CENTROS COMERCIALES

Así serán las “nuevas” plazas comerciales en México

Los centros comerciales en México no solo se utilizan para ir de compras, sino que ahora se han convertido en puntos de encuentro para familias y amigos

Así podrían ser los centros comerciales en un futuro en nuestro país.Créditos: LSR / ISTOCK
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Los centros comerciales han sido, desde su surgimiento en el siglo XX, mucho más que espacios dedicados al comercio. Han representado un fenómeno social, económico y cultural que ha transformado la manera en que las personas compran, se entretienen y conviven en la vida urbana. 

El origen moderno de los centros comerciales se remonta a Estados Unidos, donde en la década de 1950 comenzaron a construirse grandes complejos comerciales que agrupan distintas tiendas bajo un mismo techo, normalmente rodeados de amplios estacionamientos. Eran pensados para la clase media suburbana y ofrecían, por primera vez, un entorno cerrado, seguro y climatizado donde se podía comprar, comer, ir al cine y pasar horas sin necesidad de salir. 

El funcionamiento de un centro comercial se basa en la atracción que generan sus tiendas principales, comúnmente llamadas “anclas”, como Liverpool, Sears o Walmart, que atraen a los visitantes y, al mismo tiempo, garantizan flujo constante de personas al resto de los establecimientos. Este modelo beneficia tanto a los arrendatarios como a los desarrolladores inmobiliarios, quienes alquilan los espacios comerciales por metro cuadrado a marcas que buscan presencia en lugares de alta visibilidad.

Así fue la llegada de los centros comerciales a México

Contexto: La llegada de los centros comerciales a México marcó una transformación profunda en los hábitos de consumo, el diseño urbano y la vida social del país. Lo que comenzó como una importación del modelo estadounidense en la segunda mitad del siglo XX, pronto se convirtió en un fenómeno cultural propio, redefiniendo la manera en que los mexicanos compran, se entretienen y conviven en el espacio público.

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Fue a finales de los años 60 cuando México vivió el nacimiento de su primer centro comercial moderno. Plaza Universidad, inaugurada en 1969 en la Ciudad de México, es considerada uno de los pioneros de este concepto en el país.

A lo largo de las décadas de los 70 y 80, se multiplicaron los centros comerciales en diferentes puntos del país, como Plaza Satélite, Perisur o Galerías Coapa. Estos espacios no solo modificaron el paisaje comercial, también introdujeron una nueva forma de socialización. Los consumidores mexicanos dejaron de acudir exclusivamente a tiendas especializadas o mercados al aire libre, y comenzaron a ver en los centros comerciales un destino multifuncional: un lugar para hacer compras, comer, ir al cine o simplemente pasear en familia.

Fue entonces cuando el centro comercial se consolidó como símbolo de modernidad, estatus y comodidad. Reunir en un solo lugar tiendas de ropa, electrónica, supermercados, farmacias y entretenimiento ofrecía una experiencia que antes no existía. Para muchas personas, sobre todo en las ciudades, el acto de ir “a la plaza” se convirtió en parte de la rutina de fin de semana, una práctica que trascendía el consumo y se volvía una forma de esparcimiento.

Así serían los "nuevos" centros comerciales en México

La desaceleración económica que atraviesa México ha comenzado a reflejarse con claridad en la ocupación de los centros comerciales del país, un sector que durante décadas fue símbolo de crecimiento urbano, modernidad y consumo aspiracional. Hoy, en 2025, estos espacios se encuentran en una etapa de ajuste estructural, presionados por un consumidor cada vez más cauteloso, con nuevas prioridades y un poder adquisitivo más limitado.

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Actualmente, la renta de locales comerciales se concentra casi por completo en cuatro grandes categorías: productos de consumo, alimentos, entretenimiento y servicios personales. Juntas, estas áreas representan el 98% de la demanda de espacio en los centros comerciales, un indicador claro de que el perfil del inquilino también se ha transformado. El dominio de lo esencial ha desplazado el enfoque aspiracional que por años definió estos complejos.

En el rubro de productos de consumo, casi cuatro de cada diez metros cuadrados disponibles en centros comerciales fueron ocupados, durante el primer trimestre del año, por tiendas de autopartes, artículos para el hogar, juguetes, productos para mascotas y ropa accesible.

La categoría de alimentos también ha ganado terreno, especialmente a través de cafeterías, restaurantes de comida rápida y tiendas especializadas consolidado su presencia, adaptándose a un mercado que sigue viendo en la comida una experiencia social, pero con una preferencia por opciones accesibles, rápidas y de calidad moderada.

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El entretenimiento, aunque con menor protagonismo que en décadas anteriores, continúa siendo un componente importante. La oferta ha migrado de grandes complejos de cine o centros de espectáculos hacia opciones más interactivas y enfocadas en la familia, como los arcades o parques temáticos a pequeña escala. 

En cuanto a servicios personales, la demanda ha permanecido estable. Gimnasios, salones de belleza y operadores de telecomunicaciones buscan constantemente espacios de alto tráfico para mantener su visibilidad y cercanía con el cliente. Estos servicios, que forman parte del día a día, han demostrado una mayor capacidad de adaptación al entorno económico actual.

Frente a este nuevo panorama, los centros comerciales están reconfigurando su propuesta de valor. Según SiiLA, conceptos centrados en el lujo o el consumo exclusivo han perdido terreno, dando paso a un modelo más sostenible y orientado al bienestar general: comunidad, comodidad, cercanía y experiencias personales. La clave ya no está en vender más, sino en ofrecer un entorno que haga sentido con las rutinas y necesidades reales del consumidor mexicano actual.

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