Si trabajas en la Condesa, Juárez o Anzures y no llevas lunch de casa, prepárate porque estás en una de las zonas más caras para comer fuera de la oficina en la CDMX. En estas colonias, los precios de un menú del día o una comida rápida pueden superar los $200 pesos, lo que representa un fuerte golpe al bolsillo godín.
Aunque la mejor opción para este sector de la población son las fonditas de comida rápida o los puestos en la calle, a la larga este gasto puede tener importantes repercusiones para tu bolsillo, pues las comidas fuera de la oficina se pueden llevar buena parte de tu quincena.
Preparar comida en casa te permite ahorrar hasta dos o tres veces el gasto que haces en fondas; sin embargo, también hay que tener claro que acarrea "gastos ocultos", como los servicios de agua, luz y gas que tendrás que cubrir.
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Obesidad por las garnachas
Contexto: México enfrenta una crisis de salud pública: más del 70% de los adultos tienen sobrepeso u obesidad, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2023). Este problema no solo impacta la calidad de vida, sino también genera un costo para el sistema de salud, principalmente por enfermedades asociadas como diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardiovasculares.
Una de las principales causas, según especialistas, es la dieta hipercalórica y baja en nutrientes, donde las garnachas —antojitos fritos como quesadillas, sopes, tacos dorados, pambazos, tlacoyos y más— juegan un papel central.
El problema es que tienen un costo medianamente accesible. En un país como México con salarios bajos, una comida calórica y económica es una solución rápida.
Comer fuera: ¿lujo o necesidad?
Para miles de oficinistas que pasan entre 8 y 10 horas en sus centros de trabajo, comer fuera no es una opción, sino parte de la rutina. Sin embargo, el costo diario se ha elevado considerablemente, sobre todo en zonas donde convergen oficinas corporativas, turismo y una creciente oferta de restaurantes trendy.
De acuerdo con un análisis realizado, a partir de plataformas como Google Maps, Uber Eats, OpenTable y recorridos en campo, estas son las colonias donde más caro sale almorzar si trabajas en la zona de la colonia Juárez, Anzures o Condesa.
Tomando en cuenta que la mayoría de los oficinistas comen fuera entre 3 y 5 veces por semana, y que el gasto promedio por comida en estas colonias ronda los $180 pesos, una persona podría destinar entre $2,160 y $3,600 pesos al mes solo para comer, es decir, hasta el 30% de un salario mensual promedio.
Mientras que, en colonias como Obrera, Doctores, Centro Sur o Iztacalco ofrecen menús del día desde $60 hasta $90 pesos, muchas veces con porciones más generosas y un trato más cercano. El problema: no todos tienen tiempo ni transporte para desplazarse fuera de su zona laboral.
¿Por qué importa?
Comer fuera de la oficina es una presión silenciosa sobre los bolsillos de miles de trabajadores formales en la CDMX: comer fuera de casa ya no es una comodidad, sino un gasto diario que puede absorber hasta una tercera parte de tu salario mensual.
En colonias como Condesa, Juárez y Anzures, donde se concentran oficinas, despachos, startups y agencias, el precio de una comida básica ha subido al punto que muchos empleados deben decidir entre:
- Comer bien, pero gastar más.
- Comer barato, pero con poca variedad o lejos.
- O llevar su comida desde casa, lo cual no siempre es viable.
Además, este fenómeno visibiliza las desigualdades urbanas y económicas: mientras que en algunas zonas una comida corrida cuesta $60, en otras supera los $200 por una opción similar.
En tiempos de inflación, estancamiento salarial y alza en los precios de alimentos, este tipo de gastos cotidianos —aunque parezcan pequeños— tienen un gran impacto en la economía personal y laboral de miles de personas que trabajan en la ciudad.
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