Las mujeres que cuentan con una licenciatura o posgrado tienden a enfrentar un mejor panorama laboral que aquellas que cuentan con un menor nivel educativo. Al igual que los hombres, las mujeres con mayores niveles de escolaridad tienden a estar empleadas en la formalidad, lo que se asocia con mejores condiciones laborales, acceso a prestaciones y certidumbre jurídica. De acuerdo con datos del tercer trimestre de la ENOE, siete de cada 10 mujeres que cuentan con un posgrado tienen un empleo formal en comparación con dos de cada 10 mujeres que estudiaron hasta primaria.
Sin embargo, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advirtió que, a pesar de que las mujeres están preparadas, no acceden las mismas características de empleo que sus pares del otro sexo. Por ejemplo, dijo, las mujeres con al menos licenciatura representan alrededor de un cuarto del total de funcionarios y direcciones, puestos de mayor jerarquía dentro de los centros de trabajo.
"Esto en parte puede explicar que ellas tengan ingresos mensuales promedio 25% menores que los de los hombres con la misma preparación, según los últimos datos de la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos en los Hogares", citó
¿Qué elementos impulsan el crecimiento profesional de hombres y mujeres?
De acuerdo con los resultados de una encuesta del IMCO, las mujeres con licenciatura tienen las mismas aspiraciones que los hombres, pero el crecimiento profesional de ellas puede verse limitado por menor confianza en su desempeño y una mayor carga en las tareas del hogar y de cuidados.
Una de las conclusiones de la encuesta es que, una de las razones que más pesa en el crecimiento profesional de las mujeres es la desconfianza en sí mismas, toda vez que 5 de cada 10 duda sobre la calidad de su trabajo.
Mujeres, madres y profesionistas
Salir del mercado laboral, así como ajustar las cargas de trabajo podría repercutir en la posibilidad de llegar a puestos más altos:
51% de las madres y 44% de las mujeres casadas pausaron su carrera profesional por motivos personales. Para los hombres la proporción disminuye a 20% y 17% respectivamente.
Ocho de cada 10 mujeres que vivieron una maternidad tuvieron que ajustar su carga de trabajo, en contraste con cinco de cada 10 hombres que vivieron una paternidad.
Del total de personas encuestadas, 29% ha tenido que hacer una pausa en su carrera profesional por motivos personales. Esta
decisión es más frecuente en mujeres (35%) que en hombres (21%). En el caso de las mujeres varía de acuerdo con su estado
civil y si son madres. Las mujeres casadas y que tienen hijas o hijos tienden a pausar en mayor medida su participación en el
mercado laboral. En el caso de los hombres se observan ligeras diferencias por estado civil y por paternidad, lo que sugiere que
las razones para las pausas pueden ser diferentes para cada sexo.