En agosto de este año, el número de venezolanos que intentaron cruzar la frontera desde México hacia Estados Unidos fue mayor que el de guatemaltecos y hondureños. Ese mes, la patrulla fronteriza registró 25,349 encuentros con venezolanos, cifra que cuadruplica los 6,301 eventos registrados en agosto de 2021.
En septiembre, cuando, según el Departamento de Seguridad Nacional de EU (DHS, por sus siglas en inglés), se registraron 33,000 encuentros con venezolanos en la frontera sur.
Pero quizá el dato que muestra con más claridad cómo han cambiado las cosas en los últimos dos años es el siguiente: entre 2014 y 2019 el promedio mensual de encuentros únicos con venezolanos era de 127. En total, entre 2021 y 2022, los encuentros únicos con venezolanos en la frontera aumentaron 293%.
Te podría interesar
Ante esta situación, el gobierno del presidente Joe Biden anunció el miércoles 12 de octubre una nueva política que prevé la expulsión hacia México de todos los venezolanos que ingresen a EU sin autorización.
También anunció un programa humanitario de permiso condicional para hasta para 24,000 venezolanos que tengan un patrocinador financiero en EU, junto con la extensión del Título 42, que fue utilizado por la Administración Trump para detener la propagación del covid-19.
El jueves 13 de octubre, las autoridades dijeron que comenzarían a rechazar a los venezolanos que llegaran a la frontera.
LAS RAZONES DE LA CRISIS VENEZOLANA
Históricamente, los venezolanos no tenían la tradición de emigrar hacia el norte. Por el contrario, durante décadas en el siglo pasado ese país sirvió como lugar de acogida de personas procedentes, sobre todo, de otros países de América Latina y del sur de Europa.
La profunda crisis que ha vivido Venezuela en los últimos siete años cambió completamente esa dinámica y ese país se convirtió en un emisor masivo de migrantes.
Unos 7.1 millones de venezolanos viven actualmente como migrantes o refugiados en distintas partes del mundo, de acuerdo con datos de la ONU.
En diciembre de 2021, Venezuela salió de un largo periodo de hiperinflación, pero sigue siendo uno de los países del mundo con mayor inflación.
En los últimos dos meses, la moneda venezolana se ha devaluado en torno a 30% frente al dólar, cuya cotización pasó de 6.28 bolívares en agosto a 8.26 bolívares esta semana, lo que deja el salario mínimo mensual de los venezolanos en torno a unos 320 pesos mexicanos.
rst