POLÍTICA

La República avasallada

MORENA tuvo la oportunidad de transformar positivamente la política mexicana, pero se alió con la corrupción y el crimen, traicionando sus ideales. | Tania Larios

Escrito en OPINIÓN el

México posee un sistema político en construcción, perfectible y con grandes áreas de  oportunidad, eso lo tenemos claro.  

Desgraciadamente el partido mayoritario (MORENA) nunca lo entendió. Con una  mayoría inusual, tuvieron la oportunidad de aportar a la República, contribuir a su  mejoramiento y fortalecimiento como medio para el progreso y la justicia social;  pudieron erradicar los vicios históricos de la política, esos que están presentes en  todos los partidos y que han desprestigiado tanto la credibilidad de la vocación y  el oficio político, recurrentes pero no inalienables a la política; tuvieron la  oportunidad de hacer historia, de impulsar el gran cambio en la vida pública, pero  hicieron alianza con la corrupción, el crimen y los vicios más viejos y rancios que  ha heredado la política, perdiendo el camino.  

La vía de la transformación de este gobierno es, sin duda, la destrucción.  

La destrucción de los consensos, del diálogo y de las instituciones, los 3, elementos inalienables no solo a la República sino a la propia naturaleza de  México como país plural, con pensamientos distintos, diversos y propios, como  distintos son los mexicanos.  

¿Será imposible que Morena reconozca el derecho a la disidencia? Aquello que radica  en el origen de su movimiento, que volteen a ver en su pasado, cuyo origen fue el de la  pluralidad, el de la oposición, de la crítica y de las voces que cuestionaron a los  gobiernos del pasado, sus acciones y sus resultados.  

Por qué les costará tanto a este régimen reconocer que hoy somos lo que fueron, pero  que no son y jamás serán lo que éramos, para ello les falta altura democrática, visión  de Estado y respeto republicano e institucional.  

La realidad está a la luz de cada una y uno de nosotros, Morena antes de destruir la  República se destruyó a sí misma, aniquilaron sus ideales, sepultaron sus convicciones  y traicionaron su origen y sus causas o las que creían tener. 

Las convicciones se comprueban cuando las ponemos a prueba, ellos lo hicieron y  fallaron. Pero las consecuencias las pagaremos todos.  

Nuestra democracia, a punto de convertirse en mera simulación; nuestras  instituciones independientes, herramientas ciudadana de vigilancia, transformadas  en oficinas propagandistas; y nuestros contrapesos al abuso de poder,  desmantelados para subordinarlos al poder

El Poder Legislativo secuestrado por el fraude a la ley, convertido en oficialía de  partes ante una mayoría artificial. El Poder Judicial amenazado ante la politización  de la justicia. Y el Poder Ejecutivo, trastocado para servirse a capricho, no al pueblo  de México.  

El país de pluralidad, de libertad política, de expresión, de disidencia, está en peligro  ante el régimen de la visión única, del poder absoluto.  

México, sus instituciones, sus leyes y su democracia son y serán siempre perfectibles,  pero mejorarlas solo es posible a través de la unidad, no de la polarización, del  diálogo, no de la imposición y de la pluralidad, no del sometimiento.  

Pero la Revolución es una llama perpetua, que por más que se azuce, jamás se  apagará. Y solo es cuestión de tiempo, para que como es natural en el fuego, se  propague con intensidad. 

 

Tania Larios

@TaniaLariosMX