Telcel registra las tarifas más altas en la modalidad de prepago- a través de recargas-. El precio por GB que Telcel ofrece en su recarga de 50 pesos incluye tan sólo 400 megabytes y equivale a un precio de 125 por GB. La recarga de 100 pesos ofrece 1.3 GB que resulta en un precio de 76.9 pesos x GB y aquella de 200 pesos (3 GB) disminuye a un precio unitario de 66.7 pesos, de acuerdo con la empresa de consultoría The Competitive Intelligence Unit (The CIU).
"Los usuarios de prepago en la red de Telcel pagan el precio más elevado por un GB en el país, circunstancia que los llevaría a buscar otras ofertas comerciales para satisfacer sus necesidades de conectividad", dijo..
Mientras que, Movistar registra precios unitarios por GB de 100 pesos en recargas de 50 pesos (incluye 500 MB), de 50 pesos por GB en recargas de 100 pesos (2 GB) y de 40 pesos en recargas de 200 pesos (5 GB).
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En cuanto a las recargas de 50 pesos de AT&T está en un precio por GB de 100 pesos, con 500 MB para navegar. Sin embargo, ofrece una reducción muy significativa en sus recargas de 100 y 200 pesos, al tener un precio por GB de $26.67 pesos, con una oferta de 3.75 y 7.5 GB, respectivamente.
De acuerdo con la empresa de consultoría The CIU, en términos generales, hoy los consumidores en prepago se benefician de una mayor cantidad de GB disponibles para la navegación en sus smartphones a menores precios. "No obstante, el amplio diferencial de tarifas entre competidores privilegia la elección de aquellos que ofrezcan la mayor disponibilidad de datos por peso gastado".
Inflación pega a recargas telefónicas
Durante la pandemia y por cuestiones de inflación-alza de precios y menor poder adquisitivo- los mexicanos redujeron el monto que destinaban a la compra de tiempo aire. En el primer trimestre del 2023, los usuarios de telefonía móvil gastaron en promedio 87 pesos para hacer una recarga, según datos de la consultora The CIU.
Pero "debido a la presión inflacionaria" esta cantidad podría bajar más en los siguientes meses.
La modalidad de prepago fue uno de los esquemas más socorridos por los usuarios durante la pandemia, debido a que, a diferencia de los planes de renta, no los obligaba a atarse a un contrato con algún operador de telecomunicaciones. Sin embargo, la inflación provocó que los consumidores escatimaran cada vez más en sus gastos y uno de ellos fue la compra de tiempo aire.