, en CFE no importa lo que pase al interior, al final es una empresa estratégica del Estado, o sea, es intocable y al interior no hay leyes. Yo eso es lo que estoy entendiendo en su respuesta, nos amparamos y el amparo ahí sigue. Está frenado”.
Quihúboles con la empatía y la sororidad de Luisa.
De hecho, la Fiscalía General de Justicia le ha otorgado a Wendy, en cuatro ocasiones, medidas de protección en contra de Víctor Fuentes y otros integrantes del CEN del SUTERM.
“Intentaron meterse en mi casa, Lourdes. Gracias a Dios que la vigilancia se puso a las vivas y llamaron a la patrulla, llegó gente y todo, pero si no, yo no sé qué nos hubiera pasado. Estábamos ahí los dos solos y lo sabían, sabían que estábamos solos”.
Pero las amenazas no sólo provienen de los hombres; la titular de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, María Eugenia Navarrete, también hizo lo propio…
“Me dice, ‘desístete de la demanda’, ‘tú sabes que son mafiosos’; literal, textual, así me lo dijo. Le dije, ‘obviamente lo sé y no me voy a desistir’. ‘¿Hasta dónde pretendes llegar? No te bastó con lo que pasó con Omar. ¿Qué quieres tú? Aparecer tirada muerta en la calle’ –le reviró–”.
Si creían haberlo leído todo, lo que sigue hará que se les revuelva el estómago…
“A Cynthia, cuatro trabajadores la violaron en el centro de trabajo, en horas de trabajo; o sea, imagínate la gravedad. Fue en la planta de Samalayuca. Los violadores, trabajadores de CFE, la dieron por muerta y Víctor escondió a los trabajadores. Luego los reinstaló y a ella la corrieron. Está también el caso de otra compañera, que se llama Beatriz, pero es su seudónimo, porque ella sí tiene mucho miedo, a ella también la violaron y la amenazaron, de hecho, ya se fue de México. Y así hay muchas compañeras acosadas sexualmente y violadas. Sabes que a las trabajadoras o a las aspirantes les dicen: vaya con Víctor, deben estar casi desnudas, y así él decide a quién quiere ver, por no decir... Yo te aseguro, Lourdes, que, si mi caso no se hubiera hecho tan público, seguramente ya no estaría aquí dándote esta entrevista”.
¿Y el director general, Manuel Bartlett, jamás te ha buscado?
“Nunca, pero aprovecho para mandarle un recado, señor Manuel Bartlett, es una situación de terror, le hago un llamado diciéndole que no cabe duda que CFE es una empresa estratégica del Estado, pero por esa misma razón, ¡por favor!, ponga un alto al poder desmedido de Fuentes del Villar, el SUTERM es un sindicato monopólico. Para que exista la democracia que promueve la 4T es necesario que se impulse a otras organizaciones sindicales al interior de la CFE, a fin de que puedan poner en balance a los líderes actuales del CEN del SUTERM y resuelvan de manera contundente la violencia de género que se vive en la empresa y el sindicato. Sería bueno preguntarle a la base trabajadora, que no recibe ninguna recompensa por alabar a Fuentes del Villar, cuál es su opinión al respecto”. Continuará…
Justicia selectiva
¿Ya me va a dar mis copias, señor fiscal?
La columna de Lourdes Mendoza Peñaloza se publicó originalmente en El Financiero, reproducida aquí con autorización de la autora.
* Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.