Cuando el mundo se paralizó en 2020 por la pandemia de COVID-19, millones de trabajadores, maestros y estudiantes se vieron obligados a adaptarse a una nueva normalidad: el trabajo y estudio desde casa. En este contexto, las plataformas de reuniones virtuales pasaron de ser herramientas complementarias a convertirse en protagonistas absolutas de la vida laboral y académica global.
Antes de la pandemia, herramientas como Zoom, Microsoft Teams o Google Meet e incluso WhatsApp eran usadas mayormente por empresas tecnológicas o multinacionales con equipos distribuidos. Pero con la llegada del confinamiento, estas plataformas vivieron un crecimiento explosivo. Zoom, por ejemplo, pasó de 10 millones de usuarios diarios en diciembre de 2019 a más de 300 millones en abril de 2020.
Este repentino auge evidenció no solo la necesidad de mantener la comunicación fluida entre equipos, sino también la capacidad de estas plataformas para escalar rápidamente y adaptarse a las nuevas demandas.
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Desafíos y evolución de las plataformas de reuniones virtuales
Contexto: Con el crecimiento también llegaron los retos: problemas de seguridad, fatiga por videollamadas, y la necesidad de interfaces más intuitivas. Esto ha motivado a las plataformas a evolucionar constantemente, integrando inteligencia artificial, traducción automática, transcripciones en tiempo real y mejoras en la experiencia de usuario.
Hoy, el uso de plataformas virtuales ya no es exclusivo de tiempos de crisis. Se han convertido en una opción permanente, eficiente y flexible para trabajar, enseñar y conectarse. La pandemia cambió la forma en que nos comunicamos, y estas herramientas seguirán siendo aliadas clave en la era post-COVID.
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Así es la nueva plataforma para chatear y tener reuniones virtuales
Después de más de dos décadas de servicio, Skype, la aplicación que revolucionó la comunicación global en los años 2000, ha cerrado oficialmente este 5 de mayo. Lo que comenzó como una herramienta innovadora que permitía hablar con cualquier persona del mundo sin pagar tarifas telefónicas, hoy queda como un recuerdo en la historia de la tecnología.
Lanzado en 2003, Skype fue una de las primeras plataformas en ofrecer llamadas de voz y videollamadas a través de internet, cambiando radicalmente la forma en que las personas se comunicaban a distancia.
En 2011, Microsoft adquirió Skype por 8.500 millones de dólares, en una apuesta por fortalecer su presencia en el sector de las comunicaciones digitales. Sin embargo, con la llegada masiva de smartphones, aplicaciones móviles más ligeras y, sobre todo, la pandemia de COVID-19, Skype no logró mantener su lugar en un mercado cada vez más competitivo.
El cierre de Skype no significa el fin de las herramientas de comunicación de Microsoft. Al contrario, la empresa ha apostado con fuerza por Microsoft Teams, su plataforma de colaboración empresarial que ha ganado terreno rápidamente y se ha consolidado como una de las favoritas en entornos laborales y educativos.
Es una plataforma integral para la comunicación y colaboración en equipo, que permite realizar videollamadas, enviar mensajes instantáneos, compartir archivos, organizar tareas y trabajar en conjunto desde cualquier parte del mundo. Teams está disponible para computadoras con Windows, MacOS y Linux, así como para smartphones y tablets con sistemas Android o iOS.
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La aplicación puede descargarse fácilmente desde la página oficial de Microsoft o desde las tiendas de aplicaciones móviles. Una vez instalada, el usuario necesita crear una cuenta gratuita para comenzar a utilizarla, aunque también existe una versión de pago con más funciones y capacidad.
Aunque Microsoft Teams fue concebido inicialmente para el ámbito corporativo, su flexibilidad y funcionalidad lo han convertido en una herramienta útil también para el sector educativo. Universidades, escuelas y centros de capacitación lo adoptaron durante la pandemia como una solución para mantener clases y actividades a distancia.
El cierre definitivo de Skype marca el fin de una etapa en la evolución de la comunicación digital. Aunque durante muchos años fue sinónimo de videollamadas, su declive se aceleró ante la falta de innovación y la incapacidad de adaptarse a las nuevas dinámicas del trabajo remoto y la movilidad. Así, mientras Skype se despide como pionero, Teams continúa avanzando como líder en un mundo cada vez más conectado y digital.
AJA