Existen gastos que, sin que te des cuenta, van arañando lentamente tu economía. Son pequeños, pero recurrentes. No los tienes en cuenta, pero a la larga hacen mella en tus ahorros. Son los llamados ‘gastos vampiro’, en alusión a los personajes creados por la literatura y el cine: “no son fáciles de ver y pueden absorber la sangre, el dinero en este caso, de un momento a otro sin que te des cuenta”, explica Banco Santander.
Santander advierte que hacer una revisión periódica de tu economía doméstica es la forma más sencilla y efectiva que hay para identificar gastos que pasan desapercibidos, o que consideras extra, y que podrías evitar.
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Domiciliar un pago se trata de un servicio bancario que permite al titular de una cuenta bancaria (de cheques, de nómina, tarjeta de débito o de tarjeta de crédito) autorizar que el banco le cargue de manera automática a su cuenta los recibos, cobros o facturas por los servicios de otro proveedor, por ejemplo: el pago de la luz, el teléfono, la televisión restringida, la colegiatura, entre muchos más.
Gastos vampiro
Consumo energético irresponsable
Mantener dispositivos electrónicos o sus cargadores conectados de forma permanente a la corriente produce pequeños consumos que, si son sumados, representan un gasto adicional en tu factura. Estos dispositivos vampiro consumen energía y dinero sin que te des cuenta. Ocurre lo mismo con puertas y ventanas mal cerradas o dañadas, que no mantienen la temperatura y hacen que la calefacción o el aire acondicionado gasten más energía y, por tanto, aumenten tu factura.
Suscripciones a servicios innecesarios
A la hora de contratar servicios como internet, telefonía móvil o la suscripción al gimnasio es común que quieras elegir el plan más completo posible, pero quizás no siempre utilizas todo por lo que pagas mes a mes. Ocurre lo mismo cuando tienes varios servicios similares, como suscripciones a varias plataformas de streaming de video o música que te ofrecen un contenido parecido. Para evitar esto, haz una lista y compara los servicios que tienes y el uso que les das con el fin de identificar si existe alguno del que puedas prescindir o si ofrecen una oferta más baja que se ajuste a tus necesidades.
Alza en las tarifas
Puede que un servicio que tenías contratado en el pasado haya subido de precio y su nuevo importe no lo tuvieses previsto en tu presupuesto mensual. Sin embargo, al estar domiciliado en tu cuenta bancaria, no identificas con facilidad el dinero adicional que te cobran. Consulta los extractos de tus tarjetas bancarias, o el historial de tu cuenta corriente, para verificar el coste actual y tomar medidas si es necesario. Agendar el momento de renovación es una idea para revisar con antelación otras opciones y valorar si continuar con la contratada.
Reparaciones y averías
Este tipo de gastos que disparan el costo de tus facturas son más frecuentes de lo que parecen. Pueden afectar negativamente tu salud financiera. Una mayor previsión y cuidado con tus hábitos de consumo es fundamental para combatirlos.