Carlos Sim Helú nació el 28 de enero de 1940 en la Ciudad de México, en el seno de una familia libanesa que emigró a México a principios del siglo XX. Su padre, Julián Slim Haddad, fue un exitoso comerciante que inculcó a su hijo una sólida ética de trabajo y visión empresarial. Desde muy joven, Slim mostró interés por los negocios. A los 12 años, ya había comenzado a invertir en bienes raíces, utilizando los ahorros de su familia. A los 17 años, se graduó como ingeniero civil en la Universidad Autónoma de México (UNAM).
A partir de sus primeros negocios, Carlos Sim, se convirtió en uno de los empresarios más influyentes y ricos del mundo, por lo que ha dejado una huella indeleble en la economía mexicana y global. Con una fortuna que lo ha colocado entre los hombres más adinerados del planeta, Slim ha destacado por su capacidad para diversificar inversiones, transformar industrias y manejar imperios comerciales que abarcan una amplia variedad de sectores.
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El gran salto en la carrera empresarial de Carlos Slim comenzó en la década de 1960, cuando fundó su primera empresa: Inmobiliaria Carso, dedicada a la compra y venta de bienes raíces. Sin embargo, fue en los años 70 cuando Slim comenzó a diversificar sus inversiones en áreas como la construcción, el comercio y las telecomunicaciones.
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La visión de Slim lo llevó a diversificar su imperio más allá de las telecomunicaciones. A través de Grupo Carso, adquirió y consolidó empresas en sectores como el comercio minorista, la construcción, la minería, la energía, la tecnología, la banca, y los medios de comunicación.
Este sería el nuevo gran negocio que le dejará millones de dólares a Carlos Slim
El magnate mexicano Carlos Slim está a punto de concretar la venta de su brazo cementero, Giant Cement Holding, filial de Fortaleza Materiales, a la alemana Heidelberg Materials. Esta transacción forma parte de los esfuerzos de la compañía germana por expandir su presencia en el mercado global.
De acuerdo con un comunicado emitido por Grupo Carso a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la operación se llevará a cabo a través de un acuerdo vinculante entre las dos empresas, cuyo valor asciende a aproximadamente 600 millones de dólares. Esta cifra podría estar sujeta a ajustes post-cierre, que son habituales en este tipo de transacciones.
Este movimiento se suma a una serie de transacciones que muestran cómo los grandes grupos empresariales están aprovechando el contexto global de crecimiento en la infraestructura para realizar reconfiguraciones en sus portafolios. La venta se espera que se cierre en los próximos meses, una vez cumplidos los trámites y ajustes necesarios.